Exagerada bondad

Mucha bondad ten¨ªan los novillos de Rom¨¢n Sorando, eso que los cl¨¢sicos llamaban peritas en dulce. Una bondad infinita que s¨®lo requer¨ªa temple. Estaban flojos, es verdad, pero eran novillos de ensue?o. Y los diestros no le sacaron partido a la oportunidad que se da una vez en la vida.

?lvaro Justo sali¨® por la puerta grande, pero con escasa justicia y demasiado triunfo para dos faenas desiguales. Le estar¨¢ profundamente agradecido a la exagerada bondad del presidente. Igual le invita a cigalas. Por lo menos.

Despleg¨® Justo mucha torer¨ªa con su primer novillo. Sobrado de t¨¦cnica, dio ayudados con solera y lig¨® tandas con ambas manos. Incluso hasta en los adornos estuvo impecable. Entremedias dio un natural profundo y un pase de pecho donde se ci?¨® tanto al animal que pareci¨® una suerte de otra ¨¦poca. La muleta parec¨ªa hecha de seda y no de franela. Y sin embargo, se tuvo la impresi¨®n que no hab¨ªa aprovechado tanta nobleza que derrochaba el animal.

Entr¨® a matar decidido. Era consciente del triunfo que ten¨ªa en sus manos. Dio una estocada en el centro del albero y esper¨® con un alarde de maestr¨ªa, mandando hasta el final, a que el novillo doblara.

Lo emborron¨® todo el madrile?o en su segunda faena. No se entendi¨® con el animal, que ten¨ªa m¨¢s que torear y m¨¢s casta. Estuvo inc¨®modo y se alivi¨® por fuera todo lo que pudo. Mat¨® mal, pero no import¨®. El p¨²blico -que vino del pueblo- pidi¨® la segunda oreja. El presidente se hizo el remol¨®n, pero se la dio. Sus amigos le pasearon a hombros por la calle de Alcal¨¢. A ¨¦stos tambi¨¦n les invitar¨¢, por lo menos, a gambas.

Morenito de Aranda tiene muy buen temple con el capote, pero realiz¨® dos faenas vulgares. Dio una vuelta al ruedo despu¨¦s de un bajonazo infame y se llev¨® una bronca considerable. Y su compa?ero Juan ?vila estuvo desbordado en todos los sentidos. Intent¨® el tremendismo con su ¨²ltimo novillo, pero hasta para ser triunfalista se necesita estar cruzado, adem¨¢s de cre¨¦rselo.