Un luchador por la igualdad
Tiene 45 a?os y es defensor del pueblo vasco con el voto de la gran mayor¨ªa de la C¨¢mara vasca. M¨¢s all¨¢, es un veterano luchador por los derechos de los homosexuales en nuestro pa¨ªs. En esta entrevista habla en primera persona de un colectivo que reclama su espacio en la sociedad.
Tom¨® posesi¨®n como defensor del pueblo vasco (ararteko) el pasado mes de junio. Elegido con el apoyo de todos los grupos parlamentarios excepto cinco votos nulos de Sozialista Abertzaleak, este hombre de 45 a?os, guipuzcoano, que fue letrado de la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, fund¨® en 1997 -y ha sido presidente hasta fechas recientes- la Asociaci¨®n de Gays y Lesbianas del Pa¨ªs Vasco, Gehitu. De mirada directa y sonrisa irresistible, parece una de esas buenas personas que no necesitan esconderse de nada. Limpio como el agua clara, para entendernos, o de vuelta de todo. Durante a?os, su vida no le result¨® un lecho de rosas: tuvo que aceptarse como homosexual y aprender a vivir y actuar como tal en una sociedad a¨²n muy represiva. Eso, dice, fortaleci¨® su car¨¢cter, y hoy no le tiene miedo a nada. Justo el d¨ªa que EL PA?S le vio por segunda vez hab¨ªa sido aprobada la proposici¨®n de ley relativa a la modificaci¨®n del C¨®digo Civil para poner fin a la discriminaci¨®n que supone la prohibici¨®n del matrimonio entre personas del mismo sexo. La conocida como ley del matrimonio gay.
Hace unos d¨ªas me dec¨ªa que se iba a casar en cuanto pudiera. Enseguida podr¨¢ hacerlo.
Y lo har¨¦ el d¨ªa 21 de mayo de 2005, si todos los tr¨¢mites que debe seguir la ley lo permiten.
?Y c¨®mo ha celebrado la aprobaci¨®n del proyecto de ley que permitir¨¢ casarse a los gays?
Con gran alborozo. Ya lo hicimos cuando se aprob¨® la ley de parejas de hecho en el Parlamento vasco.
Es curioso ver c¨®mo cambian las cosas. Sorprende un poco que el PNV estuviera tan pronto a favor de la ley de parejas de hecho, tan conservador como es y pr¨®ximo como est¨¢ a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica? Porque el Papa ayer mismo aludi¨® a este tema para condenarlo.
Creo que el Partido Nacionalista Vasco ha ido cambiando al ritmo que lo ha hecho la sociedad. Quienes gobiernan ahora la Iglesia?, una instituci¨®n que no es democr¨¢tica, en la que una oligarqu¨ªa designa a los obispos, controla el Vaticano, y quien lo controla ahora es el Opus, junto a Comuni¨®n y Liberaci¨®n y los Legionarios de Cristo; ¨¦stas son cosas que deben saberse. Y que esta gente ha hecho una contrarreforma en todos los temas, y en ¨¦ste tambi¨¦n. El PNV siempre ha estado cerca de los jesuitas, que fueron los grandes valedores del Vaticano II. Tambi¨¦n ocurre que en el Pa¨ªs Vasco los movimientos de base tienen mucha fuerza. Y una posici¨®n muy distinta a la jerarqu¨ªa.
Y con su pareja, ?ha celebrado la igualdad de derechos de los gays y lesbianas?
S¨ª, el viernes que se aprob¨® el anteproyecto de ley lo celebramos con una cena por todo lo alto. Y en la asociaci¨®n tambi¨¦n, con cava y tal. Pero tendremos que seguir luchando porque la tramitaci¨®n va a ser larga, y la jerarqu¨ªa de la Iglesia ya ha advertido que har¨¢ movilizaciones.
?No se arriesgar¨ªa a hacer el rid¨ªculo despu¨¦s de que ha habido tantas denuncias de abusos de menores dentro de la Iglesia?
Han utilizado elementos peregrinos, como que somos la falsa moneda, que devaluamos el valor del matrimonio. Yo fui a un colegio laico, pero conozco a gays y lesbianas que han ido a colegios de curas y monjas? Y me han contado. Porque los ni?os, que tienen eso que se llama la inteligencia emocional virgen, captan todo lo que pasa a su alrededor.
