La incomodidad del cambio
No debe resultarle c¨®modo a Javier Arenas afrontar el pr¨®ximo congreso regional del PP con una militancia claramente desmotivada tras los resultados del 14 de marzo, un partido enfrentado internamente en la mayor¨ªa de las ocho provincias andaluzas y su propia p¨¦rdida de poder a nivel nacional tras el reparto de responsabilidades hecho por Rajoy en el congreso nacional. Tal vez por ello el anodino lema escogido para el mismo, Democracia es cambio, en un intento por destacar dos elementos que bien sabe el dirigente popular que han estado ausentes en su gesti¨®n org¨¢nica del partido.
No creo equivocarme al afirmar que ¨¦ste es el congreso que menos inter¨¦s despierta en los ¨²ltimos 11 a?os, desde aqu¨¦l celebrado en 1993 en el que Arenas acced¨ªa por pimera vez a la presidencia del partido, debido, precisamente, al raquitismo democr¨¢tico con el que la organizaci¨®n andaluza llega al mismo -no olvidemos que Arenas volvi¨® en abril pasado a la presidencia sin el refrendo de la militancia-, y a los m¨ªnimos cambios sustanciales, no de personas y cargos, con los que se afronta una etapa que debiera venir marcada por otro estilo de hacer pol¨ªtica en Andaluc¨ªa, incompatible con las intenciones que animan al actual n¨²mero uno del PP.
Se tiene la clara sensaci¨®n, entre los afiliados populares, de que Andaluc¨ªa no representa para Arenas su verdadera vocaci¨®n pol¨ªtica -como ya demostr¨® en 1996 al trasladarse a Madrid y no afrontar posteriormente el reto de las andaluzas del 2000- sino que en el momento actual supone un refugio desde el que aguardar tiempos mejores, manteniendo esa cuota de poder que representa el control de una estructura territorial.
No olvidemos que ya apunt¨® no hace mucho que estar¨ªa dispuesto a competir en las andaluzas del 2008 y 2012, preparando as¨ª el posible camino hacia un periodo de dos legislaturas de oposici¨®n, y por tanto ayuno, a nivel nacional.
Con todo, no resulta sorprendente, como algunos apuntan, que este congreso regional se aborde sin una alternativa a la que representa Arenas.
El cierre que de las puertas del partido se ha venido haciendo, por personajes de segunda fila, todo hay que decirlo, a personas de val¨ªa, ha generado en su interior un clima de endogamia y pesebrismo que anula cualquier nivel de cr¨ªtica interna que pudiera ofrecer alternativas a lo ahora existente.
Enrique Bellido es ex senador y ex presidente del PP de C¨®rdoba.
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