El arte contra la vida
La lecci¨®n del maestro es una lecci¨®n doble: la que ofrece el maestro en cuesti¨®n, Henry St. George, un escritor consagrado, al joven narrador Paul Overt y la que el maestro James ofrece al lector. Esta pieza se considera tradicionalmente una novela para escritores, pero en realidad es una novela sobre el anhelo de perfecci¨®n encuadrada en una historia que maneja el cinismo con turbadora ambig¨¹edad. La an¨¦cdota es di¨¢fana: un joven escritor con verdadera ambici¨®n literaria se encuentra con un escritor consagrado cuya decadencia coincide con su vida matrimonial y familiar que le ha empujado a escribir "con promiscuidad y baratura". El maestro trata de advertir al joven sobre la claudicaci¨®n ante la fama y la necesidad de hacer dinero por cuenta de la escritura, es decir, lo previene para que, dado su brillante porvenir, no cometa el error que ¨¦l cometi¨® y que supone una claudicaci¨®n de la preeminencia del logro art¨ªstico sobre cualquier otra ambici¨®n.
LA LECCI?N DEL MAESTRO
Henry James
Traducci¨®n de F. Corriente,
I. Garc¨ªa, M. Mart¨ªnez-Lage, P. Mur y E. V¨¢zquez
Espasa. Madrid, 2004
136 p¨¢ginas. 9,90 euros
Entre ambos escritores surge la figura de una joven, Marian Fancourt, de car¨¢cter independiente, sumamente atra¨ªda por el fen¨®meno art¨ªstico (y los artistas). Ella admira a St. George, comienza a admirar a Overt y reunirlos le produce una viva satisfacci¨®n. Los tres son conscientes de la decadencia del maestro, cada uno a su manera, pero conscientes. Un cuarto personaje, m¨¢s en segundo plano, es la esposa de St. George, que representa el papel de la esposa que es a la vez agente literario, ama de llaves e interesada administradora del talento del escritor. El asunto es, pues, di¨¢fano: ?debe el artista entregarse ante todo y sobre todo a su arte a despecho de cualquier otro deseo de vida? Establecido el dilema entre arte y vida, se despliega la condici¨®n absoluta y excluyente de cada uno con respecto al otro si se trata de entregarse con plena dedicaci¨®n. Paul Overt habla con miss Fancourt a prop¨®sito de este asunto y confiesa dudoso que quiz¨¢ entregarse al arte parece insustancial en comparaci¨®n con "la gente de acci¨®n, con aquellos cuya obra es su vida". La contestaci¨®n de miss Fancourt se?ala el nudo de la novela: "?Y qu¨¦ es el arte, cuando es verdadero", le responde, "sino la m¨¢s intensa forma de vida?".
Siendo ¨¦ste el nudo, es verdad que la novela parece una novela para escritores, pero quiz¨¢ convenga recordar a esta altura aquel deseo de San Agust¨ªn, el de "ser mejor", que nos llevar¨ªa a abarcar un campo no ya m¨¢s amplio sino sustancial a la condici¨®n humana y que tiene todo que ver con la dedicaci¨®n a una vocaci¨®n. Por aqu¨ª es por donde el asunto adquiere un car¨¢cter de ejemplar generalidad, pues estar¨ªamos ante una actitud que se fundamenta en el anhelo de perfecci¨®n y el precio que ¨¦ste exige.
Sentado lo cual, no convie-
ne seguir adelante para no desvelar la trama -maravillosa, de absorbente sutileza psicol¨®gica e impecable ejecuci¨®n- que desarrolla el libro, pero s¨ª hay que se?alar tres asuntos de importancia. El primero, que se trata de un James de 1888, es decir, un James que a¨²n no ha llegado a la complejidad expresiva y de construcci¨®n de, por ejemplo, La copa dorada o El rinc¨®n feliz, que ha cerrado ya su primer periodo con Retrato de una dama y que pronto atacar¨¢ de nuevo el tema del artista en La musa tr¨¢gica; incluso volver¨¢ a ¨¦l en 1892 con La muerte del le¨®n; pero el dilema entre vida y arte -sustancial para la consecuci¨®n de su obra- queda emblem¨¢ticamente fijado en La lecci¨®n del maestro y, por as¨ª decirlo, en su propia vida de escritor. El segundo aspecto es la prodigiosa construcci¨®n del relato, el modo en que introduce a cada uno de los personajes, los acerca, los sit¨²a, los relaciona, selecciona sus movimientos, ordena sus conversaciones y acaba tirando de cada uno de los hilos que ha ido dejando sueltos para anudar una historia perfectamente clara en su intenci¨®n en torno a una exquisita e irreprochable ambig¨¹edad donde las consecuencias de los actos adquieren la transparencia de lo evidente y lo equ¨ªvoco del fondo del comportamiento humano. Un ejemplo: ?pretende St. George salvar a Overt de un destino como el suyo propio (la buena vida a cambio de la ambici¨®n literaria) o pretende salvarse ¨¦l mismo sacrificando a Overt? El lector admitir¨¢ ambas posibilidades y, al hacerlo, al admitirlas, tal y como lo expone James acabar¨¢ sospechando y admitiendo otras, a cual m¨¢s sutil, contradictoria y, a la vez, complementaria. La ambig¨¹edad, cuando est¨¢ magistralmente al servicio de una intenci¨®n definida, proporciona estos placenteros refinamientos.
El tercer aspecto que merece remarcarse es el resultado del trabajo conjunto de un equipo de traductores que no han troceado la novela para repartirse el trabajo sino que, por el contrario, han sobrepuesto su esfuerzo global para encontrar la mejor traslaci¨®n del "tono" James -tan delicado, tan penetrante, tan sugerente-. A fe que lo han logrado. La lecci¨®n del maestro es una lecci¨®n magistral del maestro Henry James amorosamente servida en esta edici¨®n.
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