?Y con esa inteligencia, siendo ni?o, detectaba usted la hostilidad contra los homosexuales?
Pues s¨ª. Yo era muy consciente de la hostilidad que suscitaba, que no hac¨ªa falta que se explicitara, aunque a veces s¨ª se hac¨ªa. En el ¨¢mbito de los amigos, de la familia. Por todas partes.
?Y cu¨¢ndo empez¨® a sentirse c¨®modo, a sentirse feliz, o, bueno, a disfrutar de su sexualidad?
A los 20 a?os. La adolescencia fue muy dura. Y empec¨¦ a ser feliz, como t¨² muy bien has expresado, cuando me liber¨¦ de mis demonios interiores. Y comenc¨¦ a hablar con los amigos. Siempre, eso s¨ª, con un nudo en la garganta y otro en el est¨®mago. Yo supe que era homosexual a los 10, al darme cuenta de que mi pulsi¨®n sexual estaba dirigida a los chicos. Me llev¨¦ un susto enorme, porque el entorno era completamente hom¨®fobo. No hab¨ªa ninguna informaci¨®n sobre la homosexualidad, y lo que cre¨ªa era que yo era un marciano. Lo ¨²nico que sab¨ªa era que lo peor era ser maric¨®n. Un familiar me lleg¨® a decir que era peor que ser un asesino, porque quien mata recibe un castigo y puede redimirse, pero quien es homosexual lleva esa tara durante toda la vida. As¨ª que lo primero que sent¨ª fue un susto enorme, y un miedo por ser radicalmente diferente a los dem¨¢s. Y a los 12 a?os voy y me enamoro de un compa?ero de clase, y el problema adquiere otra dimensi¨®n; porque todo aquello que los chicos contaban que sent¨ªan cuando se enamoraban de una chica, yo lo sent¨ªa por un chico. Fue mucho peor?
?Por qu¨¦?
Porque, como no sab¨ªa nada, hasta entonces pensaba que la pulsi¨®n sexual a lo mejor cambiaba con el tiempo, pero el enamoramiento era una cosa mucho m¨¢s seria. Un amor de la adolescencia, un amor que me absorb¨ªa por completo la mente y el coraz¨®n. Era muy distinto a la pulsi¨®n sexual de los maricones; que se gustaban, ten¨ªan relaciones quiz¨¢, pero que, me parec¨ªa, no se iban a enamorar de otro chico. ?Qu¨¦ hice? Pues me cre¨¦ un mundo plat¨®nico, donde ten¨ªa una vida paralela. Me exteriorizaba como un heterosexual para evitar problemas y en mi interior estaba yo con mi amado. Estaba solo, buscaba libros. En los quioscos hab¨ªa revistas, sobre todo una que se llamaba Party, a la que agradezco su existencia que tanto me ayud¨® entonces? Empec¨¦ a comprar lo poco que encontraba, y para que no me vieran esperaba a ¨²ltimas horas de la noche o me iba a quioscos apartados de mi casa. Y en Party, un d¨ªa, en la secci¨®n de contactos, le¨ª un anuncio de unos amigos que ofrec¨ªan su cuadrilla a homosexuales que quisieran conocer a otros; no tanto para ligar como para hacer amistad. La noche anterior no dorm¨ª. Hicimos la cita en un lugar de San Sebasti¨¢n. Dimos un paseo. Yo ten¨ªa una necesidad terrible de hablar. Me contaron c¨®mo funcionaban las cosas, y c¨®mo hab¨ªa mucha m¨¢s gente de la que pensaba que era igual a m¨ª.
Desde entonces no ha pasado tanto tiempo, pero s¨ª muchas cosas en este pa¨ªs. Pensar que Espa?a es uno de los tres pa¨ªses europeos donde se ha admitido primero la igualdad de homosexuales con los dem¨¢s da una idea de modernidad incre¨ªble.
