El abismo

Una de las citas que encabezan la ¨²ltima novela de Ferran Torrent, La vida en el abismo, es una penetrante estrofa del tango Gar¨²a, escrita por Enrique Cadicamo en los a?os cuarenta pero de recursiva utilidad: "Pensando siempre en lo mismo, me abismo". Y esta misma frase, que para Torrent supone otra alfombra roja hacia el ¨¦xito, en cambio podr¨ªa constituir un certero diagn¨®stico (capaz de convertirse en epitafio tras el oportuno proceso degenerativo) para explicar el escaso rendimiento que ha reportado buena parte de la producci¨®n literaria contempor¨¢nea en valenciano. Tras cuarenta a?os de aparente fren¨¦tico dinamismo, y de suntuosas glorificaciones de autores imprescindibles, hoy sobran dedos en una mano para se?alar a sus representantes m¨¢s solventes, entre los que sin duda destaca Torrent, aunque el asunto se pone feo para el resto si la talla tiene que venir definida por el impacto de sus obras en el mercado. En gran parte, la literatura en valenciano no ha superado a¨²n el abismo de la marginalidad en la que la fue situando su propia concepci¨®n defensiva y redentora, y lo peor es que ya ha empezado a dar s¨ªntomas terminales con la etapa efemer¨ªstica, en la que la nostalgia acaba solemnizando lo que apenas fue mecanograf¨ªa con pretensiones. En cualquier caso, Torrent ha sido uno de los pocos en sacar la cabeza de ese abismo autoabsorbente construy¨¦ndose un perfil propio y exento de los complejos que han lastrado al gremio. Cometi¨® el sacrilegio de considerar que la literatura era el fin y la lengua s¨®lo el instrumento, y no al contrario, y se apart¨® tanto de la ortodoxia que fue vituperado con insistencia por los canonistas y la autoridad literaria competente. Pero Torrent ha sido el ¨²ltimo escritor profesional en valenciano posible, y ha sido tan consciente de ello que ayer dio el salto al castellano con esta novela con la que se ha situado como finalista del Premio Planeta. Ya suministr¨® la primera noticia no traum¨¢tica de la literatura en valenciano cuando gracias a sus novelas se compr¨® un BMW, y anoche la meti¨® en la Liga de Campeones. Ahora con los 150.000 euros deber¨ªa comprarse un Mercedes deportivo descapotable y una gorra. La literatura valenciana tambi¨¦n necesita glamour.