Magris y Daniel exigen paz y diversidad

El sue?o europeo y laico de Claudio Magris; el compromiso con la libertad y la moral del periodista Jean Daniel; la lucidez del economista Paul Krugman contra las falacias del neoliberalismo; el flamenco, una m¨²sica que naci¨® marginada y que hoy enriquece la sensibilidad universal gracias a gente como Paco de Luc¨ªa; los avances en el conocimiento del c¨¢ncer de cinco cient¨ªficos de vanguardia (Joan Massagu¨¦, Robert Weinberg, Bert Vogelstein, Tony Hunter y Judah Folkman); la educaci¨®n de los j¨®venes en la diversidad y las lenguas que encarna el programa Erasmus; el ejemplo del deporte que convierte en h¨¦roes sin fronteras a atletas como Hicham el Gerruj; la religi¨®n como punto de encuentro cultural que propone el Camino de Santiago...

Don Felipe record¨® a las v¨ªctimas de los atentados del 11 de marzo en Madrid

Esta edici¨®n pasar¨¢ a la historia por la emoci¨®n con que la vivi¨® la Princesa

Todos estos valores, que se pueden resumir en paz, humanismo y diversidad, fueron reivindicados ayer en la entrega de los XXIV Premios Pr¨ªncipe de Asturias. Pero, por muy estupendos que nos pongamos, esta edici¨®n pasar¨¢ a la historia por otra cosa: por la emoci¨®n con que los vivi¨® la princesa de Asturias y el enorme entusiasmo y expectaci¨®n que levant¨® su primera presencia oficial en los premios.

Sentada en la mesa presidencial, a la izquierda del Pr¨ªncipe; vestida con un traje y un abrigo-levita, todo ello en crep¨¦ de seda color oro mate, lazada al cuello, zapatos de mucho tac¨®n abiertos por el tal¨®n, pendientes de brillantes y bolso tipo bombonera, y peinada con un semirrecogido que acababa en una cascada (?postiza?) de rizos, do?a Letizia fue aclamada por la gente que abarrot¨® el teatro Campoamor como si fuera el "premio gordo Pr¨ªncipe de Asturias".

La entrada de invitados ya anunciaba algo grande: hab¨ªa m¨¢s gente que nunca. Paco de Luc¨ªa y El Gerruj fueron los m¨¢s ovacionados, pero los Pr¨ªncipes, m¨¢s: fueron jaleados. Una vez dentro, apagado el estruendo de las irreductibles gaitas, los operarios dieron los ¨²ltimos martillazos para pegar la rebelde alfombra roja del patio de butacas y el presidente de la fundaci¨®n que organiza los premios, Jos¨¦ Ram¨®n ?lvarez Rendueles, tom¨® la palabra y calific¨® la edici¨®n, por la presencia de do?a Letizia y la n¨®mina de galardonados, dijo, como "hist¨®rica".

Hubo que esperar al final, como siempre, para o¨ªr el discurso del Pr¨ªncipe. Su bienvenida, formal pero muy entregada, a la flamante Princesa, colm¨® las expectativas de los m¨¢s rom¨¢nticos: cuando confes¨® que la ceremonia ten¨ªa un "nuevo y emocionante significado" para ¨¦l y habl¨® de esta nueva etapa "de ilusi¨®n por construir un hogar y formar una familia", el teatro entero se puso en pie, todo el mundo aplaud¨ªa a rabiar, la Princesa, seria y cabizbaja, apenas pod¨ªa contener las l¨¢grimas por la emoci¨®n. Don Felipe, visiblemente satisfecho por el recibimiento, dijo: "Muchas gracias".

"Comprender¨¢n qu¨¦ cortas se quedan hoy para m¨ª las palabras, c¨®mo se remueven mis sentimientos al expresar estas ideas", afirm¨® luego ante la arrobada mirada de Letizia y las sonrisas c¨®mplices de su madre, do?a Sof¨ªa.

