Los incentivos del SAS
Nos reuni¨® el Director de nuestro Distrito Sanitario para hablarnos de la productividad del a?o 2003. Nos dijo que "roz¨¢bamos la excelencia" en todos los par¨¢metros analizados, pero que no nos la iban a pagar porque tuvimos demora.
Justamente para evitarla, las direcciones del Centro de Salud y el Distrito acordaron, para conseguir una plantilla acorde con la poblaci¨®n atendida, la incorporaci¨®n a principios de 2003 de 3 ¨® 4 m¨¦dicos m¨¢s a sumar a los 10 ya existentes. Pero no fue hasta octubre cuando llegaron los tres primeros y el cuarto unos meses m¨¢s tarde. ?C¨®mo no ¨ªbamos a tener demora si nos faltaba el 40% de la plantilla te¨®rica? Pues bien, la pol¨ªtica de incentivos de SAS no valora el esfuerzo que realizamos para "rozar la excelencia" en condiciones tan precarias y nos castiga sin productividad.
Esto lleva a plantearse el modelo actual de Unidades Cl¨ªnicas y el pago por objetivos. El contrato que se firma se impone desde arriba en vez de negociarse y es claramente leonino: si no cumple el equipo no le pagan la productividad; si no cumple la administraci¨®n (dimensionando adecuadamente las plantillas, por ejemplo) aqu¨ª no ha pasado nada.
Adem¨¢s es absurdo que porque el colectivo m¨¦dico tenga demora, ning¨²n trabajador del centro, por "excelente" que sea, vea un duro, teniendo en cuenta que tanto enfermer¨ªa como el personal administrativo, con plantillas tan cortas como la de m¨¦dicos, tambi¨¦n se deslomaron lo suyo.
Los directivos de Distrito son meros capataces de los Servicios Centrales y cuando a ¨¦stos convenientemente aislados de la realidad en sus despachos) se les va la olla, aquellos pierden todo sentido cr¨ªtico, empiezan a comulgar con ruedas de molino y acaban diciendo "no voy a morder la mano del que me da de comer" (sic, perla del antepen¨²ltimo que padecimos). La pen¨²ltima tras felicitarnos puntualmente cada vez que dispon¨ªa de datos de prescripci¨®n, intent¨® birlarnos el honor y los dineros. La cosa era tan flagrante que cuando conseguimos puentearla, tuvo que hocicar. En premio a su elegante gesti¨®n fue promovida a una Subdirecci¨®n. El actual, si bien coment¨® que no estaba de acuerdo con la decisi¨®n, no se plant¨®. "Sus chicos" quedamos defraudados. Me pregunto qu¨¦ sentido tienen para el SAS enviar como interlocutor a alguien que no tiene la m¨¢s m¨ªnima posibilidad negociadora.
No hace falta un sobresueldo para trabajar con rigor. Sencillamente es exigible. As¨ª que, suban los sueldos, cosa que mejorar¨ªa nuestra futuras pensiones y evitar¨ªa la desbandada de los nuevos especialistas hacia la privada y el extranjero donde se paga mejor (en menos de un lustro el problema de la falta de m¨¦dicos en la p¨²blica ser¨¢ muy serio. ?Y pensar que hace solo 10 a?os era prestigioso!) y d¨¦jense de incentivos que, en vez de incentivar, desmoralizan.
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