El monte, vida y trabajo

El Monte, vida y trabajo: Con este lema, el Sindicato de Obreros del Campo y el movimiento ecologista iniciaron, hace 25 a?os, una campa?a con el objetivo de concienciar a la opini¨®n p¨²blica y presionar al Gobierno andaluz sobre la necesidad de la puesta en marcha de un Plan Forestal para Andaluc¨ªa.

Fruto de aquella campa?a, as¨ª como de las diversas movilizaciones llevadas a cabo por el conjunto de la sociedad andaluza, que incid¨ªa especialmente en los d¨¦ficits que padec¨ªa nuestra tierra tanto en infraestructuras como en la falta de conciencia sobre la importancia del monte para nuestras vidas, el Gobierno andaluz pondr¨ªa en marcha el primer Plan Forestal de Andaluc¨ªa (PFA).

El Plan Forestal de Andaluc¨ªa, pionero en todo el Estado, se aprob¨® por unanimidad en el Parlamento de Andaluc¨ªa en noviembre de 1989. El objetivo central de este plan consist¨ªa en una apuesta clara por un desarrollo rural, por cambiar las estructuras de la propiedad de los montes apostando por un monte p¨²blico (se pasar¨ªa de un 30% de montes de titularidad p¨²blica que exist¨ªa en ese momento a un 70% al concluir el plan), por el uso de los recursos naturales renovables, por la repoblaci¨®n con especies aut¨®ctonas, etc¨¦tera. Asimismo, contemplaba una amplia repercusi¨®n social previendo que el desarrollo de este plan generar¨ªa m¨¢s de cuatro millones de jornales anuales.

Los tratamientos selv¨ªcolas eran, sin duda, el principal instrumento para la prevenci¨®n de los incendios. El Plan Forestal se plante¨® elevar el porcentaje de inversiones a estos tratamientos desde un 19,5% a un 38,2%.

Hoy, 15 a?os m¨¢s tarde de la aprobaci¨®n de este plan, Andaluc¨ªa sigue presentando graves deficiencias en la aplicaci¨®n de estas medidas. D¨¦ficit que, sin lugar a dudas, han incidido muy negativamente en los sucesos acaecidos durante este verano con incendios propagados por varias provincias andaluzas y que han alcanzado una especial virulencia en las proncincias de Sevilla, Huelva y Ja¨¦n.

Desde el Sindicato de Obreros del Campo (SOC), sin duda uno de los principales promotores de este plan, entendemos que ¨¦ste es el momento adecuado de reafirmar nuestra apuesta por el monte andaluz como espacio de "trabajo y vida". Para ello, entendemos que es necesario, tal y como se hizo en noviembre de 1989, una apuesta conjunta de la sociedad andaluza por nuestros montes.

En los ¨²ltimos d¨ªas hemos mantenido encuentros con los grupos parlamentarios andaluces encaminados tanto a plantear nuestras alternativas como en valorar sus diversas opiniones. Nunca como hasta ahora ha sido necesario recalcar que el monte de Andaluc¨ªa nos pertenece a todos y todas. Pero tambi¨¦n ser¨ªa oportuno y as¨ª lo hemos manifestado que volvemos a reafirmar nuestro compromiso responsable tal y como realizamos hace 15 a?os.

Sin embargo, consideramos que este compromiso debe sustentarse en los pr¨®ximos presupuestos andaluces de 2005. Que ya no caben brindis al sol, sin apuestas decididas para que nuestros montes sean espacios de trabajo y vida.

Diego Ca?amero es secretario general del Sindicato de Obreros del Campo.