Solventada con ¨¦xito predecible la alusi¨®n a su nueva condici¨®n personal (de pr¨ªncipe casado, y, m¨¢s dif¨ªcil a¨²n, enamorado), don Felipe entr¨® luego en materia pol¨ªtica: denunci¨® "la acci¨®n fan¨¢tica e inhumana" del terrorismo, record¨® a las v¨ªctimas de los atentados del 11 de marzo en Madrid y enunci¨® el "firme compromiso" de luchar contra el terror "con los instrumentos del Estado de derecho".

Luego realiz¨® el habitual elogio de los premiados (al citar a los onc¨®logos pidi¨® m¨¢s inversi¨®n en investigaci¨®n), hizo una llamada a que los espa?oles contin¨²en viviendo "unidos en la hermosa aventura de la pluralidad" y con "confianza audaz en la libertad", y emplaz¨® a celebrar en 2005 el 25? aniversario de unos premios que compar¨®, citando un poema local, con "un ¨¢rbol que espante lejos la ventolera helada del tiempo". Un ¨¢rbol que contar¨¢ desde ahora "con el cuidado y la ayuda entregada" de su esposa, insisti¨®. Y el teatro se vino abajo otra vez.

Antes, como un siglo antes, Claudio Magris hab¨ªa trazado una sabia y po¨¦tica semblanza de los miedos del escritor en este momento de "precariedad del yo". "Estamos viviendo la transformaci¨®n liberatoria y sobrecogedora de una ¨¦poca, del mundo, de la realidad, quiz¨¢s del hombre mismo", dijo. "Estamos sentados en el borde de un volc¨¢n y de todas partes llegan estruendos de guerra, de una guerra que, como la met¨¢stasis de un c¨¢ncer, golpea ahora a una parte del mundo e implica al mundo entero", a?adi¨® el autor de El Danubio.

Despu¨¦s, los cinco cient¨ªficos recibieron sus galardones y saludaron al un¨ªsono con m¨¢s ciencia que arte. Entonces lleg¨® el turno de Jean Daniel, veterano maestro del periodismo franc¨¦s, que habl¨® del "b¨¢rbaro comienzo del siglo XXI", marcado por un "nuevo mal", el terrorismo, "heredero de esos males absolutos que fueron el nazismo y el bolchevismo". Pero no debemos caer en el error de defendernos con armas equivocadas, ni pensar que una naci¨®n "puede pretender encarnar por s¨ª sola el bien, la virtud y lo universal. Dej¨¦mosle a Dios esa pretensi¨®n", matiz¨® Daniel.

No por alusiones, sino porque les tocaba recoger el premio de la Concordia, salieron al escenario como un solo hombre los obispos, curas y peregrinas y peregrinos que representaban al Camino de Santiago. Luego, la responsable de Educaci¨®n y Cultura de la Comisi¨®n Europea, Viviane Reding, habl¨® brevemente sobre el programa Erasmus y anunci¨® que el objetivo de la UE es llegar a becar a 300.000 estudiantes cada a?o.

Entre los m¨¢s de 1.200 asistentes a la ceremonia estuvieron la reina Sof¨ªa y su yerno I?aki Urdangar¨ªn, jurado del premio de los Deportes; las ministras de Educaci¨®n (Mar¨ªa Jes¨²s Sansegundo) y Cultura (Carmen Calvo), el ministro portavoz marroqu¨ª, Daniel Behabdellah, que acompa?¨® a Hicham el Guerruj; el presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Mar¨ªn; los presidentes de las comunidades aut¨®nomas de Asturias, Navarra, Arag¨®n, La Rioja, Castilla y Le¨®n, Cantabria y Galicia; la consejera de Cultura del Pa¨ªs Vasco, y numerosos empresarios, financieros y representantes de la vida social, cultural, deportiva y pol¨ªtica del pa¨ªs.

Tambi¨¦n hubo una discreta presencia del entorno privado de la Princesa: en el patio de butacas estaban sus abuelos paternos, Menchu ?lvarez del Valle y Jos¨¦ Luis Ortiz; su t¨ªa Henar Ortiz, y su m¨¢s ¨ªntima amiga ovetense, Mayi V¨¢zquez Fern¨¢ndez, recepcionista del peri¨®dico La Nueva Espa?a. Al final son¨® el Asturias, patria querida y Letizia derram¨® sus primeras l¨¢grimasen p¨²blico.