El Gobierno catal¨¢n aumenta m¨¢s de un 10% el presupuesto de Educaci¨®n

Cuando tom¨® las riendas de la Generalitat, Pasqual Maragall anunci¨® que una de sus prioridades iba a ser la educaci¨®n. El actual conseller en cap, el republicano Josep Bargall¨®, fue el primer titular del Departamento de Ense?anza y le cambi¨® el nombre a Educaci¨®n "Ense?ar suena a adiestrar", dijo. El principal problema que tuvo que afrontar fue la vieja dicotom¨ªa entre escuela p¨²blica y privada, cultivada con esmero por el nacionalismo pujolista. Y la soluci¨®n fue romperla, desmontando las barreras entre dos sectores que se nutren de la financiaci¨®n p¨²blica. No en vano, Educaci¨®n cuenta este a?o con un presupuesto de 3.375 millones de euros -lo que representa un 10% m¨¢s que el del pasado a?o-, de los cuales, aproximadamente, 780 est¨¢n destinados a pagar los conciertos a las escuelas privadas. "Los centros de titularidad privada sostenidos con fondos p¨²blicos deben trabajar en la misma l¨ªnea que la red p¨²blica", explica un portavoz del departamento.

37 centros nuevos

Desde el Departamento de Educaci¨®n, no obstante, hacen hincapi¨¦ en que la labor de la Administraci¨®n catalana se sigue centrando en la escuela p¨²blica, y subrayan que, desde su llegada al Gobierno, los centros p¨²blicos han recibido las ayudas del Plan de Cohesi¨®n Social, han visto reforzado el cuerpo de profesorado con 2.200 docentes m¨¢s, se han estrenado 37 centros de nueva construcci¨®n por un valor de 416 millones de euros, se han destinado 82 millones de euros en concepto de becas de transporte escolar y comedor, lo que supone un aumento de m¨¢s del 10% con respecto al pasado a?o.

Los sindicatos mayoritarios, CC OO, UGT y USTEC-Stes, sin embargo, piden m¨¢s medios y un mayor esfuerzo de financiaci¨®n para garantizar una ense?anza de calidad para todos los alumnos.

El objetivo es complejo porque la decisi¨®n de aunar esfuerzos entre la doble red educativa no es una cuesti¨®n marginal, al menos no en Catalu?a, donde el 40% de sus estudiantes acuden a centros concertados. Una de las primeras medidas que adopt¨® el Gobierno fue la puesta en marcha de oficinas de informaci¨®n escolar en todos los municipios catalanes, que, de esta forma, simplificaban y hac¨ªan m¨¢s transparente el proceso de selecci¨®n de escuelas por parte de las familias, incluidas las de procedencia inmigrante. Otra decisi¨®n que ya se ha aplicado en este curso 2004-05 fue la aprobaci¨®n del derecho de admisi¨®n de alumnos, donde la Administraci¨®n interviene de forma m¨¢s directa en los procesos de escolarizaci¨®n. Esta medida choc¨® con las protestas de las patronales de la concertada y con las asociaciones de padres de estos centros, que consideran vulnerado su derecho a elegir centro.

Otra iniciativa para trabajar en una misma direcci¨®n es el Plan de la Lengua y Cohesi¨®n Social, dotado con 36 millones de euros, de los cuales 1.800.000 son para escuelas concertadas, aunque las patronales de estos centros piden mayor financiaci¨®n. El objetivo es la puesta en marcha de aulas de acogida para los estudiantes de procedencia extranjera. La voluntad de primar a los centros concertados que acojan a mayor n¨²mero de estudiantes de nacionalidad extranjera es una medida que contempla aplicar tambi¨¦n el Gobierno central, seg¨²n anunci¨® la semana pasada la ministra de Educaci¨®n, Mar¨ªa Jes¨²s San Segundo. La medida quiere evitar la formaci¨®n de guetos en los colegios p¨²blicos y distribuir mejor la labor de integraci¨®n.

Y es que, en la mayor¨ªa de comunidades aut¨®nomas, son los centros p¨²blicos los que asumen la responsabilidad de escolarizar este tipo de alumnado. En Catalu?a, el 80% de estos estudiantes acuden a centros de titularidad p¨²blica.

El desequilibrio en esta responsabilidad conlleva, adem¨¢s, otras consecuencias negativas: un estudio de la Fundaci¨®n Jaume Bofill atribuy¨® a la "inacci¨®n" y a la "permisividad" de los sucesivos gobiernos de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) la polarizaci¨®n de los resultados educativos entre los sectores p¨²blico y privado, a favor de este ¨²ltimo.