Una frase inoportuna de Lucarelli
El otro d¨ªa, Cristiano Lucarelli, delantero del Livorno, se quej¨® de un mal arbitraje de una forma peculiar: "Nos quieren enviar a Segunda por cuestiones pol¨ªticas", dijo, "quieren que acabemos como el Empoli, el M¨®dena, el Ancona y el Perugia porque nuestra afici¨®n es de izquierdas y enarbola retratos del Che Guevara". Lo de Lucarelli fue un poco animal y el futbolista se disculp¨® de inmediato. Pero abri¨® un debate muy interesante, esquivado por la prensa (hablar de pol¨ªtica y deporte es de mal gusto) e intens¨ªsimo en las radios deportivas y, sobre todo, en Internet.
Los clubes italianos sol¨ªan atribuirse, en otro tiempo, una identidad pol¨ªtica. En Tur¨ªn, el Juventus era de derechas y el Torino, de izquierdas. En Mil¨¢n, el Milan se consideraba progresista y el Inter, conservador. En Roma, el Lazio atra¨ªa a la ultraderecha (Mussolini era tifoso) y el Roma, a los comunistas. El Bolonia y casi todos los toscanos, como el Livorno, tend¨ªan a la izquierda. Ascoli, Verona, Padua y Triestina eran percibidos como neofascistas.
Las cosas, por supuesto, son mucho m¨¢s complejas y en cada casa hay de todo. El propietario del Milan, Silvio Berlusconi, no tiene nada de izquierdista. El due?o del Inter, Massimo Moratti, es, en cambio, un magnate petrolero que simpatiza con el antiberlusconismo y el pacifismo, se empe?a en numerosas causas sociales y proporciona equipamento deportivo a los ind¨ªgenas de Chiapas. En cuanto a Lazio y Roma, sus aficionados m¨¢s ruidosos compiten actualmente en ultraderechismo, quiz¨¢ con una cabeza de ventaja de los laziales por su irreductible racismo, pero en el Estadio Ol¨ªmpico caben todas las ideolog¨ªas.
La polic¨ªa sigue creyendo en las identidades despu¨¦s de investigar a los grupos m¨¢s violentos. Un informe del grupo policial que trabaja en los estadios establece que entre los 128 clubes de Primera, Segunda y Tercera hay 27 "orientados" a la derecha, 15 m¨¢s o menos de izquierda y siete mixtos. Los dem¨¢s son, seg¨²n ese informe, "apol¨ªticos". La polic¨ªa opina que Milan y Roma han virado a la derecha, que Lazio y Verona son "feudos de la ultraderecha" y que Ancona, Bolonia, Brescia, G¨¦nova y Livorno son "zona roja".
Todo eso debe ser m¨¢s o menos cierto. Pero el f¨²tbol es deporte sobre el c¨¦sped, negocio en los despachos y fantas¨ªa en la grada. Y en los foros de Internet en los que se ha discutido la frase de Lucarelli ha quedado muy clara una cosa: los clubes est¨¢n cargados de ideolog¨ªa, y ¨¦sta corresponde, siempre, a la de cada aficionado. Un tal Antonio aseguraba que su club, el Lazio, era "desde siempre la casa de los socialistas romanos". ?Y por qu¨¦ no? Lo que s¨ª puede darse por finiquitado es el antiguo filocomunismo del Milan. Silvio Berlusconi, que nunca se equivoca, rez¨® antes de la final Milan-Steaua de Bucarest, en 1989. Y explic¨® luego el sentido de la oraci¨®n: "He rezado para que pierdan los comunistas", dijo.
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