En parte tiene la culpa la derecha, que lo ha hecho muy mal. La regulaci¨®n jur¨ªdica de las parejas en los pa¨ªses donde est¨¢n m¨¢s protegidas empieza a trav¨¦s de la ley de parejas de hecho, donde el matrimonio no es una instituci¨®n tan cerrada. Muchas parejas heterosexuales no quieren casarse, y as¨ª surgi¨® la demanda de esos heterosexuales, al mismo tiempo que las de las parejas de gays y lesbianas. Se abre paso la figura de las parejas de hecho, donde entran tanto las de heterosexuales como las de homosexuales. En Dinamarca en 1989, Suecia y Holanda es donde primero fue abri¨¦ndose camino todo esto. Hay una evoluci¨®n que en B¨¦lgica y Holanda lleva a la equiparaci¨®n, de una manera natural. En Espa?a, el PP se opone de una manera muy chusca. Dicen que se cree una comisi¨®n de estudios en el Parlamento, lo que les permite dar largas y m¨¢s largas. Pero la sociedad avanza y el movimiento gay dice que la ley de parejas de hecho se ha quedado corta, que quieren la igualdad. Y el partido socialista lo asume, y acaba llev¨¢ndolo a la pr¨¢ctica. Han sido valerosos. Porque ha habido movidas dentro del PSOE, y ha sido Rodr¨ªguez Zapatero quien dijo que hab¨ªa que hacerlo.
Ha dicho que piensa casarse el pr¨®ximo mes de mayo. Que est¨¢ content¨ªsimo de poder hacerlo. ?Pero alguien como usted se casa porque realmente lo desea m¨¢s que nada en el mundo o porque el mero hecho de que estuviera prohibido lo hace algo tentador? No s¨¦ si ser¨¢ f¨¢cil deslindar ambas razones.
Buena pregunta. Y la respuesta es que sinceramente no lo s¨¦. Lo que s¨ª puedo decir es que tenemos una ilusi¨®n b¨¢rbara por casarnos.
?Pero por qu¨¦?
A ver si lo digo? Es algo muy subjetivo. A ver si lo digo? Est¨¢ el elemento de querer formalizar, el elemento jur¨ªdico, aunque ni nuestro amor ni ning¨²n otro necesita papeles. No s¨¦ cu¨¢nto, en ese deseo, procede del resultado l¨®gico de una lucha que ha sido intens¨ªsima y donde nos hemos dejado la piel por conseguir la igualdad. Es dif¨ªcil saber las razones ¨²ltimas? No es casualidad que aquellos activistas gays y lesbianas que han estado en la vanguardia de la lucha, quienes est¨¢n emparejados, hayan anunciado casarse inmediatamente.
Es que la fama que tiene el colectivo gay de ser m¨¢s promiscuo que el de los heterosexuales indicar¨ªa, me parece, que si alguien sabe que el amor no es eterno, podr¨ªa ser ese colectivo.
Es cierto. Pero te dir¨ªa que el hombre gay no es m¨¢s promiscuo que el heterosexual. Se cre¨ªa que s¨ª porque el hecho de estar muy reprimida su sexualidad le ha llevado a hacer un ejercicio lib¨¦rrimo de su sexualidad. Nos echaron fuera de la vida social, all¨ª donde no hab¨ªa normas. Por eso tambi¨¦n, la inmensa mayor¨ªa de homosexuales se casaba como si fueran heterosexuales. Conozco a muchos hombres con m¨¢s de 55 a?os que tienen una vida paralela. Y por eso la vivencia, hasta hace muy poco, de la homosexualidad ha sido casi exclusivamente sexual. La vida en com¨²n es muy reciente. Ahora, en lo que se refiere a la mera vida sexual, la de un gay es igualmente de intensa que la de un heterosexual.
?Y en qu¨¦ se diferencian las relaciones de pareja entre ustedes y los heterosexuales?
Creo que son m¨¢s libres y m¨¢s honestas. Hemos introducido el elemento del pacto. Cuando dos chicos se juntan, se habla con sinceridad qu¨¦ tipo de relaci¨®n quieren. Se dicen: bueno nos amamos, pasemos un periodo de prueba y luego establezcamos una relaci¨®n de pareja. Lo habitual es que todo eso se hable y las reglas queden muy claras.
Pedro Zerolo ha dicho que el matrimonio heterosexual est¨¢ en crisis. ?Por qu¨¦ lo quieren imitar?
