La biblioteca de Alonso Quijano y el CD-Rom
"Se ha dicho que ¨¦ste es el Quijote de Rico y ya me gusta, pero es injusto porque en ¨¦l han participado casi cien colaboradores y especialistas, con cervantistas desde M¨¦xico a Mosc¨², y desde fil¨®logos muy curtidos a estudiantes que cog¨ªamos por los pasillos y pon¨ªamos a trabajar de forma inmisericorde, a veces hasta 16 horas diarias".
As¨ª present¨® ayer el doctor Francisco Rico este Quijote de referencia (que ha sido utilizado ya para la traducci¨®n al franc¨¦s en La Pl¨¦iade de Gallimard) en el C¨ªrculo de Lectores de Madrid. Entre la erudici¨®n y la iron¨ªa habituales, fum¨¢ndose un par de pitillos y alg¨²n caramelo y d¨¢ndole al ordenador port¨¢til con agilidad casi adolescente, Rico ("castellano" de 1942) fue contando las excelencias de esta obra ingente, narrando la larga historia del proyecto y dando ejemplos de errores y rescates.
Entre las novedades m¨¢s atractivas respecto a la edici¨®n de 1998, Rico cit¨® la Biblioteca del Quijote, una nueva secci¨®n del tomo cr¨ªtico en la que se reproduce un facs¨ªmil de al menos dos p¨¢ginas de los libros (de todos menos de uno, no dijo cu¨¢l) que guardaba Alonso Quijano en su biblioteca, y la mejora de las prestaciones del CD-Rom, una base de datos cuya compra ser¨¢ opcional y que permite navegar por las palabras y las familias de palabras del texto de una manera divertida y amena.
Visiblemente encantado con el juguete desarrollado por Eugenio Picchi en la Universidad de Pisa, Rico fue ense?ando el funcionamiento de la herramienta digital con diversos ejemplos de trampas, problemas y equ¨ªvocos que ofrece todav¨ªa el texto fundacional de la novela espa?ola.
Mostrando en la pantalla de ca?¨®n la primera p¨¢gina del texto, Rico ense?¨® c¨®mo funcionan las notas al pie, que defini¨® como "muy legibles para todo tipo de lectores": "En un lugar de la Mancha'. Ese lugar se refiere a una poblaci¨®n, no a un sitio o a un paraje: es una entidad de poblaci¨®n m¨¢s peque?a que la villa y m¨¢s grande que la aldea".
"No quiero acordarme'. Ese no quiero no significa que no quiera, sino que no va a decirlo, que no le quiere venir la palabra a la boca", continu¨® Rico.
Luego, poniendo el cursor sobre la palabra Mancha, ¨¦l ense?¨® algunas de las opciones que permite ejecutar el CD-Rom. Rico hizo clic y sali¨® un mapa de ¨¦poca de La Mancha, con los pueblos que recorri¨® Don Quijote en may¨²scula y los sitios que s¨®lo nombr¨® Cervantes en el libro en caja baja. "Pero tambi¨¦n hay mapas modernos y gu¨ªas de caminos de hace 400 a?os", cont¨® Francisco Rico.
Astillero fue la siguiente parada. Puls¨® y sali¨® la fotocopia digital de esa "percha para colgar lanzas y astas". Adarga: la ilustraci¨®n del Quijote, como la que se reproduce aqu¨ª, con la pielecilla colgando del escudo de cuero.
Para acabar, Rico corrigi¨® algunos errores de honda raigambre popular: no es "con la Iglesia hemos topado, Sancho", sino "con la Iglesia hemos dado"; no es "desfacer entuertos", sino "deshacer tuertos"...
Los asistentes permanecieron durante una hora at¨®nitos contemplando el despliegue de sabidur¨ªa, gadgets y tecnolog¨ªa. Tanto que cuando Rico acab¨® casi no hubo preguntas. Alguien al fondo reaccion¨® y le pregunt¨® qu¨¦ le dir¨ªa a Cervantes si se lo encontrara. Rico dijo: "Me quedar¨ªa mir¨¢ndole a ver por d¨®nde sal¨ªa. Y no le dir¨ªa nada porque era tan socarr¨®n que no me contestar¨ªa".
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