Con las orejas puestas
Una pena de novillada, lo que oyen. Y eso que estuvo bien presentada, dio buen juego y fue merecedora de los aplausos que recibi¨®. Pues por eso. Porque, con todos esos elementos a favor, ni una vuelta al ruedo fueron capaces de dar los toreros, que se dice pronto.
Da grima el descaste, la invalidez, el borrego comportamiento de tantos toros como salen por ah¨ª, pero puestos a dar grima, lo que se dice grima, la da que no un toro, sino seis, se hayan ido al desolladero con las orejas en su sitio. Los seis se fueron, se pongan como se pongan, sin torear. O por lo menos sin haberlos toreado como se merec¨ªan. Para m¨ª que se murieron de pena.
Entre tanto pase, porque eso s¨ª, en cantidades no se escatima, sobre todo Morenito de Aranda, alguno bueno s¨ª que hubo. ?S¨®lo hubiera faltado eso! El de Vitigudino, sin ir m¨¢s lejos, Revesado de nombre, sac¨® a relucir detallitos y cierto garbo en su primero, al que mat¨® fatal. Pero resulta que en el quinto, sin saber por qu¨¦ s¨ª ni por qu¨¦ no, estuvo tan descentrado que no parec¨ªa el mismo. Ni ajuste, ni colocaci¨®n, ni, mucho menos, enjundia.
Rodr¨ªguez / Aranda, Revesado, El Dani
Novillos de Adelaida Rodr¨ªguez, bien presentados y de buen juego. Todos fueron aplaudidos en el arrastre. Morenito de Aranda: saludos; silencio. Alberto Revesado: silencio; silencio. El Dani: saludos; silencio. Plaza de La Glorieta, 12 de septiembre, 1? de feria. Menos de media plaza.
Morenito no ve forma de acabar sus faenas. Se eterniza. Un vicio ¨¦ste que parece hacer escuela. Para m¨ª que lo que no se haya conseguido en 20 o 25 pases es tonter¨ªa seguir busc¨¢ndolo. El torero, sin embargo, no debe opinar lo mismo. Adem¨¢s, en contadas ocasiones se queda colocado de un pase a otro, probablemente porque rara vez acierta a colocarse donde es debido.
Lo mismo cabe decir de El Dani que, para su pesar, se de-j¨® ir el sexto, quiz¨¢ el torete m¨¢s codicioso de la tarde. Una pena.
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