Rossi, enrabietado, barre
El italiano saca ya 30 puntos a Gibernau, s¨¦ptimo ayer, cuando s¨®lo quedan 50 en juego
Hay carreras que sirven expresamente para calibrar la grandeza de los pilotos, pruebas entre la rutina que se les presentan a los campeones como si resultaran definitivas, jornadas que los mejores se pintan a su gusto. Ayer, en Sepang, era precisamente uno de los d¨ªas en que la ¨²nica pregunta entre los observadores era saber c¨®mo reaccionar¨ªa Valentino Rossi a la desgraciada jornada que vivi¨® el pasado domingo en Doha, relegado al pen¨²ltimo puesto en la salida -previa denuncia de sus rivales por acomodar la salida de su Yamaha- y ca¨ªdo en plena remontada. Y, obviamente, la respuesta del italiano fue incontestable, acorde con su curriculo -cinco veces campe¨®n- y su cartel de mejor piloto del Mundial.
Valentino neg¨® el saludo a Sete e hizo ver que era el chivato que caus¨® su sanci¨®n en Doha
Nadie como Rossi para elegir precisamente el momento y el escenario en el que le conviene sentirse observado y reivindicarse. La derrota en la ¨²ltima carrera le anim¨® a montar el n¨²mero en Sepang, donde se?al¨® a Sete Gibernau, ganador en Doha, como el culpable de su desgracia. Le neg¨® el saludo, hizo ver que era un chivato -le acus¨® de ser el denunciante en Qatar mientras el espa?ol negaba la acusaci¨®n y se remit¨ªa al equipo oficial de Honda- y le cit¨® en la pista. Enrabietado, se trabaj¨® durante la semana un gran premio a su medida, siempre en el escaparate, como si le fuera el t¨ªtulo, citando a la gente a ver la gran carrera del a?o.
Y Rossi es invencible cuando los focos se posan sobre sus rizos y cara de ni?o travieso. El italiano supo capitalizar la presi¨®n que ¨¦l mismo hab¨ªa generado y protagoniz¨® una jornada espl¨¦ndida. Inalcanzable sobre la moto, porque su pilotaje no admite r¨¦plica, e insuperable en el arte de la comedia: a la que se baj¨®, cogi¨® un cepillo-escoba y se puso a barrer, en un gesto de r¨¦plica a la penalizaci¨®n de Doha, como queriendo decir que ni con sanciones le apartar¨¢n de una meta que, al inicio del curso, parec¨ªa una quimera: ganar el Mundial en su primer a?o como piloto de Yamaha: lleva 30 puntos de ventaja a Gibernau cuando faltan 50 por disputar (dos carreras).
Batido, rezagado y descolocado, Sete acept¨® la derrota, expresada en el s¨¦ptimo puesto, sin rechistar: "No hay que buscar excusas. Tanto el equipo como yo hemos tenido un mal fin de semana. El trabajo no ha salido bien en los entrenamientos y la situaci¨®n se ha empeorado en la carrera por culpa del chattering. La moto zigzagueaba". A fin de cuentas, el catal¨¢n nunca le ha girado la cara a Rossi y siempre acept¨® el reto de disputarle el t¨ªtulo ante la dimisi¨®n de la mayor¨ªa de los pilotos de Honda, oficiales, paraoficiales o particulares, que, uno detr¨¢s de otro, se han ido plegando a la superioridad del italiano.
Rossi super¨® en Sepang a Alex Barros en la tercera vuelta -el brasile?o alcanz¨® el liderato en la primera curva y acab¨® tercero- y despu¨¦s fue inalcanzable para su compatriota y rival Max Biaggi, finalmente segundo, un puesto que en cualquier caso le aparta de la disputa por el reinado. El l¨ªder del Mundial gobern¨® la prueba con una autoridad incuestionable y se apunt¨® una s¨¦ptima victoria que le sit¨²a en disposici¨®n de renovar el t¨ªtulo el pr¨®ximo domingo, en Phillip Island, simplemente con llegar el segundo, por detr¨¢s de Sete, necesitado del triunfo -en caso de empate, la corona se decide por el n¨²mero de victorias. A buen seguro que Rossi ya est¨¢ pensando en una f¨®rmula particular de celebrar un ¨¦xito inigualable.
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