Elvis Costello publica un disco de rock impetuoso y otro orquestal
El m¨²sico presentar¨¢ 'The delivery man' en enero en Espa?a
Abundan los casos de artistas que publican el mismo d¨ªa dos discos nuevos. Son jugadas de marketing o caprichos de egos inflados: generalmente, la excusa consiste en que se trata de dos trabajos muy diferentes. En el caso de Elvis Costello, eso es estrictamente cierto. The delivery man (Lost Highway) presenta al rockero impetuoso, aunque se ha grabado en el sur de EE UU y eso explica que est¨¦ empapado de country, soul y otras m¨²sicas de las tierras que cruza el Misisip¨ª. Sin embargo, Il sogno (Deutsche Grammophon) es un disco europeo, grabado con la London Symphony Orchestra, que contiene el fondo orquestal para la versi¨®n danzada de El sue?o de una noche de verano que realiz¨® la compa?¨ªa italiana Aterballetto.
En 25 a?os, Elvis Costello (Londres, 1954) ha pasado de Discos Tiesos (Stiff Records, la rebelde discogr¨¢fica londinense que sac¨® My aim is true) al m¨¢s prestigioso sello cl¨¢sico, Deutsche Grammophon. Se r¨ªe: "Desde luego, nunca lo pude imaginar. Pero para m¨ª es igualmente honroso sacar un disco en Lost Highway; es la compa?¨ªa de uno de mis h¨¦roes, Willie Nelson".
Aclara que ¨¦sa es una de las ventajas de estar en Universal, la principal multinacional discogr¨¢fica: "No puedes obligar a un sello pop a que promocione algo como Il sogno. Universal est¨¢ preparada para lanzar lo que se me ocurra, en un sello de jazz o en Deutsche Grammophon. De todas formas, tampoco es extra?o que alguien como yo aparezca all¨ª, aunque no sea una obra convencional. Las marcas cl¨¢sicas ya han descubierto que no pueden pasar el siglo XXI regrabando a Beethoven: deben crear repertorio fresco y atraer a un nuevo p¨²blico o dedicarse a las reediciones".
Costello desconoc¨ªa totalmente el mundo de la danza -"mi idea de un bailar¨ªn era Gene Kelly"- cuando le llam¨® el core¨®grafo Mauro Bigonzetti para ofrecerle musicar su versi¨®n de El sue?o de una noche de verano: "Me lo pint¨® muy bien, iba a dar una lectura vitalista, bastante er¨®tica. Y yo estoy en una edad en la que me gustan los retos. Escrib¨ª a mano, nada de ordenadores, y yo mismo hice las orquestaciones, ya muy cerca de la fecha de entrega".
Para su deleite, en las cr¨ªticas de las representaciones de Il sogno abundaron las loas a la m¨²sica costelliana. Con la colaboraci¨®n de Michael Tilson Thomas, que iba a dirigir la grabaci¨®n, Elvis adapt¨® su partitura: "Michael fue el hada madrina del disco, por su paciencia y comprensi¨®n. De todos modos, cont¨¦ con amigos como Peter Erskine (ex baterista de Weather Report) y John Harle (saxofonista) en la sesi¨®n: hay m¨²sicos de conservatorio que disfrutan poniendo zancadillas a los que consideran como intrusos. Y yo lo soy, aunque haya trabajado con el Brodsky Quartet o con Anne Sophie von Otter. Sorprendentemente, los m¨²sicos se portaron bien y, si se me permite presumir, algunos hasta se entusiasmaron".
Il sogno es una obra c¨¢lida, sesenta minutos de piezas breves con ecos de Debussy pero tambi¨¦n de Broadway y el jazz. Incluso, en Oberon and Titania surge una cita de... "Ssssh, no diga el t¨ªtulo. Acabo de tener una experiencia muy negativa. En un tema de The delivery man, Steve toca unos compases de America, la de West side story, y la editorial de Leonard Bernstein nos ha sacado un 10% de los derechos de autor. Los m¨²sicos de jazz deber¨ªan pens¨¢rselo ahora si quieren citar una r¨¢faga de un standard".
The delivery man se grab¨® esencialmente en Sweet Tea, un estudio de Oxford (Misisip¨ª): "Unos amigos m¨ªos hab¨ªan tocado all¨ª, en un disco de Buddy Guy y sonaban maravillosos. Yo tengo algunas reservas sobre mi imagen en el sur profundo, por unas tonter¨ªas que solt¨¦ estando borracho [unas frases crueles sobre Ray Charles y James Brown pronunciadas en 1979, que desencadenaron una bronca con unos m¨²sicos sure?os presentes], pero la m¨²sica ped¨ªa grabarse all¨ª. Varias de las canciones giran alrededor de una misma historia, que bien podr¨ªa ocurrir en una peque?a comunidad sure?a. Son tres mujeres que est¨¢n enamoradas de un tal Abel, un hombre guapo que tiene un pasado tormentoso. Pero no me gusta destacar ese elemento narrativo, cada canci¨®n se puede disfrutar por separado".
Debe saberse que Costello, que ha cargado con el sambenito de racista tras aquella alcoh¨®lica pelea de 1979, aparece ahora con frecuencia en discos de veteranos artistas afroamericanos: Solomon Burke, Howard Tate o Charles Brown han contado con canciones suyas. "Es de justicia", explica, "nadie ha tenido tanta mala suerte en este negocio como ellos. Howard, que grab¨® uno de los mejores discos de soul con Jerry Ragovoy, desapareci¨® de la circulaci¨®n durante 30 a?os y termin¨® en la calle, literalmente. Cuando veo uno de esos documentales sobre los sufrimientos de tal o cual grupo de rock, me muero de verg¨¹enza. ?Si supieran lo que han aguantado algunos de los mejores cantantes de nuestro tiempo!".
Consorte
Elvis Costello ha llegado a Espa?a como acompa?ante de su mujer, la cantante y pianista Diana Krall, que ayer actuaba en Madrid. Ambos componen a pachas pero, por favor, que nadie les sugiera grabar duetos: "No queremos ser los nuevos Sonny & Cher, mira lo mal que terminaron". S¨ª han coincidido en la banda sonora de De-lovely, el reciente biopic de Cole Porter, pero no cantan juntos: "All¨ª salgo con una chaqueta blanca que es lo menos sexy del mundo, parezco un vendedor de helados". Confiesa que hace todo lo posible por evitar escuchar la m¨²sica pop actual: "Puedes encontrar algo brillante, como The Streets, pero es la excepci¨®n. Ahora mismo, mi disco de cabecera es Real gone, de Tom Waits, que es una patada en los sentidos. Si necesito relajarme, pongo Beautiful dreamer, ese homenaje a Stephen Foster hecho por gente de hoy. Ellos demuestran lo obvio: si les quitas el polvo, unas canciones del siglo XIX todav¨ªa pueden conmoverte".
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