Un pintor moderno del XIX
Kutxa rescata con una antol¨®gica la obra de Ignacio Ugarte, artista de formaci¨®n cl¨¢sica y trazos modernos
Ignacio Ugarte (San Sebasti¨¢n, 1862-1914), considerado el introductor del realismo costumbrista en Guip¨²zcoa, tuvo una formaci¨®n pict¨®rica cl¨¢sica, pero algunos de sus cuadros podr¨ªan pasar perfectamente por contempor¨¢neos. "No fue un manierista", dijo ayer Monserrat Fornells, doctora en Historia del Arte y comisaria de la exposici¨®n antol¨®gica que Kutxa dedica al pintor en sus tres salas del Boulevard donostiarra. "Ugarte no eligi¨® un lenguaje y lo emple¨® hasta la saciedad. Vari¨® en funci¨®n del tema".
Esta dualidad entre clasicismo y modernidad, este contraste entre pintura academicista y otra de trazo mucho m¨¢s suelto y libre es lo primero que sorprende al recorrer la exposici¨®n, que re¨²ne 105 piezas entre ¨®leos, acuarelas, dibujos y bocetos. Hay desde retratos, a paisajes de la costa vasca, escenas costumbristas o los pasteles que realiz¨® como bocetos para despu¨¦s pintar la b¨®veda del Teatro Victoria Eugenia de San Sebasti¨¢n.
Kutxa los ha reunido en estas tres salas -estaban en manos de la familia, de la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, el Gobierno vasco y la propia entidad financiera- porque quer¨ªa rescatar del olvido a un pintor fundamental en la historia del arte vasco. "Fue uno de los artistas que puso las bases para el desarrollo de la pintura vasca posterior".
Ignacio Ugarte naci¨® en San Sebasti¨¢n en el seno de una familia acomodada. Se traslad¨® a Madrid a estudiar Derecho y aprovech¨® tambi¨¦n para formarse en una de sus pasiones, la pintura, de la mano de Alejandro Ferranz, director del Museo de El Prado en una ¨¦poca. Tras licenciarse viaj¨® a Roma a visitar museos y all¨ª conoci¨® a los grandes artistas de su generaci¨®n. Entre ellos, a Joaqu¨ªn Sorolla, el artista de la luz, a quien prest¨® dinero para poder realizar su sue?o pict¨®rico -la beca de la que disfrutaba entonces no daba para mucho- y posteriormente su estudio durante sus estancias en San Sebasti¨¢n.
Entre ambos se dieron coincidencias pict¨®ricas. Ni?os de la playa, por ejemplo, que puede verse en la exposici¨®n, recuerda a Sorolla. Pero no por imitaci¨®n, como resalta Fornells. "Hay puntos de uni¨®n entre ellos porque son de la misma generaci¨®n, no porque el uno vaya a la estela del otro".
Ugarte sorprende, como Sorolla, por la luz de sus cuadros pero, sobre todo, porque trabaj¨® distintas t¨¦cnicas y g¨¦neros y vari¨® constantemente de lenguaje. En 1906 pint¨® por ejemplo Traineras, una pieza hecha en t¨¦cnica abocetada que conecta al artista con la modernidad. Siete a?os despu¨¦s, meses antes de morir por un c¨¢ncer de pulm¨®n, realiz¨® Asalto a la brecha, ¨®leo cl¨¢sico en el que recrea la entrada de las tropas angloportuguesas un siglo antes en San Sebasti¨¢n.
La tradici¨®n y la modernidad no tienen as¨ª un orden cronol¨®gico en su obra. Queda claro en la exposici¨®n, que permanecer¨¢ abierta hasta el 14 de noviembre. Igual que se ve con nitidez que Ugarte form¨® parte de esa generaci¨®n de artistas que abandon¨® la pintura hist¨®rica por retratar a la gente corriente.
En el espacio de Kutxa hay escenas de pescadores en el puerto de San Sebasti¨¢n, im¨¢genes del idilio entre un hombre y una mujer en Getaria o de las sardineras de Santurce, localidad en la que naci¨® la mujer del artista.
Montserrat Fornells ha colocado en la sala situada en la planta de acceso obras que sintetizan el conjunto de la trayectoria de Ignacio Ugarte: retratos, paisajes, cuadros con motivos costumbristas e incluso religiosos, que s¨®lo pintaba por encargo. Tambi¨¦n acuarelas que eran "m¨¢s econ¨®micas", como recuerda la comisaria, "y ten¨ªan mucha salida". En las otras dos plantas, profundiza en la obra de este pintor que jug¨® un papel vital como dinamizador de la vida cultural en San Sebasti¨¢n. A su regreso de Roma, vivi¨® a caballo entre Madrid y la capital guipuzcoana. Y no s¨®lo hizo de lazo entre los artistas de las dos ciudades. Fue adem¨¢s impulsor de la primera exposici¨®n celebrada en San Sebasti¨¢n en 1896, como record¨® la comisaria, y estuvo en la antesala del proyecto del museo municipal.
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