Vaticinio fallido
A comienzos de a?o los augurios para los fondos de inversi¨®n de renta fija a largo plazo en euros eran bastante malos. Y con raz¨®n. Desde finales de 1994 la tendencia de los tipos de inter¨¦s de corto, medio y largo plazo hab¨ªa venido siendo descendente, bien que con abruptas interrupciones en algunos momentos cr¨ªticos. El resultado de ese proceso fue que los bonos del Tesoro espa?ol pasaron a proporcionar un rendimiento por debajo del 4% en algunos momentos de 2003 y 2004, tras haber rentado m¨¢s del 12% hace 10 a?os.
Toda tendencia tiene un l¨ªmite y en el caso de los tipos de inter¨¦s ese l¨ªmite es muy claro: 0%. Y aunque para el sentido com¨²n esto resulte un absurdo, ¨¦sa es la situaci¨®n que se alcanz¨® en Jap¨®n hace tan s¨®lo un a?o, con los tipos de inter¨¦s de corto plazo pr¨¢cticamente en cero y los de la deuda p¨²blica a 10 a?os en 0,45% (mientras tanto, en EE UU el tipo de inter¨¦s interbancario a un d¨ªa lleg¨® a estar en el 1%, y en Europa, donde no ha llegado la cosa a tanto, el Banco Central Europeo los ha bajado hasta el 2%).
Con esta situaci¨®n era f¨¢cil sospechar a principios del a?o en curso que la tendencia estaba a punto de invertirse. De ah¨ª que se augurara que en 2004 la cenicienta de los fondos de inversi¨®n iban a ser los fondos de renta fija que tuvieran en sus carteras bonos de largo plazo, que perder¨ªan parte de su valor al comenzar a aparecer en el mercado nuevas emisiones de renta fija con un rendimiento m¨¢s atractivo que el de esos bonos.
Sin embargo, aunque la expectativa de una subida de tipos de inter¨¦s de corto plazo en EE UU no se haya visto defraudada, s¨ª lo ha sido la que, de manera generalizada, no le auspiciaba a los fondos de renta fija un futuro inmediato muy halag¨¹e?o. Y es que no basta con que se materialicen las causas que dar¨¢n origen a efectos indeseados para que estos tengan, a su vez, lugar. Tienen que producirse, adem¨¢s, con un calendario determinado. Y en esta ocasi¨®n el calendario, por ahora, no podr¨ªa haber sido m¨¢s favorable, pues si la subida de los tipos de inter¨¦s por parte de la Reserva Federal se ha venido produciendo desde comienzos de verano, y el anticipo que de esa subida hicieron los mercados de renta fija tuvo lugar en la primavera, el invierno hab¨ªa sido aprovechado por los fondos para acumular ganancias de las que restar en tiempos dif¨ªciles.
Tras esos acontecimientos m¨¢s o menos esperados, ha tenido lugar algo que era mucho m¨¢s dif¨ªcil de sospechar, y es que la desaceleraci¨®n de la econom¨ªa norteamericana y el control de la inflaci¨®n fueran a permitir desde mayo para ac¨¢ una intensa relajaci¨®n de los tipos de inter¨¦s de largo plazo que, ahora, se sit¨²an no ya en el nivel en el que estaban a comienzos de a?o (un 4,18%), sino ligeramente por debajo.
De ah¨ª que los fondos de renta fija en euros domiciliados en Espa?a est¨¦n acumulando en este momento una rentabilidad media anual del 1,7% y puedan reclamar para s¨ª el, m¨¢s que dif¨ªcil, casi imposible objetivo de haber realizado un aterrizaje suave. Al menos de momento.
Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.
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