Una heroica derrota
Tumbas, placas y barcos hundidos recuerdan en C¨¢diz la Batalla de Trafalgar
Hay un eje que va desde Londres a Gibraltar, pasando por Portsmouth y C¨¢diz. Es el que forman las ciudades protagonistas de la m¨¢s formidable batalla naval de la historia, la del cabo Trafalgar, aquella que le dio a Gran Breta?a lo que le quit¨® a Espa?a, el control de los mares un d¨ªa como hoy de hace 199 a?os. Si en Londres la m¨¢s importante de sus plazas conmemora la victoria y a su incuestionable h¨¦roe, Horacio Nelson, y en Portsmouth se conserva el Victory, su buque insignia; en la provincia de C¨¢diz es m¨¢s dif¨ªcil seguir el rastro de uno de los acontecimientos clave en el final del imperio espa?ol.
Los ingleses, claro, celebran una victoria y las derrotas no se celebran, dicen los cl¨¢sicos. Pero fue tal la epopeya que hasta la derrota tuvo dignidad y hero¨ªsmo. De ah¨ª que San Fernando acoja en su Pante¨®n de Marinos Ilustres a muchos de los gloriosos marinos que perdieron su vida o escribieron p¨¢ginas de gesta en la batalla. Cient¨ªficos y marinos de la mejor tradici¨®n de la Armada Espa?ola murieron en Trafalgar, como Cosme Dami¨¢n Churruca, gran hidr¨®grafo del que los propios ingleses lamentaron su muerte. "Marinos como ¨¦ste no deb¨ªan estar expuestos a los azares de un combate y s¨ª conservarlos para los progresos de la ciencia de la navegaci¨®n", dejaron escrito. Una placa en la casa de C¨¢diz donde vivi¨® honra su memoria.
La Carraca, en el mismo San Fernando, era el astillero principal de la flota espa?ola, tal y como se han encargado de recordar los dirigentes sindicales en el conflicto de Izar.
Todas las aguas, desde Tarifa a C¨¢diz, est¨¢n jalonadas por restos de los barcos que participaron en la batalla. Algunos est¨¢n perfectamente localizados por los buzos de Centro Andaluz de Arqueolog¨ªa Submarina (C¨¢diz) y muchos por saqueadores aficionados. Desde el Bucentaure, el buque insignia de la flota franco espa?ola, hasta el Sant¨ªsima Trinidad, "El Escorial de los mares", el imponente nav¨ªo de cuatro puentes y 136 ca?ones construido en los astilleros de La Habana con todo tipo de maderas nobles, que permanece hundido frente a las costas de Zahara de los Atunes, donde se fue a pique cuando los ingleses lo remolcaban hacia el Pe?¨®n. Algunos de los ca?ones de los buques hundidos est¨¢n en manos de alg¨²n coleccionista desaprensivo.
El faro de Trafalgar, en Barbate, alumbra a los navegantes que se acercan a la costa y las noches de las cercanas playas de Ca?os de Meca y el Palmar. En el cementerio de Gibraltar una tumba recuerda a los marineros ingleses muertos en la batalla. Desde el puerto de la colonia inglesa parti¨® la impresionante escuadra de Nelson, que al regreso iba ya comandada por el almirante Collingwood. El puerto de C¨¢diz fue la base de la escuadra franco espa?ola desde su llegada, un 20 de agosto de 1805, tras una fallida maniobra de distracci¨®n a las Indias Occidentales. Las concentraciones de grandes veleros que tienen lugar peri¨®dicamente en C¨¢diz recuerdan la estampa de aquel lejano d¨ªa cuando los orgullosos nav¨ªos sal¨ªan al encuentro de la Historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.