Evitar otro 11-M
Ser¨ªa bastante ingenuo afirmar que el peligro del terrorismo islamista ha remitido en Espa?a tras el suicidio colectivo de los participantes en los atentados del pasado 11 de marzo. La amenaza sigue siendo muy seria. As¨ª lo demuestran los planes que incubaba, al parecer, una red de yihadistas de hacer volar la Audiencia Nacional, en pleno centro de Madrid, cerca de la sede del Tribunal Supremo y muy pr¨®xima a la del Partido Popular, con un cami¨®n bomba cargado con 500 kilos de explosivos. La desarticulaci¨®n ha sido realizada por la polic¨ªa en Andaluc¨ªa, Navarra, Levante y en el propio Madrid, tras una orden dictada por el juez Garz¨®n, y han sido detenidos por el momento ocho magreb¨ªes, en la ¨®rbita del GIA argelino, y se han producido varios arrestos carcelarios. Es cierto que se encontraba en una fase muy embrionaria, pero las fuerzas de seguridad han querido cortarla de ra¨ªz, gracias a la informaci¨®n de un confidente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) contrastada por cartas de islamistas en prisi¨®n.
El perfil de estos individuos se asemeja a los que perpetraron la m¨²ltiple barbarie de Atocha. Residen en Espa?a, son fan¨¢ticos del islam, merodean por las mezquitas, tienen antecedentes penintenciarios, est¨¢n ligados a la delincuencia com¨²n, y dispuestos en su "odio contra el infiel" a destruir cualquier vestigio de la sociedad occidental en l¨ªnea con la estrategia de Al Qaeda, en la que nuestro pa¨ªs, desgraciadamente, se ha convertido en uno de sus centros de acci¨®n. La c¨¢rcel les ha servido como granero de reclutamiento y cuando han salido de ella han seguido realizando impunemente sus actividades. ?sa es una de las lecciones que habr¨ªa que extraer de esta amenaza, y que deber¨ªan asumir nuestros jueces y nuestras fuerzas del orden: mayor rigor judicial y m¨¢s vigilancia policial. En el atentado de marzo algunos de los responsables hab¨ªan pasado por prisi¨®n. Tambi¨¦n ahora. Otros eran confidentes.
Todo ello conduce de nuevo a la necesidad de aprovechar al m¨¢ximo lo que depare de aqu¨ª a su final la comisi¨®n de investigaci¨®n del 11-M. Y a instar una vez m¨¢s a sus integrantes a que en sus conclusiones no se alejen de los verdaderos objetivos de tal ¨®rgano: c¨®mo prevenir nuevos ataques. Quiz¨¢s no haya que ligar esta ¨²ltima operaci¨®n a los sangrientos sucesos de marzo, pero s¨ª remarcar uno de los peligrosos agujeros que se detect¨®, adem¨¢s de la grave descoordinaci¨®n de los servicios de seguridad del Estado: la falta de control de las canteras de explosivos y la facilidad de robos. En ¨¦sta de ahora estaban ya en contacto con un vendedor de explosivos en Almer¨ªa.
Uno de los detenidos cont¨® al confidente de la polic¨ªa que hab¨ªa conocido en el transcurso de su vida penitenciaria al etarra Rego Vidal -que en 1995 intent¨® matar al Rey-, y que le dej¨® tel¨¦fonos de contacto por si necesitaba alguna colaboraci¨®n. Parece como m¨ªnimo precipitado deducir de esas afirmaciones que exista una relaci¨®n de ETA con el terrorismo isl¨¢mico como algunos se empe?an en proclamar, en particular en el caso del 11-M.
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