Los fuegos se apagan en invierno
Ante la evidencia probada de que la controversia pol¨ªtica incita a los pir¨®manos, en pasadas legislaturas se alcanz¨® el consenso entre la mayor parte de los interlocutores pol¨ªticos y sociales para evitar el debate pol¨ªtico sobre los incendios forestales en periodo de m¨¢ximo riesgo, es decir, del 15 de junio al 15 de septiembre.
Durante muchos a?os, se ha respetado este pacto no escrito, que se ha roto este verano por los dirigentes del PP con intervenciones p¨²blicas desafortunadas, producidas por la frustraci¨®n ante los resultados electorales y la falta de confianza en lograr la mayor¨ªa electoral mediante el ejercicio de una oposici¨®n responsable, lo que les ha llevado a una estrategia pol¨ªtica de, nunca mejor dicho, "tierra quemada".
En el bosque se dilucidan rencillas y venganzas, se ajustan cuentas y se cobran deudas de tr¨¢nsitos, de caza, de linderos...
El destino precipitado de recursos p¨²blicos tras un incendio puede ser una invitaci¨®n a los pir¨®manos
La calidad democr¨¢tica, que exige el libre debate pol¨ªtico sobre todos los asuntos de inter¨¦s general, no se ve menoscabada porque ¨¦ste tenga lugar durante el periodo de bajo riesgo de incendios, teniendo en cuenta adem¨¢s que se ha insistido mucho en que "los fuegos se apagan en el invierno con una adecuada pol¨ªtica forestal".
La oposici¨®n ha solicitado inmediatamente tras los incendios ayudas econ¨®micas, inversiones y la declaraci¨®n de zona catastr¨®fica, figura que, por cierto, no existe en la legislaci¨®n espa?ola desde hace muchos a?os. Esta muestra de demagogia y oportunismo pol¨ªtico no tiene en cuenta que, para evaluar la incidencia real de un incendio forestal es necesario esperar un cierto tiempo, para verificar la vegetaci¨®n que se recupera inmediatamente o con las primeras lluvias. Es m¨¢s, el destino precipitado de recursos p¨²blicos tras un incendio y su difusi¨®n informativa, puede ser una invitaci¨®n a los pir¨®manos de otras localidades para conseguir inversiones y jornales.
El comportamiento delictivo o enfermizo de los pir¨®manos se ve estimulado por el debate pol¨ªtico, que gira l¨®gicamente en torno a las responsabilidades de las instituciones y de quienes las gobiernan. De esta forma, los verdaderos autores apenas son mencionados y el debate puede darles, sin pretenderlo, justificaciones y coartadas argumentales para sus actos criminales.
Hace a?os, en los tiempos del dictador, en las carreteras y caminos que transitaban por los bosques era frecuente encontrar carteles pedag¨®gicos-publicitarios que rezaban: "Cuando un monte se quema, algo suyo se quema". Manos an¨®nimas, con retranca o mala uva, sol¨ªan a?adir: "Se?or Conde".
Hoy la pedagog¨ªa parece haber tenido ¨¦xito para la mayor¨ªa de los ciudadanos, que valoran como una grave cat¨¢strofe p¨²blica la quema de cualquier superficie forestal, al margen de quien sea el propietario, pero algunos se han quedado enganchados en el rencor o el ajuste de cuentas.
La mayor parte de los fuegos son provocados por el hombre, por negligencia o con premeditaci¨®n. El bosque es el escenario en el que se dilucidan muchas rencillas y venganzas, donde se ajustan cuentas y se cobran deudas de tr¨¢nsitos, de caza, de linderos, de agravios, hasta de herencias familiares. La casu¨ªstica puede ser interminable.
Sin triunfalismos, ni falsa modestia, podemos decir que en Andaluc¨ªa tenemos uno de los mejores sistemas de lucha contra los incendios forestales del mundo, que hace que la mayor parte de los incendios se queden en "conatos", porque afectan a una superficie muy peque?a al ser apagados r¨¢pidamente, en un tiempo aproximado de diez minutos.
Generalmente, nos enfrentamos al gran incendio cuando se acumulan una serie de circunstancias adversas: la elecci¨®n por el pir¨®mano del lugar adecuado (abundancia de pasto, monte bajo y arbolado continuo), del momento adecuado (a la ca¨ªda de la tarde de un d¨ªa muy caluroso) y acompa?adas de la regla de los tres 30: menos del 30% de humedad, m¨¢s de 30 grados de temperatura y de 30 km/h en la velocidad del viento
El Infoca dispone de una notable aportaci¨®n econ¨®mica, combina las tareas de extinci¨®n con las de previsi¨®n. El colectivo humano que lo compone ha alcanzado un alto grado de especializaci¨®n profesional y cuenta con una amplia red de CEDEFOS (Centros de Defensa Forestal) y con las mejores tecnolog¨ªas disponibles: medios a¨¦reos, veh¨ªculos especiales, equipamiento personal, planimetr¨ªa, GPS, sistema de comunicaciones, dispositivo de alerta mediante puestos de vigilancia y c¨¢maras de infrarrojos del Sistema Bosque, etc.
Aunque es mejorable, como toda obra humana, no es en el dispositivo de extinci¨®n donde est¨¢n los mayores problemas, sino en la prevenci¨®n y en la depuraci¨®n de las responsabilidades civiles y penales de los responsables de provocar un incendio, ante las dificultades para su identificaci¨®n.
En el bosque mediterr¨¢neo, una parte sustancial de la prevenci¨®n son los tratamientos selv¨ªcolas (limpieza, desbroce, podas y entresacas, etc¨¦tera), los cortafuegos, la disposici¨®n de puntos accesibles y cercanos para abastecerse de agua y los caminos de accesos.
Los bosques de Andaluc¨ªa tambi¨¦n han padecido la estrategia de acoso y marginaci¨®n de los gobiernos del PP, que quit¨® a la Junta de Andaluc¨ªa los fondos europeos destinados a las tareas forestales para d¨¢rselos a los ayuntamientos y diputaciones gobernadas por su partido. Y el resultado es nefasto porque los han destinado a actuaciones urban¨ªsticas e inmobiliarias, en beneficio de los promotores privados que se han ahorrado importantes inversiones. Se ha denunciado en los medios de comunicaci¨®n la construcci¨®n de edificios y el arreglo de iglesias con estos recursos, en un claro fraude a la Uni¨®n Europea, que ahora podr¨ªa reclamarlos por gasto indebido.
Est¨¢ generalmente aceptado que: "los fuegos se apagan en invierno y que las inundaciones se evitan en las monta?as". Una pol¨ªtica forestal adecuada tiene la llave de ambos problemas que nos asolan.
Estamos ante un asunto de inter¨¦s general que exige el compromiso y el esfuerzo de todos, vertebrado a trav¨¦s del consenso en un pacto nacional al margen de la refriega pol¨ªtica y los debates de coyuntura electoral.
Jos¨¦ Luis Blanco Romero es diputado socialista y Secretario Primero de la Mesa del Parlamento de Andaluc¨ªa
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