"Soy un cancionero ambulante"
Pregunta. Su t¨ªa Luisa dec¨ªa que hay cielo hasta para los leones. El Rey Le¨®n le dijo m¨¢s o menos lo mismo a su hijo Simba.
Respuesta. Ah, no creo que t¨ªa Luisa se lo haya copiado al Rey Le¨®n, porque lo dijo como treinta a?os antes.
P. ?El cielo es tambi¨¦n para las fieras porque con personas no se llena?
R. No, no. Yo lo que digo es que lo hay hasta para los leones,para todo el mundo. Y creo que no se llena porque es muy grande.
P. ?Cu¨¢l cree que es el animal favorito de Dios?
R. Es que no creo en Dios. M¨¢s bien dir¨ªa de los dioses. Inevitablemente, el hombre.
P. "Este libro no es lo mejor de mi producci¨®n". ?Vender¨¢ muchos ejemplares con esta autopropaganda?
R. Lo que pasa es que la gente agradece m¨¢s la ficci¨®n, y yo tambi¨¦n. Es mucho m¨¢s divertido contar un cuento y que te lo cuenten que hablar de lo que te pasa por dentro.
P. ?Hay muchos motivos para su apuesta por la alegr¨ªa como modo de vida?
R. Es que yo creo que el mundo nunca ha sido peor ni mejor que ¨¦ste. Y tengo muchas m¨¢s cosas que agradecer que cosas que penar. Basta con que agradezcas la luz del sol, y el amanecer.
P. ?Existe alg¨²n territorio vedado a la iron¨ªa?
R. No se me ocurre ninguno. Quiz¨¢ la muerte de quien m¨¢s quieres.
P. Mal de amores; Arr¨¢ncame la vida. ?Tiene usted una vertiente bolero, como sus t¨ªtulos?
R. Y otra cupl¨¦. Soy un cancionero ambulante. Canto desde que amanece. Camino cantando.
P. "No he pecado nunca de discreta". ?Es una cotilla redomada?
R. S¨ª. Yo ten¨ªa un colectivo juvenil que se llamaba Colectivo La Indiscreci¨®n. Era el grupo feminista al que yo pertenec¨ªa.
P. Dice ser mezcla de anarqu¨ªa y desconcierto. ?Hasta d¨®nde llega su despiste?
R. Soy tan despistada que no s¨®lo pierdo las cosas, sino que ayudo a otros a que me las pierdan. Lo ¨²nico que no quiero perder es a m¨ª misma. Ni perder de vista a quienes m¨¢s quiero.
P. Rebosa no ya deseo, sino necesidad de vivir.
R. Tengo necesidad de que me pase todo. Yo quiero ir a todas partes, incluso a la soledad de mi rec¨¢mara. Estar muy presente en la vida es como el deber de alguien que est¨¢ vivo.
P. Dice que se rinde a la seducci¨®n para desobedecer a la Biblia. ?En el Para¨ªso se hubiera puesto ciega de manzanas?
R. Me hubiera comido la esencial. La que se comi¨® Eva.
P. ?C¨®mo se le presenta la seducci¨®n?
R. Con el caf¨¦, que no deber¨ªa tomar, y tomo, hasta las horas de sue?o que no deber¨ªa perder y pierdo, pasando por la cantidad de veces que pierdo la cabeza seducida por la conversaci¨®n.
P. Porque usted hablaba hasta con su perro. ?Era quien mejor la comprend¨ªa?
R. El m¨¢s solidario. Y el que m¨¢s me aprobaba.
P. ?Por qu¨¦ le preocupa el paso del tiempo?
R. No tanto porque pase por m¨ª f¨ªsicamente, sino porque cuando el tiempo pasa, se acaba. Eso es lo que me preocupa.
P. ?Si pudiera se har¨ªa un lifting de alma?
R. No, de alma, no. No envejecer de alma es fat¨ªdico, porque te quedas igual de tonta para siempre. Al rev¨¦s. Entre m¨¢s vieja se te haga el alma, m¨¢s sabia.
P. Ley¨¦ndola resulta usted m¨¢s tierna que el D¨ªa de la Madre. ?No ha roto nunca un plato?
R. Soy mal¨ªsima para manejar la agresi¨®n. Y no lo veo como una cualidad, porque cuando no te enojas con otros te enojas contigo. Yo pierdo poco la compostura.
P. ?C¨®mo es el cielo de los leones?
R. Es un lugar donde hay emociones encontradas e intensas, inexplicables.
P. Veo que con los leones se lleva bien.
R. Los leones son los audaces. Y cuando me dice que si temo el paso del tiempo, lo que me da miedo es perder la capacidad para desafiar y para no tener miedo.
P. Su libro es una "cr¨®nica personal de la b¨²squeda de la felicidad". ?La ha encontrado?
R. S¨ª. Tienes que tener disposici¨®n para ello. Y te la encuentras todos los d¨ªas en distintas cosas, m¨¢s que como felicidad, que es una emoci¨®n en apariencia no dir¨¦ fr¨ªvola, pero banal, como alegr¨ªa. La alegr¨ªa es una cosa que s¨ª construyes, que s¨ª depende de ti.
PERFIL
Con 54 a?os y dos hijos, acaba de publicar 'El cielo de los leones', y oculta en el caj¨®n no menos de cinco manuscritos. Cita entre sus excesos "hablar con demasiada frecuencia de lo que siento". Tiene aut¨¦ntica reverencia por la luna y una imparable obsesi¨®n por Venecia, el mar, el campo y las puestas de sol.
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