Soldados de la ONU disuelven a tiros a grupos que se lanzan sobre la ayuda exterior en Hait¨ª

El desplazamiento del hurac¨¢n Jeanne hacia la costa este de Florida ha obligado a la evacuaci¨®n de cerca de un mill¨®n de sus habitantes, previamente advertidos sobre la devastaci¨®n causada por la tormenta tropical a su paso por Hait¨ª, donde ha dejado unos 2.400 muertos o desaparecidos, miles de viviendas destruidas, m¨¢s de 250.000 damnificados y muchedumbres hambrientas lanzadas a deg¨¹ello sobre la ayuda internacional. Debieron ser disueltas a tiros. El agua potable, la comida, los toldos, las medicinas y las purificadoras llegan a la isla antillana, pero su distribuci¨®n afronta problemas.

El n¨²mero de cad¨¢veres recuperados asciende ya a 1.286, en tanto que los servicios de Protecci¨®n Civil siguen dando por desaparecidas a 1.129 personas. En el noroeste de Hait¨ª el peligro de epidemias de paludismo, disenter¨ªa o fiebres tifoideas es considerable porque algunos se descompusieron sin haber sido sepultados. Pero el desbordamiento de las cloacas de Gonaives, con cerca de 200.000 habitantes y cerca de mil muertos, ser¨ªa mucho m¨¢s temible que la putrefacci¨®n de los cuerpos, a la vista de las fr¨¢giles defensas de los desnutridos haitianos, seg¨²n portavoces de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).

La escasa vertebraci¨®n del Estado, la fragilidad de las instituciones y la lamentable infraestructura nacional dificultaron la entrega de los auxilios. Arduamente, las brigadas de rescate alcanzaron las zonas m¨¢s aisladas y cuando lo hicieron se toparon con multitudes desesperadas.

Las decenas de miles de vecinos que pernoctaron varios d¨ªas a la intemperie sin alimentos, ni abrigo, bebiendo el agua de las inundaciones, fueron hordas, enlodadas y sucias, durante la entrada de los camiones de socorro. Soldados de la ONU dispararon al aire y lanzaron granadas lacrim¨®genas para impedir el asalto de los centros de distribuci¨®n. Una turba que hab¨ªa forzado el port¨®n de acceso de un almac¨¦n fue dispersada a la fuerza, pero carg¨® de nuevo cuando se disiparon los gases y el humo.

El remolque de comida donado por la Iglesia de Dios fue tomado por un grupo y su carga arrebatada. "Esto es una locura", dijo a la agencia Associated Press Arito Ferreira, un polic¨ªa portugu¨¦s que integra los 650 cascos azules destacados en Gonaives. "Vienen sin dar advertencia alguna [las organizaciones de ayuda]; intentan hacer el bien pero acabar¨¢ habiendo heridos", aseguraba el agente portugu¨¦s.

El 80% de los haitianos del noroeste necesitar¨¢ ayuda de emergencia en los pr¨®ximos meses, al haber perdido lo poco que ten¨ªan: casas, ropas y cosechas, seg¨²n inform¨® Abby Maxman, director de un grupo de ayuda internacional. Los ni?os del pa¨ªs m¨¢s pobre de Am¨¦rica, con el 80% de sus cerca de ocho millones de habitantes, pobre o m¨ªsero, son especialmente vulnerables a las enfermedades contagiosas.

Despu¨¦s de ensa?arse con Hait¨ª, Jeanne viaj¨® hacia la costa atl¨¢ntica de Florida. Un total de 15,3 millones de personas clavetean puertas y ventanas, refuerzan el anclaje de sus embarcaciones y se amarran los machos para aguantar la furia de los vientos del cuarto hurac¨¢n en seis semanas.