El chino que call¨® para siempre
Zo¨¦ Vald¨¦s recrea la historia de su abuelo que emigr¨® a Cuba en la obra ganadora del Premio Ciudad de Torrevieja
Por amor, por tristeza o melancol¨ªa, el abuelo chino de Zo¨¦ Vald¨¦s decidi¨® callarse para siempre, hasta su muerte, y dej¨® de hablar cuando le abandon¨® su mujer. "Su ¨²nico modo de comunicaci¨®n fue la escritura minimalista", recuerda ahora la escritora cubana que se alz¨® el jueves por la noche con el III Premio Ciudad de Torrevieja, dotado con 360.000 euros, por su novela La eternidad del instante. En esta obra, que editar¨¢ Plaza&Jan¨¦s dentro de unas semanas, Zo¨¦ Vald¨¦s ha querido recrear la historia de su abuelo, Mo Ying, que viaj¨® como esclavo desde China a Cuba. "Es una emigraci¨®n sobre la que se ha hablado muy poco, salvo en algunos trabajos de investigaci¨®n, ¨¦l hizo la Ruta de la seda pero al rev¨¦s, despu¨¦s de las dos guerras del Opio, en 1824", explic¨® la autora, tras recibir el premio en una gala en la que hubo pocos famosos, muchos periodistas y escasos escritores de renombre. El jurado, integrado por Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, Ana Mar¨ªa Moix y J. J. Armas Marcelo, ganador de la anterior edici¨®n, eligi¨® como finalista a La cena secreta, de Javier Sierra.
Zo¨¦ Vald¨¦s quiso dedicar el galard¨®n a su abuelo chino, al que s¨®lo vio de lejos cuando era muy peque?a y a su padre que falleci¨® este a?o, "eran tan diferentes, mi abuelo no hablaba y mi padre no paraba de hablar".
En tercera persona la escritora cubana, Zo¨¦ Vald¨¦s (La Habana, 1959) explica c¨®mo su abuelo Mo Ying, cuando lleg¨® a M¨¦xico, procedente de la regi¨®n china de Cant¨®n, tuvo que cambiar de nombre y llamarse Maximiliano Mej¨ªa, antes de recalar en La Habana. La historia cobra fuerza cuando en Santa Clara, su abuela, de origen irland¨¦s, abandon¨® a Mo Ying con cinco hijos para dedicarse al teatro, "aunque era muy mala actriz", ironiza. A partir de ese momento, su abuelo con unos 45 a?os, dej¨® de hablar y empez¨® a escribir notas. La eternidad del instante, que la autora present¨® al certamen oculta con el t¨ªtulo de El ¨²ltimo chino, es una novela "sobre el silencio, el silencio enriquecedor de las palabras y el valor que se les da, y al mismo tiempo sobre la eternidad breve de la vida", explic¨® la autora de del premio Planeta de 1997 por su obra Te doy la vida entera.
La escritora cubana, exiliada ahora en Par¨ªs, donde vive con su hija, reconoci¨® que en cierta medida esta ¨²ltima novela es "una traici¨®n a mi abuelo, porque no es su vida, sino la novela que le dedico en la que yo imagino su peripecia vital". Lo ¨²nico real de la obra es el personaje, que existi¨®, su periplo, que viaj¨® desde Cant¨®n hacia Campeche (M¨¦xico) y recal¨® en La Habana, el cambio de nombre y el silencio con el que vivi¨® desde que le abandon¨® su mujer. "El resto es ficci¨®n", apunt¨® Vald¨¦s, que recuerda c¨®mo 150.000 chinos como su abuelo siguieron el mismo camino de emigrar en condiciones de esclavitud y llegaron a La Habana. La ciudad todav¨ªa conserva un barrio chino donde residen los descendientes de aquellos inmigrantes.
La autora de Sangre azul imagina, en esta ¨²ltima novela, las condiciones de ese largo viaje en aquella ¨¦poca, sus primeros amores con una mujer que se ocupa de ¨¦l y que traza una historia de "amistad, sin amor ni sexo" en la que descubre un hombre con una vida "llena de aventuras insospechadas". Vald¨¦s, que nunca estuvo en China pero le gustar¨ªa visitar el pa¨ªs para evocar el viaje de su abuelo, con esta obra se aproxima a autores como Jos¨¦ Lezama Lima y profundiza en la historia del ideograma chino y el dibujo er¨®tico. La autora concluy¨® asegurando que la obra ha supuesto un viaje interior "algo doloroso, pero euf¨®rico a la vez, y la reconciliaci¨®n con alguien que apenas conoc¨ª".
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