Arvo P?rt cautiva y divide a Venecia con su m¨²sica m¨ªstica
El compositor inaugur¨® la bienal con su estilo herm¨¦tico y misterioso
El 48¡ã Festival de M¨²sica Contempor¨¢nea de la Bienal de Venecia se abri¨® el jueves con una obra de Arvo P?rt (Paide, Estonia, 1935) en el teatro La Fenice que fue recibida de manera desigual. Concentrado en s¨ª mismo y en una m¨ªstica tan elevada como herm¨¦tica, P?rt, ampliamente conocido en todo el mundo, rechazado y adorado a partes iguales, indiferente al ¨¦xito, habla de su obra y estilo, de la creaci¨®n en libertad frente a las guerras y el caos.
Parece salido de un filme en blanco y negro de Tarkovski. Su mirada fue azul y ahora es transparente, quieta; su larga barba hace pensar en un sacerdote ortodoxo o en un eremita griego; su voz, siempre en pianissimo, no vacila. Es lenta, pero exacta en todo lo que expresa. A su lado, Nora, su mujer, que le acompa?a siempre, sonr¨ªe dulcemente y habla, como de un milagro, del reconstruido teatro La Fenice, y apunta discretamente cosas certeras y tangenciales al discurso del compositor. Vienen de visitar la tumba de ?gor Stravinski en el cementerio de la isla de San Michele. All¨ª hicieron una fotograf¨ªa y ahora, frente a La Fenice y las tazas de t¨¦, buscan una conversaci¨®n, no una entrevista; hablar de arte, de m¨²sica y del mundo, pero sin grabadoras ni fot¨®grafos.
Enseguida surge el tema del uso de las nuevas tecnolog¨ªas en la creaci¨®n musical: "Se concreta todo en los n¨²meros, del 1 al 10. Los j¨®venes usan el ordenador de una manera compulsiva; en vez de para crear orden, para el caos. Yo lo veo de manera diferente, y creo que, como instrumento de trabajo, el ordenador es ¨®ptimo para la m¨²sica de texto. Se puede programar el texto si partimos de un modo objetivo, de orden, y as¨ª se crea una nueva cualidad, pero la decisi¨®n depende siempre de nuestra visi¨®n subjetiva".
La discutida obra de P?rt escuchada en La Fenice para soprano y orquesta -y que fuera creada por encargo del Festival de M¨²sica de Canarias de 1999- usa un salmo en castellano, Como cierva sedienta: "La primera frase era decisiva esta vez, y es que esa frase me ha acompa?ado toda la vida". El compositor hace una larga pausa, se mira las manos, las entrecruza y sigue: "Pensemos en la nostalgia del n¨²mero 1, de la cifra 1 en esta estructura fr¨ªa. El drama es el camino, duro, dif¨ªcil, al no conducir m¨¢s que a otras preguntas. Lo m¨¢s importante es saber que 2 es 1, y que 3 es tambi¨¦n 1. Es gravitaci¨®n". "?Y dolor!", apunta Nora. Arvo concluye: "La cantante siente este punto de dolor".
Hambre de libertad
Y se habla de dolores antiguos, de la ¨¦poca oscura en los a?os sovi¨¦ticos. Comienza Nora: "Faltaba el aire, hab¨ªa un hambre de libertad en el arte y en la vida. Y el compositor usa una imagen: 'Es la fuerza del agua que atraviesa la piedra', y hace un gesto que significa: 'Estamos aqu¨ª". En aquella ¨¦poca, P?rt compuso much¨ªsimo, adem¨¢s de bandas sonoras para filmes y para teatro de ni?os, obras de tendencia dodecaf¨®nica, primero, y serial¨ªstica, despu¨¦s, y que durante un tiempo rechaz¨® y que ahora acepta de nuevo: "Esas composiciones son mis hijos y con los hijos no se pueden hacer bromas. Es como el sacerdote que dice al confesado en el confesionario: eres libre de pecado, pero no debes olvidar que lo has hecho. Con la obra musical pasa lo mismo". Nora sonr¨ªe otra vez: "En una ¨¦poca no pod¨ªa ni o¨ªrlas y prohibi¨® su ejecuci¨®n. Eso era necesario para encontrar un nuevo mundo expresivo. Ahora tiene una relaci¨®n normal con aquellas m¨²sicas primeras".
Desde aquellos comienzos, Arvo P?rt desarroll¨® un maridaje, una predilecci¨®n por los instrumentos de cuerda que comenz¨® con la pieza Pro et contra: "Este amor ha crecido con el tiempo y tuvo un salto adelante cuando encontr¨¦ a Giedon Kremer y despu¨¦s al Hilliard Ensemble; la fusi¨®n entre la voz y los instrumentos. Todo eso empez¨® para m¨ª con un desarrollo basado en el canto gregoriano, donde la voz es otro instrumento al mismo nivel".
Las piezas de P?rt para cuerda o con inclusi¨®n vocal han sido infinitamente usadas por core¨®grafos de todo el mundo (Mats Ek y Nacho Duato, entre otros), obras no escritas originalmente ni para la danza ni para el escenario: "Nunca podr¨ªa componer un ballet expresamente; no ser¨ªa capaz, y no s¨¦ por qu¨¦ funcionan estas m¨²sicas m¨ªas con los core¨®grafos; probablemente se trata del gesto del bailar¨ªn hacia un punto elevado, mis frases tambi¨¦n van hacia ese punto, se trata de una frase interna siempre en movimiento. Los core¨®grafos hacen una b¨²squeda de corporeizar lo que yo escrib¨ª en papel pautado, y ese hecho pone en comunicaci¨®n a dos artistas diversos, core¨®grafo y compositor".
En toda la obra de P?rt, los textos han tenido siempre una importancia capital, mucho m¨¢s que aportar argumento o palabras: "Uso los aspectos objetivos del texto, desde la puntuaci¨®n hasta las s¨ªlabas. ?ste es el lado, digamos, severo. Del otro lado est¨¢ el color donde se coloca esa objetividad, el canal espiritual, y esto es lo que decide todo. Es mi coraz¨®n, mi visi¨®n del mundo, el que decide finalmente en la obra musical".
Y son m¨²sicas con un marcado estilo que no elude un poso dram¨¢tico, a veces casi apocal¨ªptico: "Hoy la guerra est¨¢ ah¨ª. Resignaci¨®n, resignaci¨®n. El arte tiene una libertad... La libertad de la b¨²squeda y los logros, pero eso tiene limitaciones. Formalmente los l¨ªmites est¨¢n ah¨ª, los c¨®digos legales lo establecen. Pero est¨¢n tambi¨¦n los l¨ªmites ¨¦ticos y morales. Hay provocaciones por todas partes. No sabemos c¨®mo acabar¨¢ todo esto".
Arvo tiene alguna respuesta: "La catarsis que contiene la m¨²sica y que nace del dolor, da la esperanza". Surge en la conversaci¨®n aquella idea de que la m¨²sica, como tambi¨¦n la danza, salvan: "No quiero con mi m¨²sica salvar el mundo, debo ser salvado yo".
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