Un bombardeo de EE UU sobre Faluya causa la muerte de 19 mujeres y ni?os

Haifa, la c¨¦ntrica calle de Bagdad, volvi¨® ayer a ser escenario de combates. Fue una noche violenta y ruidosa: disparos de fusil, tableteo de ametralladoras, vuelo de helic¨®pteros y blindados dirigi¨¦ndose al lugar de la batalla. Era un operativo dise?ado para extirpar un basti¨®n insurgente. De poco sirvi¨®: ayer se produjeron dos ataques con coche bomba, uno en Haifa, que los soldados lograron impedir, y otro en la calle comercial Al Rashid, en el que murieron al menos cinco personas. Bombardeos de EE UU contra Faluya mataron ayer a decenas de civiles, entre ellos 19 mujeres y ni?os.

La insurgencia lanza casi a diario desde Haifa granadas de mortero sobre la zona verde, a tan s¨®lo un kil¨®metro de distancia, sede de la Embajada de EE UU. Se considera que ese distrito, conocido por su irredenta fe sadamista, es el n¨²cleo de la resistencia en Bagdad y un serio riesgo para la seguridad estadounidense y del Gobierno interino. No se ha informado de muertos, heridos o detenidos.

Tras las torres de viviendas de la primera l¨ªnea de la calle crece un tupido laberinto de casas bajas y callejuelas en las que no cabe un carro de combate. El sellado de Haifa comenz¨® de noche, tras la entrada en vigor del toque de queda impuesto el domingo (ocho de la tarde a cuatro de la ma?ana). Tiradores de ¨¦lite se apostaron en los edificios aleda?os. En el despliegue particip¨® la Guardia Nacional iraqu¨ª.

Al alba, un coche bomba con dos personas trat¨® de reventarse contra un control estadounidense a la entrada de la calle Haifa. Los soldados, alertados por su excesiva velocidad, abrieron fuego sobre ¨¦l y el veh¨ªculo explot¨®. Seis horas despu¨¦s, al otro lado del r¨ªo, un Chevrolet explosion¨® en un control m¨®vil en la plaza Maaruf Russafi, cerca de la calle Al Rashid, donde la polic¨ªa local imped¨ªa el tr¨¢nsito hacia Haifa.

El atentado caus¨® al menos cinco muertos y 20 heridos. A esa hora, Al Rashid, arteria de peque?os comercios familiares de ultramarinos y ferreter¨ªas, se hallaba muy concurrida debido a la festividad del viernes. Las ventanas fueron arrancadas de cuajo y un manto de cristales rotos cubri¨® el asfalto. De los marcos colgaban jirones de cortinas y persianas trizadas. El cr¨¢ter dejado por la deflagraci¨®n ten¨ªa unos tres metros.

Autorizaci¨®n de Alaui

No fueron ¨¦stos los ¨²nicos incidentes del d¨ªa. Un portavoz militar estadounidense inform¨® ayer de que "aviones de EE UU hab¨ªan lanzado ataques de precisi¨®n" a las 9.45 contra una casa cerca de Faluya, en la aldea Qaryat ar Rufushde, al sur de la ciudad, donde celebraban una reuni¨®n 90 muyahidin extranjeros pertenecientes al grupo Monote¨ªsmo y Guerra Santa, dirigido por el jordano Abu Musab al Zarqaui, a quien Washington vincula con Al Qaeda. El resultado fue de 60 muertos. En ese comunicado se asegura que la acci¨®n fue autorizada por el primer ministro iraqu¨ª, Ayad Alaui. Anoche, aviones de EE UU lanzaron nuevos ataques.

Pero la versi¨®n oficial no coincide con las fuentes del hospital de Faluya, las im¨¢genes emitidas por la cadena qatar¨ª Al Yazira y los datos del propio Ministerio de Salud iraqu¨ª, que ayer dio cuenta de 44 muertos (32 en la aldea de Zoba, tambi¨¦n al sur de Faluya, donde 13 casas fueron arrasadas), 17 de ellos son ni?os, adem¨¢s de dos mujeres y dos ancianos. Uno de los religiosos sun¨ªes que componen el llamado Consejo de Ulemas, Adbelghafur al Samarrai, acus¨® ayer a EE UU de hacer de Zarqaui "una excusa" para bombardear ciudades.

En las im¨¢genes de Al Yazira se ven civiles sacados de las ambulancias con heridas traum¨¢ticas en piernas y brazos. Otro de los planos se detiene en un peluche abandonado entre los escombros de una vivienda. Pertenece al barrio faluy¨ª de Shuhada, donde perecieron dos mujeres. Desde los altavoces de los alminares de las mezquitas los imanes solicitaban donantes de sangre para los heridos (44 seg¨²n el Ministerio de Salud), mientras que profer¨ªan proclamas de lucha: "Dios es grande". Los primeros entierros comenzaron pronto, al mediod¨ªa. En cada fosa cavada, estrecha y alargada, depositaban cuatro cuerpos en fila envueltos en mantas. Algunos bultos eran muy peque?os. Adem¨¢s, cuatro marines estadounidenses perdieron ayer la vida en dos ataques en la provincia de Al Anbar, donde se hallan Faluya y Ramadi. El n¨²mero de soldados de EE UU muertos desde el inicio de la guerra hace 18 meses asciende a 1.025. Otro dato: el de iraqu¨ªes fallecidos s¨®lo en septiembre supera los 360.