Un proyecto para salvar el ¨¢guila imperial
El Centro de Investigaciones Cient¨ªficas reintroduce con ¨¦xito 17 polluelos de una especie que s¨®lo sobrevive en Espa?a
Del ¨¢guila imperial ib¨¦rica (?quila adalberti) quedan en el mundo unas 200 parejas. Se reparten entre Andaluc¨ªa, Castilla-La Mancha, Castilla y Le¨®n, Extremadura y Madrid; la mayor¨ªa, en cotos de caza. Pocos ejemplares de un animal de extra?a belleza: un marr¨®n intenso, alas nevadas, cabeza rubiasca y ojos color miel. Los expertos aseguran que si no se consigue una tasa de crecimiento de poblaci¨®n del 7% anual en las dos pr¨®ximas d¨¦cadas, el ¨¢guila imperial ib¨¦rica habr¨¢ desaparecido en 200 a?os. Pero hay motivos para el optimismo.
El Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) ha conseguido, por primera vez en Espa?a, reintroducir con ¨¦xito esta especie, en una zona en la que se hab¨ªa extinguido, la laguna de La Janda (C¨¢diz). La Junta de Andaluc¨ªa financia los trabajos que dirige Miguel Ferrer, ex director de la estaci¨®n biol¨®gica del Parque Nacional de Do?ana.
"Los pollos introducidos se est¨¢n comportando con naturalidad, algunos ya se han emparejado y est¨¢n estimulando al resto a hacer lo mismo. Esperamos pasar a la fase reproductiva en breve", indica Ferrer a trav¨¦s del tel¨¦fono.
La t¨¦cnica para introducir polluelos se llama hacking. Se trata de hacer creer a la cr¨ªas que han nacido en el lugar en el que son soltadas. Los pollos provienen de zonas donde la especie se mantiene: "Realizamos un estudio previo del ¨¢rea de la que vamos a obtener las cr¨ªas, para saber cu¨¢l es la cantidad que podemos retirar sin da?ar a la poblaci¨®n. Es una extracci¨®n sostenida", indica Ferrer.
Los pollos son trasladados de los nidos en los que rompieron el cascar¨®n a sus nuevas casas a los 45 d¨ªas de edad, cuando ya son conscientes de que son ¨¢guilas. Han recibido lo que los ornit¨®logos llaman primera impronta. Adem¨¢s, son capaces de desgarrar la comida y tragar sin ayuda.
El equipo de t¨¦cnicos y cient¨ªficos ha construido nidos artificiales en La Janda. Los inquilinos van recibiendo comida sin ver nunca a sus cuidadores. A los 75 d¨ªas comienzan los ensayos de vuelo, y reciben la "segunda impronta", identifican un territorio como propio. Si todo sale bien (el proyecto se prolongar¨¢ al menos hasta 2007), en La Janda los polluelos ir¨¢n creciendo hasta alcanzar los m¨¢s de dos metros de envergadura (distancia entre los extremos de las alas) caracter¨ªsticos de la madurez.
Baja mortalidad
Los cient¨ªficos del CSIC introdujeron los primeros cinco polluelos en 2002, seis en 2003 y otros tantos este a?o. Del total, seis han muerto. Una tasa del 37%; muy inferior a la que registra la especie en condiciones normales: un 60%. Las causas de muerte m¨¢s comunes son el envenenamiento (con cebos para zorros) y la electrocuci¨®n en cables de la luz. Ocho ejemplares fallecieron electrocutados en 2003, seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa (SEO).
"Hace falta una norma de rango estatal que regule los tendidos el¨¦ctricos para que sean seguros. Algunas comunidades aut¨®nomas tienen leyes, pero hay que unificarlas", afirma Alberto Madro?o, responsable de aves rapaces de la SEO. Esta organizaci¨®n pide adem¨¢s que las comunidades redacten planes de recuperaci¨®n, como ya han hecho Castilla-La Mancha y Castilla y Le¨®n.
Entre las iniciativas que est¨¢n contribuyendo a la recuperaci¨®n de esta especie destaca la creaci¨®n, el verano pasado, de la Fundaci¨®n de Amigos del ?guila Imperial, formada entre otros por la SEO y propietarios de las tierras donde vive esta ave. "Es interesante ver c¨®mo ha cambiado la mentalidad. Antes las imperiales eran vistas como alima?as. Ahora, los propietarios rivalizan con orgullo sobre el n¨²mero de ejemplares que tienen en sus tierras", concluye Madro?o.
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