Un centro comercial s¨®lo para latinos
Un edificio de la Gran V¨ªa alberga m¨¢s de 50 negocios dedicados a inmigrantes llegados de Latinoam¨¦rica
Aparentemente, el edificio del n¨²mero 80 de la Gran V¨ªa es un inmueble m¨¢s de Centro dedicado a oficinas. Hay portero, varios ascensores y un movimiento continuo de personas que suben y bajan. Pero este inmueble esconde entre sus pasillos un aut¨¦ntico centro comercial dedicado a los latinoamericanos que viven en Madrid. Hay tiendas de comestibles colombianos, de ropa brasile?a, negocios que tramitan cualquier tipo de papeleo que hay que mandar a Latinoam¨¦rica, empresas llevadas por j¨®venes dise?adores gr¨¢ficos inmigrantes, despachos de abogados, locutorios de Internet. En total, casi cincuenta locales escondidos en los largos pasillos que serpentean este inmenso edificio.
Felisa Restrepo es una colombiana que lleg¨® a Espa?a hace 10 a?os "por un asunto sentimental con un suizo". Ese asunto sentimental contin¨²a y ella, adem¨¢s, gestiona desde el a?o 2000 en el edificio de la Gran V¨ªa Tamarindo, un negocio dedicado a tramitar y enviar documentos. "La mayor¨ªa de nuestros clientes son colombianos, tenemos tambi¨¦n una oficina en Bogot¨¢", explica Restrepo. Antes de despedirse, esta mujer recomienda visitar en el mismo inmueble una tienda que vende ropa interior colombiana. "Tiene mucho ¨¦xito entre las mujeres latinas", dice.
No muy lejos, la peruana Lolita regenta un locutorio de Internet, en donde conectarse una hora cuesta un euro. En el mismo pasillo Richard, compatriota de Do?a Lolita, atiende a clientes que quieren mandar cintas de v¨ªdeo a Latinoam¨¦rica. "Cambiamos el sistema a la cinta para que all¨ª la puedan ver sin problemas", explica.
En el inmueble todos se conocen, son como una gran familia. La tienda Bum, Bum vende ropa "brasile?a al cien por cien". "Es ropa que se ci?e al cuerpo, baja de caderas, muy sexy", explica Karina, la dependienta, que agrega que cada vez el local, regentado por dos hermanas colombianas, tiene m¨¢s clientas espa?olas. En la misma planta donde est¨¢ Bum, Bum hay un local que da "cr¨¦ditos hipotecarios al cien por cien" y un despacho de abogados.
Unas huellas pintadas en el suelo llevan hasta el negocio del colombiano Lucas Parra, de 26 a?os. Este dise?ador gr¨¢fico est¨¢ en Madrid hace casi dos a?os. Todos sus clientes son latinoamericanos. Julio C¨¦sar Narv¨¢ez le ayuda a insertar los logotipos que dise?a en unas camisetas. "Soy ingeniero industrial, pero aqu¨ª hago m¨¢s bien de sastre", dice este chico, mientras ojea en un peri¨®dico las ¨²ltimas noticias sobre inmigraci¨®n.
Los latinoamericanos se buscan entre ellos. En el centro de est¨¦tica Caras Lindas le han encargado el dise?o de su publicidad a estos dise?adores gr¨¢ficos. "Nadie hace la manicura como las colombianas", defiende una clienta espa?ola. El negocio lo regentan tres mujeres inmigrantes. "?Qu¨¦ por qu¨¦ encargamos el dise?o a otros colombianos? Pues porque ellos nos dan m¨¢s cr¨¦dito. A un espa?ol no le puedes decir te pago dentro de dos meses", explica Blanca Hernao.
Otro empresario que conf¨ªa tambi¨¦n en sus compatriotas a la hora de los encargos es Eduardo ?vila, el veterano del edificio. Este colombiano tiene un master en ICADE. A¨²n as¨ª, cuando termin¨® el master tuvo que ponerse a vender ropa de segunda mano y gaseosas en el Rastro escondido de la polic¨ªa. Ahora, las cosas han cambiado y ?vila tiene varias tiendas de alimentaci¨®n de productos latinoamericanos en las que da trabajo a siete empleados inmigrantes como ¨¦l. Uno de estos locales est¨¢ en el edificio de la Gran V¨ªa, en la quinta planta, junto a su oficina (que mide nueve metros cuadrados) y una agencia de viajes que tambi¨¦n es suya. El alquiler de la oficina le cuesta 300 euros al mes y el de la tienda 450. "Aqu¨ª vienen colombianos buscando productos que echan de menos", explica ?vila. Nada m¨¢s decir esto, dos chicas colombianas dan un gritito al descubrir en el frigor¨ªfico un refresco de malta. "En Colombia nos vuelve locos y lo tomamos con todo", dicen. Hay zumos tropicales, papas rellenas, yuca congelada, dulce de mango, casquitos de lim¨®n caribe?o, colgantes con la bandera colombiana... ?vila s¨®lo tiene un temor. Y es que ha observado que algunas grandes superficies ya tienen alg¨²n departamento dedicado a estos productos.
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