Condenado un soldado de EE UU por torturas a presos iraqu¨ªes
Un tribunal impone ocho meses de c¨¢rcel a un esp¨ªa militar
Para EE UU se ha hecho justicia; para muchos iraqu¨ªes, la sentencia es un insulto. Armin Cruz fue condenado ayer en Bagdad por un tribunal militar a ocho meses de prisi¨®n, p¨¦rdida del rango y expulsi¨®n del Ej¨¦rcito por maltrato y conspiraci¨®n para el maltrato de detenidos en la prisi¨®n de Abu Ghraib. Es el primer miembro del servicio de espionaje del Ej¨¦rcito condenado tras la difusi¨®n de fotos de soldados vejando a presos.
Tejano, 24 a?os, Cruz pertenec¨ªa al batall¨®n 325 del espionaje militar responsable de los interrogatorios. Se le condena por ordenar la degradaci¨®n de presos: desnudarles, forzarles a simular actos sexuales y caminar en cuclillas con las manos esposadas a la espalda. Cruz particip¨® en los abusos. Tambi¨¦n se le sentencia por conspirar con la polic¨ªa militar de la prisi¨®n para encubrir las torturas y amenazas a otros compa?eros para que no declararan en su contra.
Para el fiscal, los hechos, fotografiados y dados a conocer a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n, representaron un "duro golpe para la imagen del Ej¨¦rcito de EE UU" y "han podido dificultar la lucha contra la insurgencia". El soldado se declar¨® arrepentido y pidi¨® perd¨®n a los iraqu¨ªes, pero no ofreci¨® detalles de lo ocurrido: "S¨¦ que mis acciones fueron incorrectas y no hay modo de justificarlas". Stephen Kams, su abogado, calific¨® a Cruz de "h¨¦roe de guerra", y dijo que su actuaci¨®n se debi¨® a un estr¨¦s postraum¨¢tico tras un ataque contra la prisi¨®n en el que muri¨® uno de sus amigos y ¨¦l result¨® herido. "Con su expulsi¨®n, el Ej¨¦rcito pierde a un gran soldado", dijo.
Cruz es el segundo militar de bajo rango (no hay oficiales) condenado de los ocho militares encausados por las torturas y malos tratos en Abu Ghraib, a 30 kil¨®metros al oeste de la capital. En mayo fue sentenciado a un a?o Jeremy Sivits, de la 800 brigada de la polic¨ªa militar al mando de la general Janis Karpinski, destituida pero nunca procesada. Con estos juicios, el Pent¨¢gono trata de demostrar que los abusos se limitaron a un grupo reducido de soldados y no a un sistema universal de interrogatorios aprobados por el mando. No se ha producido una investigaci¨®n independiente del esc¨¢ndalo, pese a las peticiones de varias organizaciones de derechos humanos y del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, cuyo mandato es velar por todos los detenidos.
Uno de los puntos oscuros, adem¨¢s de saber si fueron casos aislados o un sistema de trabajo, es conocer el papel de los contratistas privados. El abogado defensor del sargento Ivan Frederick ha basado su caso en que su cliente fue obligado a actuar de ese modo por los contratistas del Pent¨¢gono. Un informe de Ej¨¦rcito acusa a tres de los 37 subcontratados de la empresa CACI Internacional de estar presentes en los abusos y valerse de perros para aterrorizar a los detenidos alentando a los soldados a seguir esta pr¨¢ctica. El principal obst¨¢culo es que la jurisdicci¨®n militar carece de competencia sobre estos contratistas.
Mientras, el caos, la violencia y los ataques marcaron de nuevo la jornada en Irak en el tercer aniversario de los atentados del 11-S. Los consulados de EE UU y Australia en Basora, la principal ciudad del sur del pa¨ªs, fueron el objetivo de un coche bomba en un atentado que se sald¨® con dos civiles iraqu¨ªes muertos y la evacuaci¨®n del personal diplom¨¢tico. En un fuego cruzado entre soldados de EE UU y milicianos chi¨ªes del Ej¨¦rcito del Mahdi en Bagdad murieron dos guardias iraqu¨ªes, que vigilaban un hospital. Dos contratistas iraqu¨ªes que trabajaban para firmas estadounidenses fueron abatidos en Tikrit, en el tri¨¢ngulo sun¨ª, mientras que, en la capital, tres libaneses fueron asesinados.
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