Andaluc¨ªa, siempre a la vanguardia
El autor asegura que la ¨²nica limitaci¨®n que se imponen los socialistas a la hora de afrontar el debate de la reforma es la Constituci¨®n espa?ola
El tiempo coloca a todos en su sitio. Hace m¨¢s de tres a?os, el presidente de la Junta fue el primero en poner sobre la mesa la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa de 1981 para adaptarlo a la nueva realidad pol¨ªtica, social y econ¨®mica de Andaluc¨ªa. Los socialistas andaluces tom¨¢bamos la iniciativa en un asunto que hoy constituye el eje del debate pol¨ªtico andaluz y nacional, mientras que otras fuerzas pol¨ªticas, especialmente el Partido Popular, no quisieron subirse inicialmente a esta nueva locomotora del cambio. La sociedad andaluza opt¨® por tener voz propia y veintitr¨¦s a?os despu¨¦s nadie nos va a callar.
La postura de la derecha andaluza recordaba a otros tiempos, a su negativa a que la comunidad obtuviera su autonom¨ªa plena por la v¨ªa del art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n, al igual que Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Galicia. Se percib¨ªa cierta a?oranza de Javier Arenas y la direcci¨®n del PP a aquel eslogan maldito de Andaluz, ¨¦ste no es tu refer¨¦ndum con el que la derecha se desmarc¨® del sentir de un pueblo. El PP cometi¨® entonces un error hist¨®rico que todav¨ªa est¨¢ pagando y ahora ha estado a punto de reincidir. Su rectificaci¨®n es buena para la democracia. La adecuaci¨®n del Estatuto de Carmona precisa la participaci¨®n y el consenso de todos.
Es compatible el aumento de las cotas de autogobierno con la solidaridad
Andaluc¨ªa tiene que estar en los foros de la UE donde se juegue el futuro de nuestra tierra
Nuestra propuesta de reforma no era ni marketing electoral ni fuegos de artificio. Todo lo contrario. Constituye una iniciativa responsable, rigurosa y sin complejos. Aquellos agoreros que hablaban de una quimera han comprobado que la reforma ya no tiene marcha atr¨¢s. Es m¨¢s, ya existe el compromiso de tener un primer borrador del texto en el primer semestre de 2005.
?Por qu¨¦ apostamos con firmeza por la reforma? La Andaluc¨ªa de hoy no tiene nada que ver con la que heredamos despu¨¦s de siglos de abandono. El trabajo colectivo del pueblo andaluz ha permitido que esta tierra haya vivido su periodo de transformaci¨®n m¨¢s importante. Todo esto unido a un panorama mundial marcado por cambios vertiginosos y de gran profundidad como consecuencia de la revoluci¨®n tecnol¨®gica impulsada por la sociedad de la informaci¨®n, la globalizaci¨®n, un nuevo orden internacional o los movimientos migratorios hac¨ªa necesario una renovaci¨®n de aquellos fragmentos del texto que hab¨ªan quedado obsoletos. A nuevos tiempos, nuevas recetas que nos ayuden a desplegar todas nuestras potencialidades. En esa l¨ªnea, el Estatuto debe adaptarse a esta nueva realidad para que contin¨²e siendo el instrumento jur¨ªdico que ha posibilitado la convivencia pac¨ªfica y el despegue de esta tierra, pero adem¨¢s nos permita hacer frente a nuevos retos y nuevos derechos sociales.
No hemos entendido la reforma del Estatuto de Carmona como un fin en s¨ª mismo, sino una respuesta necesaria basada en criterios de utilidad para la ciudadan¨ªa y un nuevo horizonte de cambio para Andaluc¨ªa. Por este motivo, esta iniciativa de indudable calado pol¨ªtico qued¨® condicionada al proyecto de la Segunda Modernizaci¨®n. Lo importante era definir qu¨¦ Andaluc¨ªa quer¨ªamos para los pr¨®ximos a?os y a partir de ah¨ª acometer, si era necesario, la relectura de la carta magna andaluza. Los buenos edificios requieren buenos cimientos. La Segunda Modernizaci¨®n de Andaluc¨ªa ya est¨¢ en marcha y el objetivo es conseguir que en los pr¨®ximos veinte a?os esta tierra alcance los niveles de desarrollo, bienestar y solidaridad de las regiones m¨¢s avanzadas de nuestro entorno.
