La UE y Libia
Los ministros de Exteriores de la Uni¨®n Europea aprobar¨¢n el mes pr¨®ximo el levantamiento del embargo militar impuesto a Libia desde 1986, ¨²ltimo paso para la plena normalizaci¨®n de relaciones. Es una decisi¨®n coherente y pragm¨¢tica una vez que la ONU levantara hace un a?o las sanciones econ¨®micas contra Tr¨ªpoli, que Gaddafi anunciara la eliminaci¨®n de sus arsenales de destrucci¨®n masiva y que su Gobierno solventara las indemnizaciones a los familiares de las v¨ªctimas de los atentados en una discoteca de Berl¨ªn (1986) y contra un avi¨®n franc¨¦s (1989), y tras saldar con EE UU sus responsabilidades pecuniarias por el atentado de Lockerbie (1988). La Administraci¨®n de Bush ha anunciado esta semana el fin del embargo comercial, despu¨¦s de autorizar en abril a sus compa?¨ªas petroleras a volver a invertir en el pa¨ªs norteafricano, y su secretario de Exteriores, Colin Powell, se entrevist¨® el jueves con su hom¨®logo libio, rompiendo as¨ª 25 a?os de incomunicaci¨®n oficial.
La acci¨®n europea supondr¨¢ autorizar -como quer¨ªa Italia y amenazaba con emprender sin el acuerdo de los dem¨¢s socios- la venta de equipo militar especializado y de fragatas para ayudar a controlar el flujo ilegal de inmigrantes a la UE. Libia es puente de entrada de clandestinos africanos, e Italia, Alemania y Reino Unido sugieren ahora, con la anuencia de Tr¨ªpoli, la creaci¨®n de centros de tr¨¢nsito en Libia para frenar este paso migratorio.
Gaddafi tiene un car¨¢cter err¨¢tico, pero ha dado muestras claras, sobre todo tras el atentado del 11-S, de querer acercarse a Occidente, buscar una relaci¨®n preferencial con la UE y abrir las puertas a su ac¨¦rrimo enemigo en los ochenta: EE UU. Es una estrategia inteligente y realista. Tr¨ªpoli ha devuelto las concesiones de explotaci¨®n a las firmas petroleras estadounidenses, pero tambi¨¦n quiere que los europeos participen en el desarrollo libio. Desde hace meses el pa¨ªs es una pasarela de pol¨ªticos y empresarios a la espera de obtener favores. Berlusconi ha estado tres veces en menos de un a?o, y otros, como el presidente franc¨¦s y el canciller alem¨¢n, se aprestan a ir. Ser¨ªa l¨®gico que tambi¨¦n Zapatero lo hiciera, como desea Gaddafi, en l¨ªnea con su pol¨ªtica de equilibrio con todos los pa¨ªses del Magreb.
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