Parasitismo
Se les tuvo que hacer un traje a medida, a¨²n as¨ª no cejaron hasta introducir aquello de que la aceptaci¨®n del r¨¦gimen de autonom¨ªa que se establece en el presente Estatuto no implica renuncia del Pueblo Vasco a los derechos que como tal le hubieran podido corresponder en virtud de su historia, es decir, con costuras extensibles. Y en un principio parecieron felices con el traje nuevo y las cosas empezaron a funcionar con una cierta coherencia.
El problema y el susto le lleg¨® al nacionalismo, m¨¢s concretamente al PNV, cuando observ¨® que a los que consideraba for¨¢neos les gustaba tambi¨¦n el traje, que no le hac¨ªan ascos, y alg¨²n d¨ªa esperaban pon¨¦rselo ellos tambi¨¦n. El susto fue definitivo: que el PSOE y hasta el PP gustasen y compartiesen este Estatuto y estuvieran incluso dispuesto a llegar al poder, a arrebatarles el traje, les parec¨ªa demasiado. Por eso pensaron en otro nuevo, que nunca pudieran los otros pon¨¦rselo porque estaba fuera de toda medida. Invent¨® el nacionalismo entonces el Estatuto de Libre Adhesi¨®n con Espa?a para que nunca los que no son nacionalistas les pudieran arrebatar este nuevo traje pensado exclusivamente para los nacionalistas..
Ya hab¨ªa pasado en la fase anterior que a pesar de introducir con f¨®rceps en la Constituci¨®n la disposici¨®n adicional primera con el fin de agradarles, aquella que dice "la Constituci¨®n ampara y respeta los derechos hist¨®ricos de los territorios forales", no les sirvi¨®, lo dejaron pasar y se abstuvieron, inaugurando la larga trayectoria de parasitismo pol¨ªtico que les llev¨®, mientras les valiese el traje que solicitaban a medida, a aceptar, incluso con un cierto alborozo al principio, el Estatuto de Autonom¨ªa. Pero esa forma de estar en la pol¨ªtica, m¨¢s bien de estar fuera del proceso pol¨ªtico, del sistema, y, por lo tanto de Espa?a, es lo que ha caracterizado ese c¨®modo devenir, de estar a las maduras, esperando todo tipo de beneficio sin ning¨²n tipo de compromiso.
De esta manera se consinti¨® una p¨¦sima din¨¢mica y proceder parasitario que ha saltado por los aires, no por el cuerpo agredido, que se dejaba hacer, sino cuando este comportamiento no garantizaba el poder absoluto y a perpetuidad en Euskadi. En general se ha ido creando una ideolog¨ªa del cuanto m¨¢s se chupe mejor, llegando al l¨ªmite de considerar el futuro del parasitismo buscando el menor v¨ªnculo con la naci¨®n y el Estado parasitado. Todo esto, adem¨¢s, sin que en ning¨²n momento se pueda poner en entredicho la posibilidad de que el alguien sustituya al que parasita. Que nadie con adhesi¨®n a la naci¨®n parasitada pueda llevar las riendas de este ser hasta la fecha tan ruin.
Y ahora van a encargar a una comisi¨®n de expertos para saber qu¨¦ hacer ante la Constituci¨®n europea. Qu¨¦ gasto m¨¢s in¨²til, no deja de tener guasa, porque seguir¨¢n con la estrategia que tan bien les ha ido hasta la fecha de nunca comprometerse con el sistema, ni siquiera de rechazarlo, porque el rechazo puede llegar a ser una forma de compromiso. No se caer¨¢ en la sincera actitud de votar que no, porque con ello se puede caer con el tiempo en la cuenta que fue un error y aceptar finalmente lo que se rechaz¨®. Se continuar¨¢ por la v¨ªa de la abstenci¨®n, sacando todo lo que se pueda de la unidad europea, y usando la abstenci¨®n, identificada como rechazo, cuando la ret¨®rica exija ¨¦nfasis e, incluso, ruptura. Continuar¨¢ ante Europa el proceso del parasitismo aunque en esta ocasi¨®n, ante una Europa concebida como una Europa de los ciudadanos basada en los Estados-Naci¨®n preexistentes, tendr¨ªan todas las razones desde sus postulados ideol¨®gicos para plantear el rotundo rechazo.
Seguiremos en el pa¨ªs de la abstenci¨®n y de la falta de compromiso, sacando al Estado todo lo que se pueda, y a la Europa del futuro tambi¨¦n, convirtiendo el abstencionismo en virtud porque hasta la fecha se ha pagado muy bien. No dudando que existan razones para que el futuro Tratado de Constituci¨®n Europea no guste, no ser¨¢n esas las razones que nuestro nacionalismo esgrimir¨¢. Seguir¨¢ contemplando al resto del mundo como una gran ONG que tiene la obligaci¨®n de cebarnos bien sin que por nuestra parte haya el menor compromiso. Y si se nos exige algo sacamos a relucir el conflicto para que podamos seguir chupando del bote. Con esta pol¨ªtica no se puede ir a ninguna parte.
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