Ley un¨¢nime

El proyecto de ley integral contra la violencia de g¨¦nero obtuvo ayer en el Congreso un respaldo parlamentario poco habitual: todos los grupos, incluido el PP, votaron a favor de un texto que, tras su paso por el Senado, se convertir¨¢ en la primera ley de esta legislatura. La unanimidad alcanzada tiene que ver con el rechazo frontal de la violencia dom¨¦stica contra la mujer y con el deseo de todos los grupos de no quedar a la zaga en la lucha contra esa lacra social que en lo que va de a?o ha provocado la muerte de 55 mujeres. En el caso del PP, su voto a favor adquiere especial significaci¨®n tras oponerse, por considerarla superflua, a una ley de este tipo en la anterior legislatura. Y para el Gobierno de Zapatero significa cumplir un punto especialmente significativo de su programa.

El texto aprobado ayer mejora en muchos de sus aspectos el remitido en su d¨ªa por el Gobierno. El grupo socialista ha sido receptivo a enmiendas de otros partidos y a algunas sugerencias de ¨®rganos consultivos como el Consejo de Estado. En ese sentido, es importante que se haya otorgado especial protecci¨®n penal a los hijos y a otros miembros vulnerables del grupo familiar, v¨ªctimas colaterales de la violencia dom¨¦stica y que, por su situaci¨®n de dependencia, pueden encontrarse en mayor indefensi¨®n a¨²n que la mujer adulta. Era una de las carencias m¨¢s llamativas del texto del Gobierno.

El texto aprobado por el Congreso insiste, sin embargo, en mantener la discriminaci¨®n positiva directa a favor de la mujer en el ¨¢mbito penal, agravando la sanci¨®n de los actos de violencia dom¨¦stica ejercida contra ella no en virtud de su espec¨ªfica naturaleza delictiva, sino por la condici¨®n de hombre de su agresor. Se trata, sin duda, de una manifestaci¨®n exacerbada del antiguo derecho penal de autor, que ha merecido serias reservas por parte de los ¨®rganos consultivos y de numerosos expertos jur¨ªdicos.

La unanimidad parlamentaria no basta para desactivar los riesgos de inconstitucionalidad que puede encerrar ese aspecto concreto de la ley. Quiz¨¢ por ello, el Consejo de Estado aconsej¨® una discriminaci¨®n penal indirecta, castigando especialmente la violencia sufrida por la mujer en virtud de sus relaciones de afectividad con el agresor y no en consideraci¨®n a su sexo. Ser¨ªa lamentable que una ley necesaria encontrara problemas en su aplicaci¨®n futura. Sus detractores se frotar¨ªan las manos.