Grupos islamistas deg¨¹ellan a un reh¨¦n turco y secuestran a dos australianos
El ministro de Exteriores de Italia se moviliza para lograr la liberaci¨®n de las dos cooperantes
Un nuevo grupo, el Ej¨¦rcito Secreto Isl¨¢mico, anunci¨® ayer el secuestro de dos ciudadanos australianos y de otras dos personas de Asia Oriental y dio 24 horas al Gobierno de Canberra para que retire sus tropas de Irak si quiere evitar que sus ciudadanos sean decapitados. Mientras, el grupo Monote¨ªsmo y Guerra Santa, cercano al dirigente de Al Qaeda Abu Musab al Zarqaui, coloc¨® en Internet un v¨ªdeo con el asesinato de un camionero turco. "Mi nombre es Durmus Kudereli y soy de Tasur ", dec¨ªa el hombre antes de que le cortaran el cuello.
Un portavoz del Ministerio de Exteriores australiano asegur¨® que est¨¢n en contacto con su Embajada en Bagdad y que "est¨¢n removiendo cielo y tierra" para investigar las circunstancias del secuestro, del que se supo por la agencia France Presse, que citaba a medios locales.
Los cuatro extranjeros fueron capturados en la carretera que une la capital con la segunda ciudad del pa¨ªs, Mosul, situada a 370 kil¨®metros al norteoeste de Bagdad. El comunicado hecho p¨²blico por la radio local de Samarra, una ciudad al norte de Bagdad incluida en el tri¨¢ngulo sun¨ª, se?ala que una "brigada" de esta organizaci¨®n desconocida hasta ahora detuvo a los cuatro hombres cuando viajaban "en coches civiles pertenecientes al Ej¨¦rcito de EE UU".
El secuestro ha sucedido cuando Australia se encuentra en plena campa?a electoral para las elecciones del 9 de octubre y d¨ªas despu¨¦s de que dos suicidas hiciesen explosionar un coche bomba ante la verja de la Embajada de Canberra en Indonesia. En el atentado murieron 9 personas y 160 resultaron heridas. El Gobierno conservador de John Howard fue el primero en colocarse al lado de George W. Bush en su campa?a contra Irak. Australia envi¨® 2.000 soldados en el momento de la guerra, pero una vez que Bush la dio por terminada ha reducido el n¨²mero de sus efectivos a 850 militares. El jefe de la oposici¨®n, el laborista Mark Latham, se opone a mantener las tropas en Irak y ha anunciado que si gana las elecciones "volver¨¢n a casa por Navidad".
Los radicales de Monote¨ªsmo y Guerra Santa colocaron ayer en Internet el asesinato de un camionero turco capturado cuando transportaba material de construcci¨®n para una base de EE UU cerca de Tikrit.
Mientras, el ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, viaj¨® a varios emiratos del golfo P¨¦rsico para reclamar, una vez m¨¢s, la liberaci¨®n de las dos j¨®venes secuestradas en Irak hace una semana. "Apelo a la solidaridad, al afecto, al coraz¨®n", dijo Frattini en Kuwait, "porque Italia es un pa¨ªs amigo de los ¨¢rabes y esas dos personas estaban en Bagdad para hacer el bien". El Gobierno de Roma no hab¨ªa conseguido establecer contacto con los secuestradores y contaba las horas con angustia: anoche expir¨® un nuevo ultim¨¢tum, lanzado presuntamente por quienes reten¨ªan a Simona Pari y Simona Torretta, para que las tropas italianas se retiraran de territorio iraqu¨ª.
El ultim¨¢tum, firmado por la Yihad Isl¨¢mica y difundido el domingo a trav¨¦s de Internet, fue considerado "cre¨ªble, aunque sin ninguna certeza" por los expertos de la Administraci¨®n. "Si en 24 horas no vemos se?ales de retirada de los soldados italianos, ejecutaremos la condena divina que consistir¨¢, si Dios quiere, en el degollamiento de las dos mujeres", dec¨ªa el mensaje.
El secuestro de Pari y Torretta, conocidas como "las dos Simonas", ambas de 29 a?os, conmueve desde el pasado d¨ªa 7 a la sociedad italiana. Otros dos rehenes, el guardaespaldas Fabrizio Quattrocchi y el periodista Enzo Baldoni, ya hab¨ªan sido asesinados por grupos terroristas en Irak. Esta vez, sin embargo, se trataba de dos mujeres que atend¨ªan a ni?os enfermos en Bagdad por cuenta de la organizaci¨®n Un puente hacia..., que se opuso siempre a la invasi¨®n y a la guerra. Si alguien merec¨ªa la consideraci¨®n de v¨ªctima inocente, eran "las dos Simonas".
La recepci¨®n del ultim¨¢tum supuso el inicio de una noche siniestra. Mientras los familiares de Torretta velaban junto al tel¨¦fono, a la puerta de su casa fue destruida una peque?a tienda instalada para recoger apoyos en favor de la liberaci¨®n. Quienes cometieron el acto vand¨¢lico dejaron tras de s¨ª esv¨¢sticas pintadas en las paredes. Los mismos signos quedaron en los muros de la sede del Gobierno provincial de Roma, donde fueron robadas dos fotograf¨ªas gigantescas de las dos mujeres. "No sabemos si estamos hablando de un acto cometido por imb¨¦ciles, o si se trata de algo m¨¢s grave", dijo un portavoz del Gobierno provincial.
El viaje de Frattini a Kuwait, Qatar y los Emiratos ?rabes Unidos constitu¨ªa un acto simb¨®lico, un esfuerzo por captar la atenci¨®n de los secuestradores y, sobre todo, de la opini¨®n p¨²blica musulmana. El ministro de Exteriores era consciente de que los tres emiratos, relativamente tolerantes, no disfrutaban del aprecio de los extremistas isl¨¢micos. Pero albergaban medios de comunicaci¨®n influyentes, como las televisiones Al Yazira y Al Arabiya, y pod¨ªan servir como caja de resonancia de un mensaje casi desesperado. El Gobierno de Silvio Berlusconi hab¨ªa tratado de establecer contactos con los secuestradores, o con personas allegadas a ellos, para ofrecer dinero a cambio del rescate o de una delaci¨®n, al igual que hizo en el caso de los cuatro guardaespaldas: en aquella ocasi¨®n salvaron la vida tres de ellos. Esta vez, sin embargo, los intentos han resultado est¨¦riles. Y la opci¨®n de retirar las tropas se descarta incluso por los partidos de la oposici¨®n contrarios a la guerra y a la presencia militar en Irak.
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