Los caminos de Sch?nberg

Con cierto aire de "nueva etapa" iniciaron la Orquesta y Coro Nacionales, en alianza con el Coro de la Comunidad y el del Palau de la M¨²sica, su nueva temporada, bajo la direcci¨®n del maestro titular, Josep Pons. En la fachada del auditorio de Garc¨ªa de Paredes, dos grandes p¨®steres con la efigie de Pons y la del compositor Werner Henze, al que se prestar¨¢ esta vez especial atenci¨®n. Junto a los programas de mano, un tomo dedicado a Viena, 1900, bien confeccionado, con diversos art¨ªculos y notas de programa, entre las que destacamos las suscritas por Luis Gago, si bien el libro no es comparable al editado por la Bienal de Venecia, 1980, dirigido por Mario Messinis sobre M¨²sica nella Seccessione (1895-1915).

Se trataba de poner la m¨¢s gigantesca obra del primer Sch?nberg, Gurrelieder, para solistas, coros mixtos y gran orquesta, iniciada por Sch?nberg en 1900 y terminada 11 a?os m¨¢s tarde.

El estreno mundial en Viena, bajo la direcci¨®n de Franz Schreker, fue el 23 de febrero de 1913. En Madrid se dio por primera vez en los ciclos de la RTVE, con las voces del coro de la casa y las del Orfe¨®n Vergar¨¦s y el Coro Easo, los d¨ªas 29 y 30 de octubre de 1977, con Od¨®n Alonso en el pupitre de direcci¨®n.

Como escribe Pierre Boulez, los Gurrelieder son "creaci¨®n t¨ªpicamente poswagneriana en todas sus caracter¨ªsticas" y es m¨¢s que evidente que cuando su autor termina ha sobrepasado los supuestos est¨¦ticos que la animan, aun cuando cause admiraci¨®n la grandeza del empe?o, el trabajo orquestal de tanta originalidad t¨ªmbrica y la potencia dram¨¢tica.

Pero el camino de Sch?nberg era otro: el del gran inconformista que se interna por nuevas v¨ªas conceptuales y t¨¦cnicas anunciadas con bastante precisi¨®n en Pierrot Lunaire, Erwartung, la Sinfon¨ªa de c¨¢mara op. 9 o El libro de los jardines colgantes, todas anteriores a los Gurrelieder, sobre poemas de Jans Peter Jacobsen (1847- 1885), traducidos al alem¨¢n por Robert Franz Arnold.

En la historia

En cualquier caso, los Gurrelieder, dados a conocer el a?o siguiente de la Novena sinfon¨ªa de Mahler, est¨¢n en la historia y representan algo fundamental en la biograf¨ªa de su creador y en la de la Viena m¨¢gica, m¨²ltiple y dram¨¢tica de comienzos del siglo XX.

M¨¢s a¨²n, al margen de cualquier simbolismo hist¨®rico, se trata de una obra repleta de bellezas que, en parte considerable, nos llegaron esta vez de manos del infatigable Pons y todos sus colaboradores, incluyendo destacadamente a los solistas "protagonistas del poema dram¨¢tico", Elizabeth Witehouse, soprano; Charlote Hellenkant, mezzo; Glen Winslade y Thomas Randle, tenores; Albert Dohmen, bajo, y Barbara Sukova, narradora. Excelentes los coros preparados por Lorenzo Ramos y Jordi Casas, y protagonista en todo -y no s¨®lo en la fachada del Auditorio-, Josep Pons. La r¨²brica fueron largos aplausos.