"Puedo disfrutar con una mala pel¨ªcula, pero no con una mala novela"
A Mario Vargas Llosa no le pasa lo que al poeta liban¨¦s Georges Schelad¨¦, con el que coincidi¨® en 1976 en el jurado del Festival de Cine de Cannes. Lo cuenta el propio Vargas. "Era un viejecito absolutamente encantador. A los tres d¨ªas de estar viendo pel¨ªculas con nosotros cay¨® enferm¨® y confes¨® que, hasta entonces, ¨¦l s¨®lo ve¨ªa una o dos pel¨ªculas al a?o y que el r¨¦gimen de cuatro o cinco pel¨ªculas diarias no le permit¨ªa dormir y ten¨ªa pesadillas. Termin¨® enfermo y medicado". El escritor hispano-peruano, que preside este a?o el jurado del Festival de Cine de San Sebasti¨¢n, puede ver varias pel¨ªculas diarias sin ning¨²n problema. Y m¨¢s si son de acci¨®n, las que m¨¢s le gustan. "Las pel¨ªculas de reflexi¨®n, intimistas, si est¨¢n bien hechas, por supuesto que me conmueven, pero el cine que creo que m¨¢s aprovecha las posibilidades audiovisuales es el de acci¨®n, de aventuras. Soy un gran entusiasta de los westerns y tambi¨¦n del cine policial. Me encanta el cine policial, al contrario que la literatura policial, que me aburre, con excepciones".
"Nunca he estado en un jurado de cine que no haya recibido silbidos"
El autor de La fiesta del Chivo asegura que la mirada del escritor, como la mirada del cineasta, tiene que ver con la ficci¨®n. "Probablemente, el escritor no tiene mucho que decir desde el punto de vista t¨¦cnico, si se trata de juzgar la calidad visual de las im¨¢genes, pero sobre el tema de la ficci¨®n, sobre la manera de contar una historia, sobre la manera de construir el tiempo, de establecer los puntos de vista para que una historia parezca persuasiva, s¨ª creo que el escritor y el cineasta tienen miradas comunes. Los mecanismos para que una historia de la impresi¨®n de soberan¨ªa, de autosuficiencia, es exactamente igual para una pel¨ªcula que para una novela".
Vargas Llosa se declara "un loco del cine", un arte para el que no es tan exigente como para la literatura. "Una mala novela no puedo leerla, se me cae de las manos y me produce una gran irritaci¨®n. Una mala pel¨ªcula, si no es pretenciosa, la puedo ver hasta el final e incluso divertirme. Quiz¨¢s porque leo con esa visi¨®n un poco deformada de quien ve los hilos que est¨¢n detr¨¢s de los mu?ecos que se mueven en el escenario. Con una pel¨ªcula puedo perderme, abandonarme a la pura ficci¨®n sabiendo que es mala".
Visconti, Bu?uel, Bergman o John Ford son los directores a los que este escritor, que ya tiene experiencia en jurados de cine pero nunca como presidente, cita como sus m¨¢s grandes mitos: "Aquellos que han sido capaces en ese mundo tan interferido como es el del cine de volcar una visi¨®n personal, sus man¨ªas, sus demonios, sus obsesiones. Eso para un cineasta es mucho m¨¢s dif¨ªcil que para un escritor, que, con un papel y un l¨¢piz, vuelca todo lo que tiene dentro".
Vargas Llosa, que no reconoce como suyas las im¨¢genes de las distintas adaptaciones cinematogr¨¢ficas que se han hecho de sus distintas novelas -"no siento que es aquello lo que yo escrib¨ª"-, no puede ser m¨¢s feliz estos d¨ªas. "Ser jurado de un festival de cine es la profesi¨®n ideal.Uno ve cuatro o cinco pel¨ªculas al d¨ªa, son muy bien tratados, es el para¨ªso, la felicidad". Una felicidad que espera que contin¨²e ma?ana cuando el jurado d¨¦ a conocer sus premios. "Espero que se produzca un milagro, que no haya silbidos. Nunca he estado en un jurado cinematogr¨¢fico que no haya recibido silbidos. Me acuerdo en una ocasi¨®n en la que pele¨¦ a muerte contra una pel¨ªcula que yo detest¨¦ y a la que el jurado le dio finalmente el premio. Recuerdo haber estado ah¨ª recibiendo la silbatina poniendo cara de solidaridad con mis compa?eros cuando yo estaba totalmente de acuerdo con lo que silbaban". ?Tiene miedo a ma?ana? "No", asegura riendo. "Habr¨¢ silbidos, me temo".
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