Ni?os
Alguna vez le¨ª a alguien que opinaba que ser original est¨¢ tan bien, como mal est¨¢ el pretenderlo. Distinguir entre la originalidad y la pretensi¨®n nos libra de las garras de los que, desde tantos y tan variados ¨¢mbitos, tratan de embaucarnos con falsedades disfrazadas de sinceras ideas surgidas de originales reflexiones. Dicen que en el arte contempor¨¢neo hay mucho de eso y hay que saber distinguir, y para no creer valiosas, propuestas de pretendida y falsa originalidad. No s¨¦ si ser¨¢ original o pretenciosa la obra que el italiano Maurizio Cattelan expone en la BIAC de Sevilla y que representa un ni?o ahorcado.
De los resultados de la bienal sabremos una vez que haya pasado, pero lo que ya est¨¢ claro es que ha tenido mucha m¨¢s publicidad de la que hubiera so?ado su promotora y directora, Juana de Aizpuru, porque la primera Bienal de Sevilla, tampoco sabemos ahora mismo si habr¨¢ segunda, ya tiene su peque?o esc¨¢ndalo que empez¨® cuando la consejera de Bienestar Social, Micaela Navarro, hizo una denuncia de la obra de Cattelan pidiendo que fuera retirada porque pod¨ªa impactar negativamente en los menores. No veo por qu¨¦, teniendo en cuenta que, seg¨²n dicen las encuestas, nuestro ni?os pasan tantas horas delante de la tele en la que pueden haber visto, por ejemplo, y esto si que impacta negativamente, que mueren ni?as palestinas cuando van al colegio porque los soldados israel¨ªes creen que en la mochila llevan una bomba; y que todas las guerras son contra todos los inocentes, los m¨¢s de todos, los ni?os; y que todas las hambres y todas las epidemias y todos los abusos son contra todos los inocentes, los m¨¢s inocentes de todos, los ni?os.
A mi me impresiona ver la representaci¨®n de un ni?o ahorcado y si voy con un menor a ver la exposici¨®n de la Bienal, le explicar¨¦ que hay millones de ni?os en el mundo, ahorcados por la guerras, por el hambre, por todo tipo de abusos, y que ¨¦l es muy afortunado porque parece que hay mucha gente dispuesta a que ni siquiera vea esos horrores, pero que esos horrores existen y el arte, comparado con ellos, es bien poca cosa para que se arme tanto barullo. Y eso sin que yo sepa todav¨ªa si esa obra es original o lo pretende, si es verdaderamente buena o falsa propuesta en busca de pol¨¦mica. Por cierto, que si es as¨ª, hay que reconocer que lleg¨® a terreno abonado.
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