El Papa eleva a los altares con pol¨¦mica al ¨²ltimo emperador de Austria
Carlos de Habsburgo orden¨® en la I Guerra Mundial usar gases letales
En 1960, Mar¨ªa Zita Gradowska, una monja polaca que dirig¨ªa un hospital en Brasil y sufr¨ªa de v¨¢rices se cur¨® despu¨¦s de implorar en sus rezos a Carlos de Habsburgo (1887-1922), ¨²ltimo emperador de Austria. Aquel incidente fue, seg¨²n el Vaticano, una "curaci¨®n milagrosa", testimonio indispensable para la beatificaci¨®n del ¨²ltimo v¨¢stago coronado de la dinast¨ªa que ejerci¨® el poder en Europa Central durante 640 a?os. La Iglesia cat¨®lica lo califica de "padre de familia y regente ejemplar".
A Roma llegaron ayer 20.000 peregrinos de Europa Central, Italia, Espa?a, Portugal, Francia y Estados Unidos. Tambi¨¦n acudieron 200 miembros de la casa de los Austria. Desde el final de la monarqu¨ªa nunca se hab¨ªan visto tantos Habsburgos juntos. Mientras, en Viena se ha abierto un debate sobre el rol que desempe?¨® aquel monarca, coronado en 1916 (tras el asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, en junio de 1914, un atentado que fue el detonante de la I Guerra Mundial), y destronado dos a?os despu¨¦s. Pol¨ªticos y medios de comunicaci¨®n se cuestionan si puede llegar a santo un dirigente que particip¨® en una guerra y aplic¨® gases letales, y si la beatificaci¨®n es, acaso, una se?al de la Iglesia en favor de la rehabilitaci¨®n de la monarqu¨ªa.
Carlos, considerado en su ¨¦poca tanto por sus enemigos como por sus amigos como un regente de buena voluntad pero endeble, fue uno de los responsables de la aplicaci¨®n de gas en las contiendas, en concreto en la batalla de Isonzo, en octubre de 1917. Adem¨¢s, al huir tras el desmoronamiento del imperio austro-h¨²ngaro, el ex emperador se neg¨® a reconocer la instauraci¨®n del sistema republicano en Austria. Entonces, el Parlamento le prohibi¨® volver a entrar en el pa¨ªs, confisc¨® los bienes de la familia imperial y prohibi¨® los t¨ªtulos nobiliarios. Derrocado en Austria, a Carlos le quedaba todav¨ªa la corona de Hungr¨ªa e intent¨® recuperar el trono en 1921, en dos intentos fallidos. Una vez entr¨® en Hungr¨ªa con un pasaporte falso de diplom¨¢tico espa?ol . En su viaje clandestino a trav¨¦s de la frontera le sirvi¨® de ch¨®fer un mon¨¢rquico apasionado por los autom¨®viles llamado Ladislav Alm¨¢ssy. En agradecimiento, el monarca destronado le concedi¨® el t¨ªtulo de conde. Decenios m¨¢s tarde, el conde Alm¨¢ssy, convertido en explorador de desiertos y colaborador de los nazis, inspir¨® a Michael Ondaatje para su novela El paciente ingl¨¦s, llevada con ¨¦xito al cine. El ¨²ltimo emperador de Austria acab¨® sus d¨ªas en la isla de Madeira, donde muri¨® a los 34 a?os.
El obispo Kurt Krenn
En el proceso de canonizaci¨®n se interpreta la vida de Carlos de Habsburgo como un martirio. Para rendirle culto se form¨® la "liga del rezo por el emperador Carlos", dirigida por un obispo que acaba de pasar con mucho esc¨¢ndalo por los titulares de la prensa nacional y extranjera: el ultraconservador Kurt Krenn, obligado a dimitir por un esc¨¢ndalo sexual en el seminario de Sankt P?lten, clausurado al descubrirse que sus seminaristas hab¨ªan acumulado por Internet fotograf¨ªas pornogr¨¢ficas, incluso pornograf¨ªa infantil, que demuestran relaciones homosexuales entre religiosos. La canonizaci¨®n del antiguo monarca es fruto de medio siglo de negociaciones, acumulaci¨®n de toneladas de documentos y millonarias donaciones de la liga dirigida por Krenn.
A la ceremonia acudieron ministros del Gobierno conservador austriaco, el presidente del Parlamento, Andreas Kohl (del Partido Popular), y tambi¨¦n dirigentes de otros pa¨ªses europeos como el primer ministro croata, Ivo Sanader, el presidente de Kosovo, Ibrahim Rugova, y la presidenta del Parlamento h¨²ngaro, Katalin Szili. El presidente de Austria, Heinz Fischer, socialdem¨®crata, declin¨® la invitaci¨®n.
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