Schr?der cree que lo peor para su partido ya ha pasado

El lenguaje corporal lo dec¨ªa todo ayer en la sede de los dos grandes partidos en Berl¨ªn. Al valorar los resultados de las elecciones del domingo en Sajonia y Brandeburgo, caras de entierro en la Casa Adenauer, sede de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU), y euforia, sonrisas y ramos de flores en la Casa Willy Brandt, la central del Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD). Los socialdem¨®cratas parecen pensar que lo peor ya ha pasado.

Al mismo tiempo, expertos y analistas no se ponen de acuerdo en la interpretaci¨®n del triunfo de los ultraderechistas, el Partido Nacional Democr¨¢tico de Alemania (NPD) que con un 9,4% de votos contar¨¢ con 13 diputados en el Parlamento de Sajonia y la Uni¨®n del Pueblo Alem¨¢n (DVU), un 6% y seis esca?os en el de Brandeburgo.

El SPD se las promete muy felices. Poco importa que el partido haya perdido m¨¢s de un 7% de votos en Brandeburgo y en Sajonia haya obtenido un porcentaje de un d¨ªgito, por debajo del 10%, el peor resultado de la socialdemocracia en un Estado federado en la moderna historia alemana, s¨®lo unas d¨¦cimas por encima de los ultraderechistas del NPD.

Lo importante para los estrategas del SPD es que la elecci¨®n del domingo supone "un cambio del viento", que ya no sopla en contra, la ca¨ªda parece haber tocado fondo y ahora toca iniciar la remontada. El canciller Gerhard Schr?der (SPD) hasta se mostr¨® "optimista" ante las elecciones municipales del domingo en Renania del Norte-Westfalia, feudo tradicional de la socialdemocracia que con 18 millones de habitantes tiene m¨¢s electores que los cinco nuevos Estados federados a?adidos tras la desaparici¨®n de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana.

La alegr¨ªa del SPS se fundamenta en que los votantes han inflingido un severo castigo a los democristianos (CDU) tras haber comprendido, al fin, que tambi¨¦n son responsables de la legislaci¨®n que recorta las prestaciones sociales.

La CDU ha sufrido en Sajonia una derrota apote¨®sica. Cay¨® la CDU de un 56,9% a un 41,1% de votos, perdi¨® la mayor¨ªa absoluta en el Landtag y tendr¨¢ que recurrir a los 13 diputados del SPD para formar una gran coalici¨®n para gobernar con un m¨ªnimo de estabilidad el Estado puntero del este de Alemania. En Brandeburgo las p¨¦rdidas de la CDU, de un 26,6% a un 19,4%, fueron similares en cuant¨ªa a las del SPD. No obstante, el SPD puede ahora darse el lujo de escoger socio de coalici¨®n: seguir, como hasta ahora, en una gran coalici¨®n con la CDU o cambiar de pareja y hacer una alianza de izquierda con los poscomunistas del Partido del Socialismo Democr¨¢tico (PDS) como en Brandeburgo-Pomerania occidental o en Berl¨ªn.

El ¨¦xito de la ultraderecha, aunque estaba anunciado, cay¨® como una bomba en Alemania. Ayer analistas de toda laya se dedicaban a descifrar si son galgos o podencos. Unos sostienen que se trata de peligrosos neonazis. Otros aseguran que son votos de protesta de los que, indignados por los recortes sociales, el paro y frustrados por lo que consideran mal trato de los arrogantes alemanes del oeste, quisieron dar un aviso. El retrato robot del votante ultraderechista presenta a un joven entre 18 y 29 a?os o a los hombres menores de 35 con menos formaci¨®n. Predominan lo hombres sobre las mujeres y la ultraderecha ha cosechado gran n¨²mero de sus votos entre los parados.