Los otros
Se anima nuevamente el Mundial, y no s¨®lo por la sustanciosa tajada de puntos que Gibernau le ha recortado a Rossi, situando otra vez las espadas en alto entre los dos principales aspirantes al t¨ªtulo. El tercer puesto logrado por Xaus sobre una Ducati privada ante varios pilotos de renombre -bastante m¨¢s r¨¢pidos, sobre el papel- con sus motos de f¨¢brica -much¨ªsmo m¨¢s r¨¢pidas, tambi¨¦n en la pista- devuelve al campeonato la dosis de incertidumbre necesaria para evitar que se convierta en coto cerrado de los poderosos. Tampoco hay que enga?arse: Xaus carece este a?o de otras aspiraciones que no sean adaptarse a la categor¨ªa y obtener resultados.
Su m¨¢quina bien podr¨ªa parecer una especie de Vespino, comparada con las de la mayor¨ªa de sus rivales en la parrilla; aparte de las Proton KR del Marciano Roberts, s¨®lo la asm¨¢tica Harris del equipo WCM es todav¨ªa mas lenta. Bregado en las disputad¨ªsmas carreras de superbikes, el bravo piloto de Sant Cugat del Vall¨¨s compensa su notoria inferioridad mec¨¢nica con entrega, valor y un dominio de la conducci¨®n al l¨ªmite, verdaderamente fuera de lo com¨²n. Ya lo dej¨® claro al obtener el mejor tiempo absoluto en la primera sesi¨®n de entrenamientos. Y esta primavera hab¨ªa sorprendido a todos encabezando el Gran Premio de Italia bajo la lluvia. Pero lo que ha puesto sobre el tapete es otro asunto. A pesar del discurso oficial, en el que priman la imagen y los intereses publicitarios por acaparar la atenci¨®n del p¨²blico, el Mundial tambi¨¦n es de los modestos, de los que forman el grueso del pelot¨®n. De los otros. Porque hay otros.
Como el equipo D'Antin, una formaci¨®n que no hace mucho se trasladaba de carrera en carrera con un autob¨²s transformado en taller-vivienda que se quedaba pr¨¢cticamente sin frenos al bajar los puertos de monta?a y, una vez en el llano, ten¨ªa que hacer malabarismos con el presupuesto para llenar el dep¨®sito de gasoil (y el est¨®mago de los pilotos). ?ste era el panorama en el Continental Circus hasta principios de los ochenta: corredores que conduc¨ªan ellos mismos sus furgonetas, arreglaban sus motos e iban buscando, detr¨¢s del paddock, neum¨¢ticos de clasificaci¨®n desechados por los equipos oficiales para montarlos en carrera. Con mucho menos dramatismo, este esp¨ªritu subsiste en las categor¨ªas inferiores, en las que compiten un pu?ado de espa?oles muy interesantes. Suelen ser j¨®venes que despuntaron en torneos de promoci¨®n y llegan al Mundial por la puerta de atr¨¢s, combinando a menudo esta actividad con su participaci¨®n en el Campeonato de Espa?a. En 250cc est¨¢ ?lex Debon, que normalmente pelea con el grupo de cabeza (su octavo puesto de ayer tiene mucho m¨¦rito); su compa?ero en Honda Wurth, Jos¨¦ David de Gea, y el joven Joan Oliv¨¦, que corre con una Aprilia en el equipo Campetella.
En 125cc, aparte de la revelaci¨®n, H¨¦ctor Barber¨¢, que el a?o pr¨®ximo correr¨¢ en 250cc, y la promesa, ?lvaro Bautista, ambos en el Seedorf Racing, est¨¢ Juli¨¢n Sim¨®n, que coloc¨® su Honda en la s¨¦ptima plaza -a dos segundos de Pablo Nieto-, y Jordi Carchano, que corre con una Aprilia del equipo Matteoni Racing. No les olvidemos. Son los otros. Son el futuro.
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