Retratos descarnados
El rumbo de la Galer¨ªa Contraluz de Pamplona parece cada vez m¨¢s afinado. Lo cierto es que su director, P¨ªo Guerendi¨¢in, un veterano en las lides fotogr¨¢ficas, tiene experiencia suficiente para que la iniciativa dure en el tiempo y alcance notables cotas de inter¨¦s. La muestra reci¨¦n inaugurada hacen guardar firmes las esperanzas en el camino emprendido. Me refiero a un trabajo donde Julia Catal¨¢ Roca (Valencia, 1979) plasma toda la energ¨ªa de su juventud, los conocimientos adquiridos en Bellas Artes de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia y los matices aprendidos en un curso especializado en t¨¦cnica fotogr¨¢fica impartido por Mar¨ªa Bleda.
La autora se dio a conocer en los ¨¢mbitos fotogr¨¢ficos con su presencia en la primera edici¨®n de la Feria Internacional de Fotograf¨ªa Contempor¨¢nea y V¨ªdeo celebrada en San Sebasti¨¢n este mismo a?o. Lleg¨® con la garant¨ªa de la Galer¨ªa Visor, ubicada en su ciudad natal, y los prestigiosos coleccionistas Ord¨®?ez-Falc¨®n compraron obra suya.
La colecci¨®n de fotograf¨ªa que ahora se puede ver en la capital navarra se titula De miradas miradas. Se trata de una serie de retratos de mujeres en primer plano, tomadas sobre un fondo neutro e iluminadas por una luz frontal. Las figuras conseguidas destilan en un primer vistazo cierto aire conceptual; no obstante, una segunda mirada encuentra ese aire combinado con algunos delicados y breves matices de la personalidad del individuo. Las modelos, sin ropa ni abalorios de ning¨²n tipo, miran de frente al objetivo coincidiendo su mirada con la de la realizadora, que en su funci¨®n vicaria traslada esa misma sensaci¨®n a los espectadores de su obra. La representaci¨®n fotogr¨¢fica de estas personas sobrepasa los m¨¢rgenes del retrato entendido de una manera cl¨¢sica y marcado por su lectura hist¨®rica. Se adentra en la b¨²squeda del ser y su intimidad.
A pesar de querer manifestar un cierto grado de neutralidad, que sin duda recuerda a la forma de hacer de Thomas Ruff, no pueden evitar aspectos de su expresi¨®n psicol¨®gica. Finalmente se convierte en investigaci¨®n sobre la objetividad del medio fotogr¨¢fico y la ficci¨®n que supone la puesta en escena. Una prueba de que el simple concepto de la identidad se ve sobrepasado por las esencias vitales que destila el individuo. Tal como se?ala la autora, su trabajo deja que "tranquilamente, sin hacer nada, aparezcan expresiones y sensaciones preciosas y completamente humanas". Son aspectos de una exposici¨®n que descubre una de las nuevas vertientes por donde comienza a discurrir la fotograf¨ªa, respuestas a la sociedad en los albores del siglo XXI.
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