'Conociendo a Julia', un elegante y seductor filme de Istv¨¢n Szab¨®
Xu Jing Lei present¨® una nueva versi¨®n de 'Carta de una desconocida'
El festival entr¨® ya en su ¨²ltima etapa y lo hizo con la proyecci¨®n de tres filmes de muy distinta calidad y condici¨®n: dos adaptaciones literarias, Conociendo a Julia y Carta de una mujer desconocida, y Mi padre es ingeniero, con gui¨®n original, para su desgracia cabe a?adir.
M¨¢s de 100 a?os despu¨¦s de comercializado el invento todo parece indicar que la colaboraci¨®n con la literatura, con las adaptaciones de novelas, sigue siendo imprescindible. Ni ha muerto la novela ni el cine acab¨® con la literatura para desdicha de los agoreros. Conociendo a Julia, basada en la obra Teatro, de W. Somerset Maugham, espl¨¦ndidamente adaptada al cine por Ronald Harwood y bien dirigida por Istv¨¢n Szab¨®, es un gran regalo para su protagonista, Annette Bening, que recibi¨® ayer su merecido Premio Donostia, y para los espectadores. Unos estupendos Jeremy Irons y Miriam Margoyles (la Fly de Babe, el cerdito valiente) y un elegante Bruce Greenwood arropan con su gran oficio a la due?a y se?ora de la pantalla.
En el Londres de 1938, el mismo en el que triunfaban las obras de Somerset Maugham, asistimos a los dif¨ªciles momentos en los que Julia Lambert (Annette Bening), triunfadora absoluta del teatro, comienza a sentir los primeros indicios del declive como la gran seductora que siempre hab¨ªa sido. Dicho en argot fisiol¨®gico: comienza la menopausia. Y cuando est¨¢ a punto de tirar la toalla en el escenario, surge el amor de un joven que encubre su arribismo en la falsa adoraci¨®n. El rebrote de la pasi¨®n reafirma su capacidad seductora y estimula de nuevo sus ganas de vivir, que en su caso son tambi¨¦n las ganas de actuar. Tras constatar que el amor del joven no era sino una prosaica coartada de su ambici¨®n, y superada la depresi¨®n inicial, la actriz lleva a cabo una demoledora venganza llena de inteligencia y sabidur¨ªa vital. Un atractivo papel que la Bening desempe?a a la perfecci¨®n y que expl¨ªcita o impl¨ªcitamente la convierte en abanderada de todas la mujeres que tienen que soportar el injusto trato que la autosatisfecha sociedad adjudica a las mujeres maduras, Hollywood incluido, tan distinto al que concede a la madurez masculina.
C¨ªnico cosmopolitismo
Conociendo a Julia es un filme comercial que honra a la industria y que suele ser despreciado por la cr¨ªtica m¨¢s combativa y radical. Sin embargo, su productor, Robert Lantos, lo ha sido tambi¨¦n de tres largometrajes de Atom Egoyan y del inquietante Crash, de David Cronenberg, entre otros. Al encanto que desprende la pareja protagonista, Bening e Irons, hay que a?adir una cuidada ambientaci¨®n, decorados y vestuario y, sobre todo, un alarde de c¨ªnico cosmopolitismo en los di¨¢logos al que tan aficionados y dominadores han sido los escritores sibaritas del Reino Unido de entreguerras del pasado siglo. Los Fosters, Somerset Maugham, Waugh, etc¨¦tera, esos grandes observadores de la alta sociedad.
El segundo largometraje de los exhibidos ayer, Carta de una desconocida, adaptado del relato hom¨®nimo de Stefan Zweig por su directora y protagonista, la china Xu Jing Lei, tiene en su haber el ser literalmente respetuoso con un excelente texto literario, enmarcado en el Pek¨ªn de 1948, y en su debe el que no supera en ning¨²n momento la primera adaptaci¨®n al cine que realiz¨® Max Oph¨¹ls 56 a?os atr¨¢s, tambi¨¦n en 1948. No deja de ser una osad¨ªa el que el segundo largometraje de la actriz china sea la adaptaci¨®n, direcci¨®n e interpretaci¨®n de un cl¨¢sico de la literatura y el cine, pero lo cierto es que encara y aprueba el reto con correcci¨®n. El ritmo narrativo es lento, muy lento, y sin embargo se acepta por la sutileza de la mirada, el gusto por el detalle y una estupenda fotograf¨ªa de Li Ping Bin.
La tercera pel¨ªcula de la secci¨®n oficial del certamen, Mi padre es ingeniero, del franc¨¦s Robert Gu¨¦diguian, es la demostraci¨®n de que no siempre lo original es mejor que lo adaptado, que las ideas propias o son estupendas o es mejor recurrir a las ajenas, y de que el cine no siempre es verdad, pues si el padre (de la criatura) fuera efectivamente ingeniero se habr¨ªa dedicado a su oficio en lugar de realizar una pel¨ªcula tan pretendidamente redentora y l¨²cida como eg¨®latra y ramplona. "Desde Ce dernier ¨¦t¨¦", explica Gu¨¦diguian, "relato la cr¨®nica de un mundo en v¨ªas de extinci¨®n. Al describir c¨®mo todo se detiene, sigo adelante. La voluntad de seguir es la voluntad de ser a pesar de que desaparezcan ciertas cosas de donde hemos salido. En Mi padre es ingeniero he conseguido retomar todos los grandes motivos de mi biograf¨ªa y darles una nueva forma y buena salud. En el fondo soy un seguidor del repertorio: es posible trabajar siempre con los mismos temas". Lo dicho: mejor la ingenier¨ªa.
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