Los bombardeos de EE UU causan una veintena de muertos en Faluya
Los 'marines' reconocen errores y disuelven la brigada iraqu¨ª que se hizo cargo de la ciudad
Aviones F-16 estadounidenses lanzaron ayer dos bombas de 250 kilos -el mando lo califica de ataque de precisi¨®n- sobre una casa de Faluya, a 50 kil¨®metros al oeste de Bagdad. Eran las 6.10 de la ma?ana. Un portavoz militar de EE UU dijo despu¨¦s en Bagdad que en esta acci¨®n se destruy¨® una vivienda en la que seguidores del jordano Abu Musab al Zarqaui (que Washington vincula con Al Qaeda) celebraban una reuni¨®n. Fuentes hospitalarias de Faluya afirman lo contrario: muchos de los muertos son civiles, entre ellos cinco mujeres y cuatro ni?os.
El comunicado militar estadounidense, emitido ayer en Bagdad, no admite un error. "Fuentes de inteligencia informaron de la presencia de importantes militantes de Al Zarqaui, responsables de numerosos ataques terroristas contra civiles iraqu¨ªes. Esas fuentes indicaron que celebraban una reuni¨®n en el momento del ataque. Las fuerzas iraqu¨ªes y de la coalici¨®n actuaron de forma efectiva y adecuada para eliminar a los terroristas y proteger a la poblaci¨®n". Desde el hospital general de Faluya, el doctor Abdel Jamis indic¨® que los muertos de los bombardeos del d¨ªa ascend¨ªan a 20 y los heridos a 38, y que la mayor¨ªa son civiles.
EE UU acusa a las autoridades de Faluya, ciudad de 300.000 habitantes controlada por la insurgencia desde abril, de exagerar las cifras. Las cadenas de televisi¨®n por sat¨¦lite ¨¢rabes, las ¨²nicas con permiso local para filmar dentro de Faluya, mostraron im¨¢genes de una ambulancia destrozada por un misil. En su interior viajaban un herido, dos enfermeras y el conductor. Todos perdieron la vida.
El bombardeo de ayer combin¨® aviaci¨®n y artiller¨ªa y se inici¨® a las cuatro de la madrugada y no a las 6.10. Antes de lanzar la primera bomba, los F-16 sobrevolaron la zona en c¨ªrculos, con lo que se pierde el factor sorpresa ante un objetivo terrorista. Un periodista local, que trabaja para la agencia France Presse, vio preparativos para 15 entierros y asegura que las casas alcanzadas son tres. Los norteamericanos pidieron a la poblaci¨®n a trav¨¦s de potentes altavoces que "expulse a los terroristas".
Los l¨ªderes de la revuelta
"Los norteamericanos se han convertido en unos expertos en crear un problema donde no lo hab¨ªa y que todas sus soluciones sean malas", sostiene una fuente occidental. Y pone como ejemplo la ofensiva de abril de los marines, que fue la gasolina que prendi¨® la insurgencia en el tri¨¢ngulo sun¨ª. Desde esa acci¨®n fallida, la ciudad est¨¢ bajo control de un clandestino consejo de muyaidin presidido por el jeque Dhafer al Obeidi. Sus l¨ªderes surgen de la Intifada Shaabia (levantamiento de la gente) de hace cuatro meses. La situaci¨®n es peor en septiembre: Faluya se ha convertido en el modelo a copiar en Ramadi, Samarra...
Tambi¨¦n es la opini¨®n del general estadounidense James Conway, que hasta el domingo mandaba la 1? Divisi¨®n Expedicionaria de Marines, encargada de la vol¨¢til provincia de Anbar. El militar critic¨® la decisi¨®n de sus superiores de atacar Faluya en abril y la posterior de retirarse. "Ten¨ªamos un plan: dejar que la situaci¨®n se calmase antes de lanzar un ataque que podr¨ªa interpretarse como una represalia" tras el linchamiento, el 31 de marzo, de cuatro mercenarios de la empresa Blackwater, cuyos cad¨¢veres mutilados fueron colgados de un puente. La escena, captada por una c¨¢mara de televisi¨®n, dio la vuelta al mundo.
