Mas acusa a Maragall de hacer el "primo" en Madrid al "ara?ar s¨®lo migajas"

La coincidencia de partidos pol¨ªticos en el Gobierno central y en la Generalitat no ha supuesto ninguna complicidad entre ambas administraciones y, ni mucho menos, una sustancial mejora del autogobierno y de los recursos financieros de Catalu?a. Y ha evidenciado la supeditaci¨®n de los socialistas catalanes al PSOE en temas como la reforma del Estatut o el d¨¦ficit sanitario. ?ste fue el implacable diagn¨®stico que formul¨® ayer el convergente Artur Mas en su intervenci¨®n en el Parlament al acusar al presidente Pasqual Maragall de haber "ara?ado s¨®lo migajas" del Ejecutivo espa?ol. "Deje de hacer el primo ante Madrid", le espet¨®.

La intervenci¨®n de Artur Mas y su posterior debate con Maragall dej¨® clara la gran brecha pol¨ªtica que separa a la oposici¨®n y al Gobierno no s¨®lo en los grandes retos de esta legislatura -Estatut y financiaci¨®n- sino incluso en el plano m¨¢s puramente ideol¨®gico. Como muestra, el debate en el que ambos se enzarzaron sobre el significado y las esencias del patriotismo catal¨¢n y sobre las diferencias entre una Espa?a plural y una Espa?a plurinacional.

Mas traz¨® un panorama sumamente cr¨ªtico y desalentador de los nueve meses del tripartito y su coexistencia con un Gobierno central presidido por el PSOE. Una cohabitaci¨®n que, seg¨²n el l¨ªder de la oposici¨®n, ha sido profundamente negativa por la "supeditaci¨®n" de Maragall a los designios de la direcci¨®n socialista. El l¨ªder de Converg¨¨ncia, suave en las formas pero contundente en sus cr¨ªticas, puso tres ejemplos de esta "debilidad": el proceso de reforma estatutaria, la elaboraci¨®n de los presupuestos del Estado y la financiaci¨®n del d¨¦ficit sanitario.

Sobre el Estatut, Mas afirm¨® que la b¨²squeda del consenso o de la unanimidad parlamentaria para su aprobaci¨®n no debe significar renunciar a un Estatut "ambicioso" que eleve las cotas de autogobierno de Catalu?a. Y, tampoco, un Estatut que satisfaga al PP y al PSOE para as¨ª conseguir su aquiescencia durante su tramitaci¨®n en las Cortes. "Si quiere el Estatut, mire hacia Catalu?a y olv¨ªdese del PSOE", afirm¨®. "A menudo, un no acuerdo es mejor que un mal acuerdo cuando el consenso supone una hipoteca para toda una generaci¨®n", advirti¨®.

Traspasos "rid¨ªculos"

Mas, en un esfuerzo por buscar el cuerpo a cuerpo con Maragall, le inst¨® a ejercer su liderazgo como presidente de la Generalitat y a reunir a todos los dirigentes parlamentarios para buscar complicidades en la redacci¨®n estatutaria.

Peor diagn¨®stico formul¨® Mas sobre los presupuestos del Estado para 2005. Primero, denunci¨®, se reduce la inversi¨®n en Catalu?a en una d¨¦cima; segundo, no se incluye ninguna obra sustancial, y tercero, no da soluci¨®n al abultado d¨¦ficit sanitario mientras que se enjugan otros d¨¦ficit como el de Renfe, RTVE o la Junta de Andaluc¨ªa. Todo ello, despu¨¦s de que Pasqual Maragall -as¨ª se lo record¨® Artur Mas ayer- hiciera valer ante el PSOE el peso de los socialistas catalanes para aprobar los presupuestos en el Congreso. "Usted ha protagonizado una parodia de negociaci¨®n y ha salido con el rabo entre las piernas", manifest¨®.

Las cr¨ªticas se convirtieron en palabras de menosprecio cuando Mas enunci¨® los recientes traspasos a la Generalitat de seis competencias estatales que calific¨® de "rid¨ªculas". "Usted no puede estar satisfecho por el nivel de acuerdos conseguidos con el actual Gobierno", concluy¨® Mas dirigi¨¦ndose a Maragall, a quien acus¨® de "mucha gesticulaci¨®n y mucha obediencia", pero en el fondo "poca influencia". "El discurso va por un lado y la realidad del Gobierno por otro", sentenci¨®.

La misma falta de liderazgo e influencia afecta a Maragall a la hora de dirigir el Gobierno catal¨¢n, seg¨²n afirm¨® Mas, lo que provoca "desbarajuste, desgobierno, debilidad e imagen de desuni¨®n. Todo esto es un fraude a la ciudadan¨ªa", denunci¨®. Y opin¨® que, desde la marcha de Josep Llu¨ªs Carod Rovira, el Ejecutivo es mucho m¨¢s "d¨®cil y obediente" al PSC.

Mas critic¨® las continuas referencias de Maragall a Espa?a y a su voluntad de implicarse y de "codecidir". Un reto que el jefe de la oposici¨®n asumi¨®, pero de forma transitoria: "S¨®lo hasta que los catalanes podamos decidir por nosotros mismos", dijo.

En el turno de r¨¦plica, un moderado Maragall precis¨® que en ning¨²n momento los socialistas pretenden edulcorar el Estatut, pero reafirm¨® su voluntad de aprobarlo con el m¨¢ximo consenso posible.

El tono mesurado con que se inici¨® el debate se fue quebrando poco a poco. Mas ret¨® a Maragall a debatir los 23 a?os de Gobierno de CiU. "Le daremos un repaso que tardar¨¢ tiempo en recuperarse", le amenaz¨®. Despu¨¦s, el conseller en cap, Josep Bargall¨®, lanz¨® una andanada contra los nacionalistas en toda regla, lo que sirvi¨® a Mas para denunciar "la trampa y el fraude" de su intervenci¨®n. Y, al final, Maragall le contest¨® que, para fraude y trampa, el debate de la moci¨®n de censura en la que Jordi Pujol se neg¨® a intervenir y deleg¨® en Artur Mas "un conseller en cap sin ninguna ley que le amparase", afirm¨® el presidente.

En un esfuerzo por cerrar las puertas a los continuos enfrentamientos entre ambos dirigentes, Maragall y Mas se reunieron durante 20 minutos a solas. El presidente se comprometi¨® a mantener un di¨¢logo fluido con los l¨ªderes parlamentarios sobre la reforma del Estatut.