El Villarreal se queda en la teor¨ªa
El equipo de Pellegrini desaprovecha su dominio ante un Sevilla ordenado
El Villarreal cuenta con una n¨®mina de jugadores de ataque que para s¨ª quisieran otros equipos. Cuenta con Diego Forl¨¢n, llegado del Manchester United, con Jos¨¦ Mari, con Guayre y con Anderson. Y, sin embargo, al Villarrael le falta, hasta el momento, gol. Dos ha conseguido hasta el momento en cuatro partidos. Un bagaje raqu¨ªtico y que le ha condenado a sumar s¨®lo tres puntos. Ayer le result¨® m¨¢s dif¨ªcil encontrar pasadizos, vislumbrar maneras de desmontar a su rival, que se mueve como nadie en terrenos escabrosos.
Pocos reproches se pueden hacer a las formas que maneja el Villarreal. M¨¢s bien al contrario, todos son parabienes para su juego pre?ado de plasticidad, con clara vocaci¨®n ofensiva, sin especular, sin atender a lo que diga o a lo que haga el rival, sin importarle su identidad, ni si act¨²a de local o visitante. El caso es lo mismo. Le sucedi¨® en las tres jornadas anteriormente disputadas. Ante el Valencia, frente a la Real y con el Racing.
VILLARREAL 0 - SEVILLA 0
Villarreral: Reina; Javi Venta, Gonzalo Rodr¨ªguez, Quique ?lvarez (Pe?a, m. 68), Armando S¨¢; Cazorla (Guayre, m. 75), Senna, Battaglia, Riquelme; Jos¨¦ Mari (Forl¨¢n, m. 62) y Anderson.
Sevilla: Esteban; Sergio Ramos, Javi Navarro, Alfaro, David; Alves, Casquero (Pablo, m. 84), Mart¨ª (Jordi, m. 59), Antonio L¨®pez; Jes¨²s Navas (Anto?ito, m. 46) y Dar¨ªo Silva.
?rbitro: Teixeira Vitienes. Amonest¨® a Quique ?lvarez, Javi Navarro, Casquero, Mart¨ª, Jordi, Javi Venta, Antonio L¨®pez y Mart¨ª.
Unos 12.000 espectadores en el estadio de El Madrigal.
El dominio, la posesi¨®n y todo lo que se supone que te hace mejor que el contrario, que el camino elegido para alcanzar el objetivo es el adecuado, se queda en buenas intenciones y, en la pr¨¢ctica el equipo cuenta con dos puntos en el casillero, dos empates en tres partidos ligueros.
Sin querer, llegan las dudas y el estr¨¦s positivo se puede convertir en ansiedad. Al Villarreal le urg¨ªan los tres puntos por lo civil o por lo criminal y no por ello renunci¨® a su estilo. Comenz¨® el encuentro secuestrando el esf¨¦rico, circul¨¢ndolo de derecha a izquierda con dinamismo y sencillez. El problema es que enfrente ten¨ªa al Sevilla con todo lo que ello significa, con sus peque?os vicios convertidos en virtudes. Caparr¨®s no se cansa de pedir humildad y esfuerzo, de ir paso a paso, de decir que las grandes metas se consiguen con peque?os pasos.
El Sevilla fue fiel a lo que su entrenador espera de ¨¦l, sacrificado y humilde, m¨¢s a¨²n sin tener la alegr¨ªa y la llegada de Julio Baptista, su estrella, su definidor. Tampoco estaba Renato, otro descubrimiento. Daba lo mismo, el alma, el esp¨ªritu aguerrido y tenaz es algo natural e innato en el Sevilla. Y, pronto, tras un comienzo prometedor del Villarreal, el conjunto andaluz llev¨® a su adversario al terreno fangoso por el cual se mueve con soltura. Y nadie mejor para alterar los nervios que Dar¨ªo Silva al que s¨®lo le falta morder, si el reglamento se lo permitiera. El delantero uruguayo ejerci¨® de telonero para una posterior trifulca entre jugadores de ambos equipos que deton¨® los ¨¢nimos oscuros de los jugadores. Y el f¨²tbol pas¨® a un nuevo plano m¨¢s visceral y menos vistoso.
Entonces el Sevilla se encontr¨® en su salsa. El Villarreal fue menos fluido de lo habitual, su bagaje ofensivo mengu¨® y las escasas ocasiones de que dispuso fueron facilmente abortadas por la zaga andaluza, con Javi Navarro y Pablo Alfaro a la cabeza, que demostraron toda su gracia en el arte de defender. Entr¨® Forl¨¢n por Jos¨¦ Mari y dispuso de su oportunidad, al igual que Anderson, que raramente malogr¨® sus ocasiones. No era el d¨ªa del Villarreal, no era el rival adecuado.
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