Los mil problemas de Totti
La estrella del Roma ataca a Capello, su ex t¨¦cnico; critica a Cassano, su compa?ero, y queda en rid¨ªculo al fallar un penalti 'a lo Panenka'
Como buen romano, Francesco Totti presume de sangre caliente. Pero una t¨®rrida tarde de junio, en Guimar?es, alcanz¨® la ebullici¨®n y los demonios se llevaron a la estrella de la selecci¨®n azzurra. Desde entonces sus problemas han crecido. Italia y Dinamarca debutaban en la Eurocopa y en el ¨²ltimo minuto Totti hizo una espeluznante entrada a Henriksen. El ¨¢rbitro le perdon¨® la expulsi¨®n. Pero al d¨ªa siguiente una televisi¨®n danesa dio unas im¨¢genes exclusivas con Totti escupiendo a Poulsen. La UEFA le sancion¨® con tres encuentros. Su imagen qued¨® seriamente da?ada y volvi¨® desolado a su pa¨ªs, donde la prensa y la afici¨®n le esperaban con las u?as afiladas mientras el equipo ca¨ªa eliminado. Su carrera se convirti¨® en un suplicio.
En el verano tuvo un problema en la rodilla izquierda que condicion¨® su pretemporada. Y, para colmo, ve¨ªa c¨®mo el Roma, su club de toda la vida y del que es referencia y capit¨¢n, se debilitaba con los traspasos por motivos econ¨®micos de Emerson y Samuel. El presidente, Franco Sensi -ayer sufri¨® un ligero desvanecimiento cuando iba a volar hacia Madrid-, hab¨ªa pactado con Totti que montar¨ªa un equipo competitivo a cambio de su continuidad. De hecho, le consult¨® para elegir al sustituto de Fabio Capello en el banquillo. Un t¨¦cnico joven de estilo dialogante como Cesare Prandelli, ant¨ªtesis de Capello para alegr¨ªa de la plantilla, fue el escogido. Sin embargo, una grave enfermedad de su esposa impidi¨® que comenzara el curso y fue suplido por el alem¨¢n Rudi Voeller, siempre con el benepl¨¢cito de Totti, el capo del vestuario. Pero no hubo paz. En el primer partido de Liga, Cassano, la otra figura del ataque, se hizo expulsar por agredir a un rival y dos d¨ªas despu¨¦s fue apartado de la concentraci¨®n por responder airadamente a Voeller en su en¨¦simo acto de inmadurez. Totti ejerci¨® entonces de capit¨¢n responsable: "Cassano ha hecho dos cosas equivocadas en tres d¨ªas y Voeller hizo bien en mandarle a casa. Todo el Roma, y me incluyo, ha fallado en el pasado por permitirle hacer todo lo que quiere". Pero Totti tambi¨¦n dej¨® un recado para los que han abandonado el barco romanista en ¨¦poca de vacas flacas: "La manera de gestionar a Cassano en el pasado ha sido poco clara. A la cara le dec¨ªan unas cosas y a la espalda otras. A los m¨¢s j¨®venes se les aconsejaba que no nos frecuentaran demasiado a m¨ª y a Cassano y se acercaran m¨¢s a otro jugador, uno que ahora est¨¢ en el Juventus". El dardo verbal de Totti ten¨ªa como destinatarios a Emerson, que hab¨ªa forzado su traspaso al club turin¨¦s, y a Capello, t¨¦cnico del Roma en las ¨²ltimas cinco temporadas y ahora del Juventus. Para ¨¦l, son traidores a la causa y ha prometido retirarles el saludo. A partir de ah¨ª, las cuchilladas dial¨¦cticas entre Capello y Totti inundaron los peri¨®dicos aireando viejos trapos sucios. Capello insinu¨® que en 2001 los jugadores hab¨ªan montado una fiesta clandestina la v¨ªspera de un partido en N¨¢poles que podr¨ªa haber dar ya el t¨ªtulo al Roma. El equipo jug¨® mal, empat¨® y tuvo que esperar una semana para proclamarse campe¨®n. Totti prefiere recordar otra noche: "La de la celebraci¨®n, en la explanada del Circo Massimo, con un mill¨®n y medio de hinchas, mientras Capello ya estaba de vacaciones". El t¨¦cnico cerr¨® la discusi¨®n a distancia con una cita amenazante: "Como dec¨ªa san Ignacio, quien no es casto que al menos sea cauto".
Los problemas crecen para el Roma y tambi¨¦n para Totti, que ve c¨®mo su equipo ha iniciado el curso con mal juego y peores resultados. Sin rumbo, sin altura an¨ªmica y lleno de dudas. El mi¨¦rcoles, ante el Lecce, con 1-1, lanz¨® un penalti a lo Panenka que acab¨® mansamente en las manos del portero. Y las adversidades continuaron el s¨¢bado con una derrota por 3-1 ante un Bolonia media hora con nueve jugadores. Totti acab¨® con el rostro desencajado. Voeller dimiti¨® y ¨¦l, como capit¨¢n, se encerr¨® con ¨¦l en el vestuario para intentar, sin ¨¦xito, que cambiara de opini¨®n. Ahora, el jugador m¨¢s desequilibrante y comprometido del equipo espera un nuevo jefe. Ayer cumpli¨® 28 a?os y hoy saltar¨¢ al Bernab¨¦u con el orgullo de una fiera herida.
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