El olfato
Dos bi¨®logos norteamericanos acaban de recibir el Nobel por sus investigaciones sobre el olfato. Estas investigaciones han permitido descubrir que este sentido descansa en una serie de genes que se activan frente a determinadas mol¨¦culas. Tambi¨¦n que sus combinaciones permiten diferenciar casi diez mil olores diferentes. Ya sabemos, pues, que esto del buen y mal olor descansa en las condiciones que regala la naturaleza.
Claro que, en esto del olor, tambi¨¦n se sabe que tabaco, especies y determinados cambios medioambientales lo alteran hasta el punto, en situaciones graves, de que puede perderse el sentido del olfato. Incluso, a veces, hasta el sentido com¨²n, al que alg¨²n d¨ªa los investigadores dedicar¨¢n su tiempo. Ahora bien, tambi¨¦n es verdad que esto del olfato y sus agresiones no s¨®lo se dan en este ¨¢mbito. Por lo visto se extiende a otros ¨¢mbitos.
Dice un amigo -no tiene el Nobel, ni es investigador- que, en muchas ocasiones, hay elementos que atrofian el olfato. Son como una cortina de humo. No dejan respirar ni oler. Dice, adem¨¢s, que ocurre en cualquier ¨¢mbito territorial y que nos fumigan con ellos. As¨ª si un fiscal larga que "no tiene tiempo para eso del Yakolev 42", viene su fungairi?o de filas, aunque tenga que dejar su programa de la BBC, y afirma que sus palabras las sacan de contexto, que no de quicio. Uno se queda con lo del contexto, que es la sustancia que altera el olfato, y con estos fiscales de por vida. Quieren que d¨¦ igual y que se acepte que eso del respeto a la tradici¨®n en los enterramientos -cada uno debe enterrar a los suyos- y de que el Parlamento es la voluntad popular depende de qui¨¦n se muera y de qui¨¦n hable. Los dem¨¢s: no sabemos. Menos cuando el m¨¢ximo responsable de estos fiscales no sale al quite, los de en medio. En fin, por venirnos m¨¢s cerca, si ves que Rojas-Marcos -Alejandro- participa en el hundimiento del PA, que no lo quieren en Europa y est¨¢ m¨¢s que tumbao pues, l¨®gicamente, el olfato te dice que su liderazgo est¨¢ acabado, y no por empezar. Pues, no. Error. Este l¨ªder nos fumiga y cuenta que te cuenta que los que estamos acostados somos todos y que tenemos que levantarnos para que ¨¦l siga en pie y nos dirija. Total, que el descubrimiento est¨¢ que te hueles, pero todo es tan burdo que da la impresi¨®n, pese a estos contaminantes, que el olfato no est¨¢ perdido.
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