"Nosotros no tememos la muerte"
Los informes policiales y penitenciarios sobre la constituci¨®n de un grupo integrista en Topas (Salamanca) recogen las circunstancias de la creaci¨®n de la la c¨¦lula, la continuaci¨®n de su actividad pese a la dispersi¨®n de sus miembros y la "normalizaci¨®n" de la vida en el centro.
LA PELEA DE 2001 "He formado un grupo de buenos hermanos
Fue un gran incidente en el m¨®dulo 3 de Topas que se produjo en el noviembre de 2001. Un interno ¨¢rabe fue agredido por otro espa?ol, supuestamente por cuestiones econ¨®micas. Pero inmediatamente se mont¨® una gran pelea entre ¨¢rabes y espa?oles, en la que participaron pr¨¢cticamente todos los internos. Una vez que pudo contenerse la bronca, el herido fue trasladado al hospital y se separ¨® a los ¨¢rabes de los espa?oles en diferentes m¨®dulos.
El d¨ªa 22 de febrero de ese a?o, Mohamed Achraf -que no llevaba ni un mes en Topas tras ser trasladado desde la prisi¨®n madrile?a de Valdemoro- le envi¨® una carta a Said Afif, quien estaba en otro penal, al que le contaba: "Te doy una buena noticia y es que he formado un grupo de buenos hermanos que est¨¢n dispuestos a morir en cualquier momento por la causa de dios. S¨®lo falta que salgan y nosotros tambi¨¦n. Hombres tenemos, armas tambi¨¦n y t¨² estar¨¢s con nosotros. El emir del Grupo Salafista".
LA SUBLEVACI?N DE 2002 "Comenzaron a coaccionar a otros de su religi¨®n"
La rebeli¨®n de mayo de 2002 fue un "desorden colectivo", montado por un grupo de presos musulmanes radicalizados (todos los mahometanos estaban juntos en el mismo m¨®dulo), entre los que se encontraban algunos de los ahora detenidos por orden del juez Baltasar Garz¨®n por su presunta implicaci¨®n en la c¨¦lula que iba a volar la Audiencia Nacional: Ahmed Mohamed Ahmed, Djamel Merabet, Birahma Diadie Kamara, Farjani Mustaf¨¢ y Hoari Jera. Curiosamente, el informe no cita a Achraf, en Topas en esas fechas.
Los partes penitenciarios dicen de esa rebeli¨®n, que comenz¨® el 28 de mayo: "Un grupo de internos musulmanes comenzaron a intimidar y a coaccionar a otros de su misma religi¨®n para provocar graves altercados en el m¨®dulo [durante los cuales] alguno dijo: 'Vamos a quemar el m¨®dulo, no saben ustedes a qui¨¦nes se est¨¢n enfrentando, estamos dispuestos a destrozar la c¨¢rcel, todos nuestros hermanos nos van a apoyar, estamos dispuestos a morir [porque] nosotros no tememos la muerte".
La algarada fue controlada y se sancion¨® a sus participantes por falta muy grave a 12 d¨ªas de aislamiento en celdas, confirmada por el juez de Vigilancia Penitenciaria. Pero al d¨ªa siguiente, pr¨¢cticamente los mismos internos comenzaron "un gran aporreo de las puertas de las celdas y dando muchas voces. Se les ordena que depongan su actitud y no hacen caso y dijeron algunos a los funcionarios: 'Hijos de puta, os vais a enterar, estamos hasta la muerte contra vosotros, cabrones".
Se les cambi¨® de celda para lo que, seg¨²n los propios funcionarios, hubo que "aplicar la fuerza f¨ªsica personal porque los internos se resistieron de forma activa". Fueron sancionados con otros 12 d¨ªas de aislamiento.
Pero los ¨¢nimos no se hab¨ªan calmado. El 30 de mayo, Ahmed Mohamed Ahmed mand¨® un escrito al director del centro, en el que dec¨ªa textualmente: "Estoy en huelga de hambre y sed por estos motivos: la tortura sufrida; queremos estar en un patio juntos incluyendo los que est¨¢n en aislamiento, [queremos] la escuela abierta todo el d¨ªa para rezar tranquilamente, comida, en vez de carne que nos den pescado cinco veces a la semana con doble fruta y todo esto por escrito y firmado por el director. Y si es as¨ª, pararemos la huelga y nada ha pasado".
De estos incidentes se inform¨® a la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias y los participantes en la reyerta fueron dispersados a otras c¨¢rceles.
En los informes penitenciarios de Topas figura tambi¨¦n otra pelea, el 16 de julio de 2002, entre marroqu¨ªes y argelinos, un hecho que se consider¨® un incidente "taleguero", "puntual y aislado".
INFORME POLICIAL DE 2003 "La dispersi¨®n no supone la paralizaci¨®n de sus contactos"
Pero un informe policial de 2003 concluye que la dispersi¨®n de sus miembros no ha frenado al grupo salafista. "La dispersi¨®n", dice la polic¨ªa, "no ha supuesto en absoluto la desaparici¨®n de dicho grupo ni la paralizaci¨®n de sus contactos". Al contrario: "Incluso esa separaci¨®n y el traslado a otras prisiones de Espa?a ha favorecido y propiciado la incorporaci¨®n de otros miembros al grupo primitivo constituido en Topas".
