El descontrol de los explosivos en la mina Conchita
El lugar del que sali¨® la dinamita del 11-M carece de vallas y de luz artificial y est¨¢ protegido por seis perros atados
La investigaci¨®n sobre la trama que facilit¨® los explosivos al comando del 11-M ha revelado lo relativamente f¨¢cil que resulta robar dinamita en zonas mineras y las pobres medidas de vigilancia de las minas. Un ejemplo m¨¢s que claro es la mina Conchita, de donde se supone que sali¨® la Goma 2 para los atentados y donde trabaj¨® Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras: tiene ocho cajas fuertes ancladas a la roca de la monta?a (minipolvorines), en cinco de las cuales guarda 250 kilos de dinamita y, en el resto, 1.500 detonadores. La zona carece de vallas alrededor que impidan el acceso de luz o vigilante de seguridad. S¨®lo seis perros atados junto a algunos de los cofres. La Guardia Civil revela la falta de control en los trasiegos de explosivos, cuya custodia tiene encomendada.
La Guardia Civil ha reconstruido el viaje de tres cartuchos usados en los atentados del 11-M (gracias a la numeraci¨®n de los envoltorios de la Goma 2 hallados en el piso de Legan¨¦s), desde la f¨¢brica hasta la Mina Conchita. Todos fueron fabricados en la planta de Uni¨®n Espa?ola de Explosivos (UEE) de P¨¢ramo de Masa (Burgos) y llevados al dep¨®sito de Columbiello (Lena, Asturias), tambi¨¦n de UEE, donde fueron recogidos por Canela Seguridad, que los llev¨® a su dep¨®sito de Valdellano (Cangas de Narcea) y luego a la mina Conchita. La Guardia Civil advierte de que en esos dep¨®sitos se toman las referencias de los n¨²meros de los pal¨¦s (contenedores) que entran y salen, y "no del n¨²mero que figura en los cartuchos". "Esas referencias no son exactas, porque por lo general el dep¨®sito anota un solo n¨²mero de pal¨¦, cuando en realidad se est¨¢n mezclando mercanc¨ªas de diferentes pal¨¦s".
El primer viaje analizado es el del cartucho 033N212, empaquetado en P¨¢ramo de Masa "por el segundo turno del d¨ªa 21 de noviembre de 2003", que despach¨® 4.875 kilos de explosivos. De ellos, 900 kilos llegaron a la mina Conchita entre el 6 y el 12 de febrero. De la segunda partida (044E071) se empaquet¨® por parte "del primer turno del 7 de enero de 2004 la cantidad de 3.875 kilos de explosivos". A la mina arribaron 300 kilos el 15 de enero. La Guardia Civil reconstruye el trasiego del cartucho 044E151, del que no hay rastro en la mina Conchita. Es un error. El Acta de Recogida de Efectos de los Tedax dice que los cartuchos de referencia son "033N212, 044E071, 044E152 y 044E15 (falta numeraci¨®n)".
La Guardia Civil analiza c¨®mo se pudo robar el explosivo. En la f¨¢brica, ni lo contempla por las medidas de seguridad. Los explosivos, concluye, no fueron sustra¨ªdos ni de los dep¨®sitos comerciales ni de los de consumo. Los primeros "cuentan con fuertes medidas de seguridad y est¨¢n sujetos en todo momento al exhaustivo control de la Guardia Civil". En los segundos, "aunque durante su apertura no hay presencia de la Guardia Civil, s¨ª disponen de unas medidas de seguridad adecuadas y una ubicaci¨®n que impide que cualquier persona no responsable de los mismos pueda acceder a la instalaci¨®n".
En el transporte tampoco es f¨¢cil, por el control documental que se exige a las empresas "y por el elevado n¨²mero de personas que una operaci¨®n de este tipo requerir¨ªa". ?Entonces? Los ¨²nicos dep¨®sitos vulnerables son "los auxiliares o de distribuci¨®n (minipol), pues, si bien tienen una buena resistencia, siempre se puede llevar a cabo mediante llave falsa, ya que no goza de ning¨²n tipo de vigilancia". En la mina Conchita s¨®lo ten¨ªa acceso a los ocho dep¨®sitos el vigilante Emilio Llano, preso desde el 9 de junio. "Las llaves de los dep¨®sitos est¨¢n habitualmente en una caja fuerte en la edificaci¨®n de servicios [de la mina], cuya llave se encuentra ¨²nicamente en posesi¨®n del antes mencionado".
Los informes explican que "cabe la posibilidad" de que el responsable de los minipoles, "bajo presi¨®n" o "por simple negligencia y desconociendo el fin a que estuviera destinado, facilitara el acceso a los explosivos y detonadores". Pero agregan que cuando m¨¢s f¨¢cil es el robo es "en la fase de consumo, en peque?as cantidades, por parte de los trabajadores, y m¨¢s cuando ¨¦ste se realiza en una mina de interior, por la poca visibilidad y por la facilidad de ocultaci¨®n".
La hip¨®tesis es que el robo lo hiciera el responsable de la mina, que habr¨ªa falseado los libros (en marzo se consumieron 1.600 kilos, mientras la media de los seis meses anteriores fue de 1.241). Y si hubiera sido con copia de la llave, el vigilante habr¨ªa falseado los libros para que no se detectase "la falta de material". La otra tesis es que lo hubiera robado el artillero, de forma que, aunque llevase 100 kilos para una voladura, s¨®lo hubiese usado 80.
Se estima que, "dada la gran cantidad de explosivo" supuestamente robado "300 kilos aproximadamente (casi 2.000 cartuchos), las dos hip¨®tesis no son excluyentes", sino "complementarias". En ambos casos "se hace imprescindible una red organizada de colocaci¨®n o comercializaci¨®n del material sustra¨ªdo, con buenos contactos con el mundo de la delincuencia com¨²n dedicada al tr¨¢fico de armas". Antonio Toro, que acaba de ingresar en prisi¨®n por narcotr¨¢fico, est¨¢ pendiente, junto a su cu?ado, Su¨¢rez Trashorras, de un juicio por la Operaci¨®n Pipol (julio de 2001), cuando se hallaron en su poder 16 cartuchos de Goma 2. Raf¨¢ Zohuier fue detenido en febrero de 2002 por "tr¨¢fico de armas, municiones y explosivos".
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