El proyecto para afrontar el futuro con esperanza y garant¨ªa ya se ha concretado. La reforma por la que se apuesta es para que Andaluc¨ªa siga siendo siempre de primera. Se trata de elaborar un nuevo documento que ser¨¢ de gran utilidad para situar a Andaluc¨ªa en el lugar que le corresponde. En el proceso que ahora se abre, los socialistas andaluces no vamos a estar mirando a los dem¨¢s, ni preocupados por lo que cada uno vaya a hacer con su Estatuto; nuestra postura es de respeto hacia la posici¨®n que adopten otras comunidades aut¨®nomas; eso s¨ª siempre que no representen ning¨²n tipo de privilegio ni desigualdad. Los andaluces estableceremos nuestra propia estrategia, que pasa por la defensa de los intereses generales de nuestra tierra y no por una competici¨®n pueril con otros territorios. Nosotros tenemos muy claro cu¨¢les son nuestros objetivos, que no son otros que la libertad, la igualdad, la paz y la seguridad para todos.
Nuestra propuesta de reforma s¨®lo tiene un l¨ªmite: la Constituci¨®n. A partir de ah¨ª, los cambios que se establezcan llegar¨¢n donde tengan que llegar, actuaremos con responsabilidad pero sin complejos. Nadie puede dar lecciones de solidaridad al PSOE de Andaluc¨ªa. La cohesi¨®n territorial propugnada por el texto constitucional ha de erigirse en el hilo conductor de nuestras actuaciones. ?se ha sido siempre, y seguir¨¢ siendo, nuestro modelo y norma de conducta.
El nuevo texto, sin embargo, ha de reforzar nuestro autogobierno, el papel de nuestras instituciones y nuestras se?as de identidad. El pueblo andaluz es consciente de que la autonom¨ªa le ha servido para superar su sino hist¨®rico y salir del subdesarrollo gracias, en gran medida, al ejercicio colectivo de un derecho fundamental a decidir sobre su futuro ganado a pulso el 28-F. Ahora, como hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, nos encontramos en la vanguardia de este proceso de descentralizaci¨®n y de consolidaci¨®n de la Espa?a plural que est¨¢ impulsando el gobierno socialista de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
Por ello, no podemos renunciar a jugar un papel central en el debate territorial que se est¨¢ produciendo en nuestro pa¨ªs. No queremos ni m¨¢s ni menos que lo que nos corresponde. Andaluc¨ªa est¨¢ en condiciones de demostrar a trav¨¦s de su reforma estatutaria que es compatible el aumento de las cotas de autogobierno con la solidaridad interterritorial. Nuestra reforma se regir¨¢ por los principios de cooperaci¨®n y lealtad institucional, pilares imprescindibles para el funcionamiento arm¨®nico del Estado de las Autonom¨ªas. Por tanto, el proceso que est¨¢ abierto ha de servir de ejemplo a seguir en Espa?a. En este apartado, reclamamos, entre otras cuestiones, que sea escuchada nuestra voz en todas aquellas decisiones que adopten instituciones espa?olas y europeas que nos afecten. Una demanda que se tiene que concretar en la presencia de Andaluc¨ªa en aquellos foros de la Uni¨®n Europea donde se juegue el futuro de nuestra tierra, la conversi¨®n del Senado en C¨¢mara territorial o la Conferencia de Presidentes auton¨®micos. Otra de nuestras prioridades es la calidad de nuestra democracia.
Pero nuestro planteamiento no se queda en cuestiones meramente pol¨ªticas, es mucho m¨¢s ambicioso. El centro de nuestro inter¨¦s es la ciudadan¨ªa. Nuestro reto es conseguir que el nuevo texto sea tan ¨²til para los andaluces como ha sido el a¨²n vigente. Es una oportunidad de oro para dar un nuevo impulso al bienestar social a trav¨¦s del reconocimiento de nuevos derechos sociales. La igualdad de derechos para hombres y mujeres, la atenci¨®n a los mayores y personas con discapacidad o en situaci¨®n de dependencia, el acceso a las nuevas tecnolog¨ªas, la participaci¨®n ciudadana y la excelencia de los servicios p¨²blicos son aspiraciones que han de inspirar la relectura del Estatuto que ahora iniciamos en el Parlamento.
El pleno empleo y la calidad en el trabajo constituyen un est¨ªmulo para este periodo constituyente auton¨®mico. Dentro de econom¨ªa social de mercado, promoveremos las condiciones para la modernizaci¨®n y desarrollo del tejido econ¨®mico productivo, el fomento de la capacidad emprendedora, la seguridad laboral y el acceso definitivo de la mujer al mercado de trabajo.
Llegamos a este punto con el aval y la confianza depositada por el electorado en las elecciones del 14 de marzo. Los andaluces est¨¢n tranquilos y conf¨ªan en el PSOE para todo este proceso, porque saben que los socialistas no vamos a defraudarlos y porque saben que este partido defiende los intereses de Andaluc¨ªa.
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