El general reconoce que la ofensiva de abril fue la consecuencia del linchamiento. "Creo que ese ataque increment¨® la hostilidad que ya exist¨ªa", informa una periodista de Los ?ngeles Times que se hallaba entre el grupo de corresponsales norteamericanos transportados desde Bagdad hasta Camp Faluya, base situada en las afueras.
Conway no sabe de d¨®nde procedi¨® la orden (en su d¨ªa se dijo que de la Casa Blanca), s¨®lo a ¨¦l se la transmiti¨® el general Ricardo S¨¢nchez, por entonces responsable de las tropas de EE UU en Irak. Tras tres d¨ªas de combates, en los que, seg¨²n Conway, sus tropas se hicieron con el control de tres barrios, le ordenaron un alto el fuego. "Cuando das la orden debes entender sus consecuencias y no vacilar despu¨¦s". Conway niega que hubiera muchas bajas entre los marines (habla de seis), y afirma que las cifras de 1.000 muertos entre los faluy¨ªes "son exageradas".
Tras ese alto el fuego, los marines sellaron las salidas de Faluya en espera de una soluci¨®n negociada. Una parte del compromiso fue la Brigada Faluya -"una soluci¨®n iraqu¨ª para un problema iraqu¨ª", se dijo-, que cinco meses despu¨¦s se da por disuelta. El 80% de esta brigada formada por mil antiguos soldados faluy¨ªes se ha pasado a la insurgencia, a la que nutren de armas (fueron equipados por los norteamericanos con 800 fusiles de asalto, uniformes para el desierto que jam¨¢s se pusieron y 27 veh¨ªculos). Les acusan de participar en acciones contra los marines.
Fracasada la "soluci¨®n iraqu¨ª a un problema iraqu¨ª", a EE UU le quedan dos malas soluciones: seguir con los bombardeos (que a?aden m¨¢s odio porque recuerdan a los de Sadam Husein contra los chi¨ªes en 1991) o entrar por la fuerza sin importar las bajas civiles y las propias. Esta ¨²ltima tiene un inconveniente pol¨ªtico: las elecciones de EE UU del 2 de noviembre.
Toque de queda al oeste del Tigris
El Ej¨¦rcito de EE UU impuso ayer hasta nuevo aviso el toque de queda en zonas del centro de Bagdad situadas en la orilla oeste del r¨ªo Tigris. La medida afecta a la calle Haifa y sus alrededores. All¨ª se libr¨® el domingo un intenso combate entre insurgentes y soldados norteamericanos.
Durante la ma?ana, veh¨ªculos humvees armados con altavoces recorrieron el barrio, conocido ya como la Peque?a Faluya, un reducto de fieles sadamistas y del crimen organizado, informando de la imposici¨®n de la medida.
El toque de queda, que entr¨® ayer en vigor, va de las ocho de la noche a las cuatro de la madrugada, aunque la revuelta del domingo estall¨® a las 4.40. "Ap¨¢rtense de las ventanas y las puertas. A quien se encuentre en la calle durante el toque de queda se le considerar¨¢ un terrorista y se arriesga a morir", dec¨ªa el mensaje.
No hab¨ªa tr¨¢fico anoche en los alrededores del hotel Al Mansur (que perteneci¨® a la cadena espa?ola Meli¨¢) y que dista 500 metros de la calle Haifa. Los escasos veh¨ªculos que cruzaban el puente no giraban hacia la zona prohibida. A pesar de esta medida de seguridad, se escucharon explosiones en otras ¨¢reas de Bagdad y era constante el vuelo de helic¨®pteros artillados.
En Haifa es donde se produjo el domingo el incidente m¨¢s grave cuando un aparato Apache dispar¨® un misil para inutilizar un blindado norteamericano alcanzado previamente por una mina, una granada anticarro o tal vez por un coche bomba. El veh¨ªculo semidestruido se encontraba en ese momento rodeado por decenas de civiles desarmados que festejaban la acci¨®n insurgente entre gritos de "Al¨¢ es grande". Al menos 13 de ellas perdieron la vida. El mando norteamericano asegur¨® ayer que esa multitud estaba saqueando las armas y municiones del Bradley, afirmaci¨®n que no coincide con el relato de los testigos, dos de ellos periodistas heridos en el mismo ataque. EE UU admiti¨® que ese tipo de acciones exigen antes "limpiar la zona" advirtiendo a la poblaci¨®n y prometi¨® una investigaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.