Una manga para enmarcar
Robredo juega un primer 'set' antol¨®gico, pero sucumbe ante la mayor consistencia de Agassi
Aquello parec¨ªa irreal. Hab¨ªa que frotarse los ojos para certificar lo que estaba ocurriendo en la pista central del Rock¨®dromo de Madrid. Lo que se estaba dirimiendo era un partido de cuartos de final del pen¨²ltimo Masters Series del a?o, y Andre Agassi parec¨ªa incapaz de controlar el partido que le enfrentaba al espa?ol Tommy Robredo. La primera manga result¨® antol¨®gica para el de Hostalric. Un set para enmarcar. Pero al final, fue el estadounidense el que acab¨® imponiendo su mayor consistencia psicol¨®gica y marc¨® el ritmo del partido en su parte final. Agassi gan¨®, 6-7 (3-7), 6-3 y 6-2 en 2 horas y 26 minutos. Jugar¨¢ la segunda semifinal contra el ruso Marat Safin, que se impuso al peruano Luis Horna, 6-4 y 6-4. En la primera (13.30 horas), se enfrentar¨¢n el croata Ivan Ljubicic, que derrot¨® al sueco Joachim Johansson, 7-6 (7-2), 6-7 (1-7) y 7-6 (7-3) y el argentino David Nalbandian, vencedor del otro estadounidense, Taylor Dent, 7-6 (7-4) y 6-3.
"Gracias por seguir jugando. Madrid te quiere Andre", pod¨ªa leerse en una pancarta que apareci¨® en el Rock¨®dromo al final del partido. Agassi sonri¨®. Y luego comenz¨® un ritual que se ha convertido ya en cl¨¢sico despu¨¦s de sus victorias importantes: hizo reverencias a los cuatro lados de la grada. Por primera vez en lo que lleva de torneo vio peligrar su futuro en Madrid. Robredo, de 22 a?os, forz¨® su juego hasta l¨ªmites insospechados y demostr¨® que es capaz de jugar a un gran nivel en superficies r¨¢pidas cubiertas. La soltura con que peg¨® su rev¨¦s plano, largo, a las l¨ªneas, veloz, y la eficacia de su drive y de su servicio elevaron el tono del partido, puesto que el estadounidense estaba jugando a un nivel m¨¢s que aceptable. El tenis que ofrecieron fue el mejor que se ha visto este a?o en Madrid, simplemente porque hubo puntos jugados y ganados con estrategia.
Vuelco espectacular
La victoria parcial en la primera manga, deb¨ªa conceder nuevos br¨ªos a Robredo y frenar los arrebatos de Agassi. Sin embargo, el partido dio un vuelco espectacular a partir del tercer juego de la segunda manga, en el que Robredo desperdici¨® seis bolas de rotura de servicio. Con aquel break se esfum¨® tambi¨¦n la solidez del tenista catal¨¢n, que cedi¨® su saque en el siguiente juego con una doble falta. Y Agassi, ya con 34 a?os, aprovech¨® todos los errores de su rival para ir tomando consistencia y comenzar a marcar el ritmo del partido.
"No me sent¨ª c¨®modo al principio", confes¨® Agassi. "Robredo es un jugador que se defiende muy bien y que tiene un rev¨¦s capaz de ganarte puntos en situaciones inveros¨ªmiles. A medida que el partido avanzaba yo me sent¨ªa cada vez mejor. Creo que es el fruto del intenso trabajo f¨ªsico que he realizado desde el Open de Estados Unidos".
Puede que Robredo acabara cansado, porque tuvo mucho m¨¢s desgaste que Agassi. Pero lo que decidi¨® el partido no fue una cuesti¨®n f¨ªsica. Lo que llev¨® a Robredo a la derrota fue, b¨¢sicamente, un problema mental. Lleg¨® un momento en que el espa?ol dej¨® de creer en si mismo y sinti¨® que el partido se le estaba escapando. Y entonces, ya no le sirvi¨® haber ganado este a?o el torneo de Barcelona, ni la evidente mejora que ha logrado en su juego: sus golpes de fondo son m¨¢s r¨¢pidos y profundos y le permiten ganar puntos; y su saque ha adquirido una consistencia notable. Ayer, su ¨²nica asignatura pendiente estuvo en su cabeza. Porque a Agassi nadie puede concederle opciones, y menos cuando se est¨¢ jugando una plaza para el Masters.
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