El matrimonio de hoy d¨ªa tampoco tiene que ser el modelo de pareja de nuestros abuelos, y tambi¨¦n los heteros est¨¢n construyendo un modelo nuevo. Adem¨¢s, ideol¨®gicamente, somos como todos. Los hay de extrema derecha y de extrema izquierda. Habr¨¢ parejas de homosexuales, y vamos a verlo, que celebrar¨¢n bodas superconvencionales, con banquete, y luna de miel, y un pastel de pisos. Somos como todos, como es natural. Sin duda, hay un proceso de desideologizaci¨®n del matrimonio. ?Qu¨¦ contenido tiene hoy? Pues dentro de un r¨¦gimen jur¨ªdico, la protecci¨®n econ¨®mica del otro, y que haya una regulaci¨®n en el supuesto de una separaci¨®n o una muerte.
Entiendo. Pero hace unos cuantos a?os, uno de los objetivos de los progres era vivir en pareja sin tener que recurrir al matrimonio. Entonces, los homosexuales eran vistos por muchos como un colectivo progresista y combativo contra el orden establecido. Y ahora algunos les reprochan que, en muchos casos, su rebeld¨ªa parec¨ªa suscribirse a los problemas propios del colectivo, no a los que afectan a la sociedad en general. Resulta que quieren casarse? Est¨¢n en su derecho, pero sorprende?
Abogar por una sociedad donde todos tengan la misma voz y el mismo sitio es progresista. ?Por qu¨¦ juzgarnos como si fu¨¦ramos un grupo uniforme? Muchos progres heterosexuales con una vida confortable han cargado sobre la chepa de los homosexuales los cambios sociales que ellos no han querido hacer. ?Porque qu¨¦ apoyos hemos tenido los homosexuales? Pues muy pocos. Hemos tenido la sensaci¨®n de que se supon¨ªa que est¨¢bamos obligados a abanderar un cambio radical de la sociedad, que ten¨ªamos que pelear por todos. Pero que no se cargue sobre nuestras chepas los cambios sociales de todos, que bastante tenemos con nuestros problemas.
?Qu¨¦ le llev¨® a implicarse tanto, a salir del armario de una forma tan notoria como para ser fundador de la asociaci¨®n de la que ha sido presidente hasta hace poco?
Vas viendo que este asunto consiste en ir abriendo muchas puertas. Much¨ªsimas. La primera es la del reconocimiento de uno mismo, un proceso que dura bastantes a?os; luego empiezas a pasar las exteriores, con los amigos, la familia, y la ¨²ltima, en mi caso, fue el activismo.
Amen¨¢bar, hace unos d¨ªas, aconsejaba a los gays c¨®mo actuar: deb¨ªan dec¨ªrselo a sus padres cuanto antes. Lo hablaba con mucha normalidad, dando la impresi¨®n de que las cosas hab¨ªan cambiado mucho.
Por la informaci¨®n que tenemos en la asociaci¨®n, ahora se lo dicen a la familia de una forma inmediata. Y las reacciones no suelen ser negativas. Pero para quienes tenemos m¨¢s de 20 a?os, en la gran mayor¨ªa sucedi¨® lo contrario. Yo, si volviera atr¨¢s, lo hablar¨ªa mucho antes con mis padres. Porque eso distorsiona mucho la relaci¨®n, y adem¨¢s el amor puede con todo.
Pero lo suyo no s¨®lo fue salir del armario, sino convertirse en una bandera.
Hubo una decisi¨®n colectiva de unos cuantos amigos de constituir la asociaci¨®n. Era un proceso l¨®gico. Hab¨ªamos conjurado a todos los demonios, internos y externos, y eso era lo que nos quedada por hacer. Y sin ser muy conscientes, hab¨ªamos creado una red de compromiso que se hizo m¨¢s fuerte, y de manera natural salt¨® fuera de nosotros mismos. Nos sent¨ªamos bien en la vida y quer¨ªamos transmitirlo. Era el a?o 1997. Empezamos siendo 50 personas y en un a?o llegamos a 150 s¨®lo en Guip¨²zcoa. La gente de m¨¢s de 40 a?os ven¨ªa con el miedo en el cuerpo. Algunos se acercaban tres o cuatro veces hasta que se decid¨ªan a entrar.
