Bush y Kerry pelean por los electores religiosos
Los evang¨¦licos respaldan en masa al presidente mientras el voto cat¨®lico se divide
George W. Bush consigui¨® en 2000 menos votos de la derecha religiosa de los que hab¨ªa conseguido Bob Dole en 1996: cuatro millones de evang¨¦licos no fueron a las urnas. Los republicanos han tomado medidas para que esto no vuelva a ocurrir. John Kerry tambi¨¦n se ha lanzado a cortejar el voto de las iglesias, porque el factor religioso es importante: el 72% de los estadounidenses, seg¨²n el Pew Center, cree que su presidente debe tener "fuertes sentimientos religiosos". Eso favorece a Bush, en un pa¨ªs en el que el 85% confiesa que la religi¨®n es importante en su vida.
En el tercer debate electoral, Bush dijo: "El rezo y la religi¨®n me sostienen. Me proporcionan calma en las tormentas de la presidencia", y a?adi¨®: "Cuando tomo decisiones, me baso en principios, y mis principios se derivan de qui¨¦n soy yo". Tambi¨¦n la biograf¨ªa de Bush -cristiano renacido a los 39, despu¨¦s de unos a?os locos de alcohol y desenfreno- y sus iniciativas en asuntos como la ley que proh¨ªbe el aborto tard¨ªo o la reforma constitucional contra el matrimonio gay atraen el respaldo religioso m¨¢s cercano -el de la Coalici¨®n Cristiana, que representa la cuarta parte del voto republicano- y el m¨¢s distante: seg¨²n el ensayista George Marlin, "m¨¢s de la mitad de los cat¨®licos que van semanalmente a misa votar¨¢n a Bush". En su opini¨®n, "el voto cat¨®lico es clave, porque, aunque representa el 25% del electorado, est¨¢ concentrado en Estados decisivos como Wisconsin (32%), Pensilvania (30%), Ohio (20%) y Misuri (17%). El jueves, el presidente se entrevist¨® con al arzobispo de Filadelfia.
John Kerry tiene una posici¨®n m¨¢s compleja -como en todo- y ha sufrido ataques de la jerarqu¨ªa cat¨®lica por defender la constitucionalidad del aborto y la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre. Raymond Burke, arzobispo de San Luis, anunci¨® que negar¨ªa la comuni¨®n al senador si fuera a misa. Charles Chaput, arzobispo de Denver, escribi¨® el viernes en The New York Times: "Si un creyente no defiende sus convicciones en p¨²blico, no demuestra tolerancia sino cobard¨ªa". En el debate de Arizona, Kerry dijo que es cat¨®lico, que fue monaguillo y que la religi¨®n ha sido importante en su vida -"la verdad es que m¨ª fe afecta a todo lo que hago"-, pero que no puede "legislar o transferir a otros ciudadanos un art¨ªculo de mi fe", y que la opci¨®n de abortar es "entre una mujer, su m¨¦dico y Dios".
Desde hace meses, y m¨¢s ahora, el dem¨®crata ha incrementado su presencia en las iglesias. Ha aumentado tambi¨¦n sus citas b¨ªblicas para criticar a Bush: la preferida es la de que la fe sin obras es una fe muerta. The Washington Post acaba de recordar que en las primarias, Kerry declar¨® que se negaba a hablar en p¨²blico de sus creencias religiosas. ?Por qu¨¦ el cambio? "El senador se siente cada vez m¨¢s c¨®modo hablando p¨²blicamente sobre Dios y su fe", contesta un asesor.
En realidad, el candidato ha entendido la importancia de los votantes religiosos, desde los hispanos en Nuevo M¨¦xico hasta los evang¨¦licos en Ohio. El problema es que la Casa Blanca le lleva una ventaja de m¨¢s de tres a?os en esa movilizaci¨®n y que el presidente ha gobernado para afianzarla. Como escribe Ron Suskind en The New York Times, "Bush ha creado la presidencia basada en la fe".
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