No es otro pa¨ªs m¨¢s
La Comisi¨®n Europea despej¨® ayer la v¨ªa para el ingreso de Turqu¨ªa en la UE en un futuro m¨¢s lejano que pr¨®ximo, al recomendar la apertura de negociaciones aunque con muchos condicionamientos y cautelas. Nunca antes se hab¨ªa planteado la UE el ingreso de un pa¨ªs europeo de tales dimensiones, con una poblaci¨®n que pronto puede superar a la alemana, de mayor¨ªa musulmana, a mucha distancia del resto de Europa tanto en rentas como en est¨¢ndares democr¨¢ticos, y con un territorio situado en su mayor parte en Asia, con vecinos como Ir¨¢n e Irak. Es un reto de civilizaci¨®n que vale la pena afrontar, porque se juega algo trascendental en estos momentos para el equilibrio mundial como es la modernizaci¨®n del mundo isl¨¢mico.
La decisi¨®n sobre la apertura de las negociaciones y su fecha concreta deber¨¢ tomarla en diciembre el Consejo Europeo. Las reticencias al ingreso de Turqu¨ªa son importantes en muchos pa¨ªses, siendo Espa?a una de las notables excepciones. Por desgracia, y debido a la precipitaci¨®n pol¨ªtica, la cuesti¨®n turca se ha mezclado en varios pa¨ªses con la ratificaci¨®n por refer¨¦ndum de la Constituci¨®n europea, lo que puede envenenar ambos procesos. Para salir del paso, Chirac, adem¨¢s de un refer¨¦ndum sobre la Constituci¨®n se ha comprometido a otro sobre el ingreso de Turqu¨ªa, algo que el primer ministro turco, Erdogan, considera con raz¨®n "muy injusto", pese al precedente de la consulta que convoc¨® Pompidou en 1972 sobre el ingreso brit¨¢nico.
Desde Espa?a no podemos sino simpatizar con las razones de Turqu¨ªa. El camino hacia la UE es un poderoso instrumento para la modernizaci¨®n econ¨®mica y la reforma pol¨ªtica, de las que ya se est¨¢n beneficiando los ciudadanos turcos, pero las salvaguardias que la Comisi¨®n le pone a Turqu¨ªa no se le han exigido a ning¨²n otro pa¨ªs. La posibilidad de frenar en seco las negociaciones en caso de retrocesos en la democracia y libertades puede ser razonable. Desde el Tratado de Amsterdam, la UE ha introducido medidas para actuar en caso de involuci¨®n democr¨¢tica en sus propios miembros. Bien est¨¢ que, en busca de un ingreso equilibrado, se adopten medidas transitorias, y probablemente el ingreso turco no podr¨¢ plantearse hasta que se adopte en 2014 un nuevo marco presupuestario para la Uni¨®n.
Lo que no es razonable es plantear desde ahora, como sugiere la Comisi¨®n, discriminaciones permanentes; por ejemplo, en materia de libre circulaci¨®n de personas. Si se apuesta por la incorporaci¨®n de Turqu¨ªa, la UE debe hacerlo sin restricciones mentales, aunque consciente de la nueva dimensi¨®n de un reto que transformar¨¢ a Turqu¨ªa y a la propia Uni¨®n Europea.
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