Ahora los gays est¨¢n de moda. Forman colectivo amplio, merece la pena atraerse sus votos. ?Est¨¢ de acuerdo?
No creo que estar de moda sea una expresi¨®n adecuada. Estamos en un momento hist¨®rico de cambio en lo que respecta a los derechos de los homosexuales y lesbianas. Una de nuestras caracter¨ªsticas es que los homosexuales no tenemos ning¨²n signo externo, al contrario de lo que ocurre con hombres y mujeres. ?Qu¨¦ ha ocurrido? Pues que nos hemos camuflado en la sociedad heterosexual toda la vida y ahora empezamos a salir del agujero y se hace visible nuestra condici¨®n homosexual. Y hemos hecho de la visibilidad un instrumento de acci¨®n pol¨ªtica para defender nuestros derechos. Pero todav¨ªa somos muy pocos los que hemos querido hacer visible nuestra condici¨®n homosexual. Pero vivimos un momento hist¨®rico y salen del armario cada vez m¨¢s personas, y en 20 a?os el cambio se habr¨¢ producido del todo y los homosexuales podr¨¢n manejar su vida con dignidad y libertad. Entonces se ver¨¢ que las personas de condici¨®n homosexual son, por lo menos, entre un 7% y un 10% de la poblaci¨®n. Aunque yo no soy partidario de establecer porcentajes, porque la variedad, en cuanto a la identidad afectiva de las personas, es enorme. Somos hombres o homosexuales, pero tambi¨¦n est¨¢ la bisexualidad, y hay personas que a lo largo de su vida tienen relaciones tanto con homosexuales como con heterosexuales. Cada persona es un mundo.
?Y qui¨¦nes fueron los que salieron primero del armario?
La gente m¨¢s desesperada. Ellos abrieron la brecha. Los que han podido camuflarse como directores de banco, por ejemplo, pues est¨¢n m¨¢s c¨®modos. Tienen un sitio.
Y los transexuales o las 'drag queens' tienen mucho m¨¢s complicado ese camuflaje.
Vamos a ver, la dimensi¨®n humana es muy diversa, y hay que respetarla en toda esa dimensi¨®n. Hay una cuesti¨®n que a m¨ª me preocupa y me indigna. Porque incluso dentro del colectivo homosexual hay un tipo de personas que est¨¢ teniendo un rechazo. Me parece condenable que a nadie se le pueda discriminar o estigmatizar por su forma de expresarse. Adem¨¢s, esas personas que podemos identificar como travestis o transexuales, que son una categor¨ªa distinta a la de los homosexuales en lo que se refiere a hombres y mujeres, digamos que no muy en consonancia con los roles femeninos y masculinos, resulta que fueron las que estuvieron en la vanguardia del movimiento homosexual. Los que iniciaron el movimiento, los que se la han jugado porque, como digo, no pod¨ªan camuflarse en el mundo heterosexual. Han tenido una circunstancia, por mandato de la naturaleza o por deseo personal, que les hac¨ªa diferentes a los dem¨¢s y han sido rechazados cruelmente. Han sufrido, han vivido a la intemperie. Y ahora es terrible que se les rechace.
No se enfade, pero si yo viniera a entrevistar al defensor del pueblo vasco y me recibiera una 'drag queen', pues, la verdad, me quedar¨ªa de piedra. Reconozca que usted no tiene nada que ver con ellos, por ejemplo.
Bueno, el valor de las personas est¨¢ en su calidad humana, en su calidad intelectual. ?sos son los valores que deber¨ªan ser predominantes. Hay que aceptar que tiene que haber de todo? Entre los heterosexuales, tambi¨¦n la variedad es inmensa.
Algunos dicen que usted ha llegado a este puesto a pesar de ser un homosexual declarado, y otros, que era eso lo que se buscaba por parte del Gobierno vasco: un golpe de efecto. Igual que cuando nombr¨® para representar a los inmigrantes a un hombre de raza negra.