Pero los propios implicados no lo ven as¨ª. Abdella Hawari le escribe en febrero de 2003
desde el penal de Pereiro de Aguiar (Ourense) a Abdelkrim Bensmail, miembro del Grupo Isl¨¢mico Armado argelino detenido junto al jefe del comando del 11-M Allekema Lamari y tambi¨¦n detenido por orden del juez Garz¨®n: "He olvidado contarte que en la c¨¢rcel de Topas hemos sido un grupo y nuestro emir era el Chej Mohamed Achraf, que Dios le bendiga y que sea m¨¢rtir (...) El citado grupo estaba formado por m¨¢s de 15 unificadores
[creyentes islamistas que profesan una ¨²nica interpretaci¨®n del islam], pero los tiranos, encabezados por el director de la c¨¢rcel, empezaron a molestarnos, justo cuando notaron que s¨®lo tenemos miedo a Dios y empezaron a molestarnos y empezaron a pegarnos y luego a dividirnos en diferentes c¨¢rceles".
PARTES DE FUNCIONARIOS EN 2004 "Hay un grupo de internos denominados talibanes"
Los partes sobre la situaci¨®n de Topas, incluidos a algunos ataques a funcionarios, siguieron llegando a la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias, donde en la primavera de 2004 ?ngel Yuste acababa de ser sustituido por Mercedes Gallizo. Uno del 7 de agosto pasado dice: "Parece ser que hay un grupo de internos denominados talibanes que est¨¢n presionando a los internos del m¨®dulo 9 para que asistan a los oficios religiosos y que practiquen los ritos de la religi¨®n musulmana.
Los individuos que m¨¢s destacan en el liderazgo religioso son Benai Rachidi, Dosni Mohamed y Aissat Hamed, que llegan incluso a la agresi¨®n para lograr que los dem¨¢s entren en lo que ellos denominan la mezquita (la escuela) del m¨®dulo. Si bien estos tres internos destacan en su actividad religiosa, hay otros que participan en la coacci¨®n a los dem¨¢s internos. Los funcionarios reciben quejas de los internos denunciando la presi¨®n a la que les somete el grupo capitaneado por los anteriores aunque no se atreven a enfrentarse directamente con este grupo de presi¨®n. Hay que considerar la posibilidad de que algunos denunciantes encubran otras razones, la deuda de dinero, y que algunas presiones sean adem¨¢s de por motivos religiosos, por esta causa inherente a la actividad del m¨®dulo. Pero el dato de la presi¨®n fundamentalista lo da la creciente participaci¨®n en n¨²mero de asistentes ea la oraci¨®n en la escuela del m¨®dulo".
Otro parte de un funcionario se refiere a Said Afif. En la fecha al pie del escrito se ha retocado a mano el a?o (1 de junio de 2004). En el documento se relatan las quejas de otros internos sobre Afif, tambi¨¦n detenido por Garz¨®n, al que acusan de obligarles con amenazas y palizas a cumplir con los rezos, a participar en protestas colectivas y a romper televisiones y radios.
INFORME A GALLIZO "La vida en el centro se encuentra normalizada"
Gallizo envi¨® entonces a un inspector al centro, que entreg¨® su informe el 28 de septiembre. Se entrevist¨® con directivos, funcionarios, internos, revis¨® los libros de incidencias y la aplicaci¨®n de medios coercitivos. "La vida en el centro se encuentra normalizada (...) Todas las informaciones se concretan en los internos del m¨®dulo 9, donde est¨¢ el grueso de la poblaci¨®n musulmana (suele oscilar alrededor de los 90 internos) y un peque?o grupo de espa?oles (entre 5-7)", escribi¨® el inspector. "Ni en este departamento ni en el establecimiento hay ning¨²n interno condenado por delitos relacionados con el fundamentalismo islamista", pese a que en el penal hab¨ªa entonces 336 musulmanes.
Pero luego dec¨ªa: "S¨ª tiene detectado [la direcci¨®n] un grupo de internos musulmanes a quienes por su trayectoria penitenciaria tiene decretada una especial vigilancia, algunos de ellos tachados por los funcionarios como fundamentalistas".
Sobre el m¨®dulo 9, indica que acoge a "internos ¨¢rabes de trayectoria irregular" que vienen de otros m¨®dulos "en los que han desarrollado conductas problem¨¢ticas con sus compa?eros, por continuos robos, hurtos, agresiones y peleas". En ese m¨®dulo se han hallado en los cacheos seis objetos punzantes, pero cree que la peligrosidad de ¨¦stos "no difiere significativamente de las de otros internos de sus mismas caracter¨ªsticas", pero a?ade que son "de origen humilde", "desarraigados familiarmente", cuyo principal problema es "la falta de dinero".
De las broncas religiosas y de la rotura de una televisi¨®n por un integrista, indica que fue una actuaci¨®n individual "en la que un interno rompi¨® la televisi¨®n del departamento, cristales de ventanas, sillas y mesas el 26 de abril". Se llevaron al alborotador a Puerto I y se repuso la televisi¨®n.
Lo ¨²ltimo que se hizo fue revisar las actas del Comit¨¦ de Seguridad de enero, abril y julio, donde est¨¢n representados los sindicatos y "en ninguna de ellas se plantea ni se hace referencia a ninguno de los problemas o situaciones de riesgo que a trav¨¦s de la prensa se han manifestado".
Para entonces, el ¨²nico preso de Topas miembro de los M¨¢rtires por Marruecos de Achraf era Said Afif.
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