Creo que si he sido propuesto por el Gobierno vasco es porque, entre otras cosas, he sido defensor de los derechos de los gays y lesbianas. Quien trabaja en una parcela de derechos de las personas, se entiende que es v¨¢lido para defender los derechos de toda la ciudadan¨ªa; no es posible distinguir el todo y la parte. Y combatir la discriminaci¨®n que gays y lesbianas hemos padecido y seguimos padeciendo se ha entendido como un aval para pensar que voy a luchar por los derechos de todos.
El colectivo de gays y lesbianas declar¨® su alegr¨ªa por su nombramiento, tal vez pensando que tendr¨¢ como prioridad luchar por unos derechos a los que era m¨¢s sensible. Igual ha ocurrido con el mundo de ETA, que le ha emplazado a luchar de verdad contra la tortura.
He dicho que si hay pruebas de la existencia de tortura actuar¨¦. No voy a discriminar a nadie. Ahora, el defensor del pueblo tiene el objetivo de velar por los derechos de la ciudadan¨ªa, y ¨¦se no es un trabajo que se hace en abstracto, sino teniendo en cuenta la realidad, donde no todos los derechos de los ciudadanos est¨¢n igualmente protegidos. Los juristas hablamos en un plano formal del reconocimiento de la ley, pero luego hay un plano material, una igualdad material. De eso, las mujeres sab¨¦is bastante. Y todas las instituciones tienen identificados unos colectivos que son vulnerables.
Para usted, ?cu¨¢les ser¨ªan los m¨¢s vulnerables en el Pa¨ªs Vasco?
Es evidente que el colectivo de gays y lesbianas est¨¢ fuertemente discriminado. Y el de las mujeres, los menores de edad, el de los mayores y los discapacitados. Y el colectivo de los inmigrantes. Las instituciones del Defensor del Pueblo han de tener en cuenta la situaci¨®n de desprotecci¨®n y vulnerabilidad de los homosexuales y los transexuales.
Y el defensor del pueblo vasco, ?qu¨¦ puede hacer respecto a un colectivo tan espec¨ªfico de este pa¨ªs como las v¨ªctimas del terrorismo, para luchar contra el miedo y la falta de libertad de movimientos de tantas personas?
S¨ª. Tambi¨¦n aqu¨ª el velar por los derechos de ciudadan¨ªa ha de hacerse teniendo en cuenta una realidad concreta, y, como dices, en el caso del Pa¨ªs Vasco?
Es que me ha sorprendido que entre sus prioridades no citase ese colectivo, sin duda uno de los que m¨¢s padecen.
He citado los colectivos que est¨¢n identificados hasta hoy. Parto de la situaci¨®n existente. Este defensor mostrar¨¢ su apoyo a las v¨ªctimas, su aliento y su compromiso a favor de sus derechos. El ararteko no tiene instrumentos de naturaleza ejecutiva o judicial para imponer una fuerza coercitiva a sus decisiones, pero ¨¦sta es una instituci¨®n dotada de una fuerte autoridad moral. Y en ese sentido, tiene una funci¨®n social para sensibilizar sobre el estado del ejercicio de las libertades y los derechos de muchos ciudadanos que est¨¢n amenazados por ETA. Hay que acabar con la amenaza que supone ETA. Como defensor, yo puedo unirme a las iniciativas que existen o puedan existir en el futuro; todas contar¨¢n con mi apoyo. No voy a tener miedo, precisamente porque he tenido mucho en la adolescencia. Eso me permiti¨®, y lo tengo claro, madurar de una manera muy precoz. Y adquirir unos recursos para moverme en la vida que me han ayudado mucho.
Cuando habla de no tener miedo, ?a qu¨¦ se refiere, por ejemplo?
No temo lanzarme a la defensa de ideas minoritarias, a hacer frente a lo que creo injusto. El sufrimiento te puede destruir o no, pero a m¨ª no me destruy¨®. Supe darle la vuelta a la dificultad que supon¨ªa ser homosexual. Conozco a personas que viven con un desequilibrio psicol¨®gico tremendo y que nunca han conseguido superar lo que sufrieron en la adolescencia. Yo fui m¨¢s afortunado: despu¨¦s de sufrir por creer que era un ni?o ¨²nico me encontr¨¦ con que ten¨ªa muchos compa?eros como yo. Y ahora nada ni nadie me va atemorizar.
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